Profecía


poema de Jules Supervielle

A Jean Cassou.

  Un día será la tierra
Sólo un espacio que gira
Confundiendo día y noche,
Bajo el cielo sin los Andes
No se verá una montaña
Ni el menor desfiladero.

De todas las casas del mundo
No quedara mas que un balcón
Y del humano mapamundi
Una tristeza sin cubrir.
De lo que antes fue el Atlántico
Un sabor a sal en los aires
Y un mágico pez volador
Que de la mar no sabrá nada.

Desde un cupé del año treinta
(Cuatro ruedas, ningún camino)
Tres señoritas de esa época,
Ya convertidas en vapor,
Mirarán por la portezuela
Creyendo a París muy cerca
Y sentirán en torno de ellas
el asfixiante olor del cielo.

Donde los bosques florecían
Se elevará un canto de pájaros
Que nadie ya podrá situar
Ni preferir, ni oír siquiera
Excepto Dios que al escucharlo
dirá en voz baja: "Es un jilguero".

                                Versión de Manuel Altolaguirre

Jules Supervielle
Bosque sin horas
Traducción del francés por Rafael Alberti
Feria del Libro - Montevideo 1937

Editado por el editor de Letras Uruguay 

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