Después del mármol 
Víctor H. Silveira

Busqué la estatua,
        la vi
Busqué su belleza,
        La hallé.
Busque a su autor,
        lo encontré.
Busqué al autor del autor:
        estaba escondido
        tras puertas
        cerrojos
        y velos

(Casualmente yo también
andaba escondiéndome).

Se apiadó de mí.
Su severo rostro
        sonrió.

Pero no nos hablamos,
lacónicos los dos.

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