Se cerró el libro de la historia del Cilindro  

Crónica de Pablo Silva Galván 

pablosilvagalvan59@gmail.com

Estadio Dr. Héctor A. Grauert, conocido como Cilindro Municipal

El mal tiempo le jugó una mala pasada a los planificadores de la implosión del Cilindro Municipal. El operativo que terminó con lo que en su momento fue una audacia arquitectónica se realizó finalmente en la tarde del lunes 12 de mayo. Ese día, a las 16 horas, en medio de una densa nube de polvo y escombros a la estructura sobreviviente del incendio y derrumbe que el 21 de octubre de 2010 hirió de muerte al Cilindro, desapareció terminando así con una larga historia de 58 años.

El Cilindro fue proyectado y construido por el arquitecto Leonel Viera, nacido en Tacuarembó en 1913 y fallecido en 1975, para albergar a la 1ª Exposición Nacional de Producción. Esta muestra de empresas industriales nacionales uruguayas fue inaugurada el 19 de enero de 1956 y fue iniciativa del entonces ministro de Industrias y Trabajo, el batllista Héctor Grauert. La exposición fue inaugurada por el presidente interino del Consejo Nacional de Gobierno -órgano colegiado que representaba al Poder Ejecutivo de la época-, el también batllista Alberto Zubiría. En la ocasión, el ministro Grauert señaló que “esta Exposición Nacional de la Producción viene, por consiguiente, a certificar con su voluminosa materialización, la realidad del Uruguay como país ya salido de la etapa de la agricultura patriarcal y ahora en trance de convertirse en país industrial”. Allí se dieron cita todas las empresas nacionales, tanto públicas como privadas, las que expusieron toda la producción y el nivel alcanzado por el país hasta ese momento.

El diseño del edificio, que fue alabado incluso en Estados Unidos, tenía como elemento central un techo colgante totalmente innovador. Estaba construido a partir de 256 cables de acero que partiendo de la pared circular iban a unirse a un gran aro central formando una verdadera red sobre las que se colocaban lozas de material prefabricados los que a su vez eran cubiertos de material aislante e impermeabilizado.

Recuerda el arquitecto Carlos Trobo en su blog El Cilindro Municipal de Montevideo, que el propio Leonel Viera le contó que tanto él como su socio pensaron que "la forma de obtener algo del más bajo precio, es haciendo que los materiales trabajen cada uno en lo que es más apto; por lo tanto, como el hormigón trabaja óptimamente a la compresión, las paredes -que soportan el peso del techo- deben ser de hormigón y el techo, debe ser sostenido por acero trabajando a la extensión".

Sobre esa base, señala Trobo, “fueron consultados expertos en ese tema de la Universidad de Columbia en los EE.UU. y, así se presentaron a la licitación. El resultado fue que era justo la mitad del precio más bajo que presentaron las demás ofertas”.

La comisión Organizadora de la exposición, llamó a la empresa Viera-Mondino y les preguntó si estaban dispuestos a arriesgar tan bajo presupuesto, continúa Trobo. La obra se hizo, y decía Viera que nunca habían ganado tanto dinero en una obra.

Larga vida

En su larga vida el Cilindro tuvo varios destinos, siendo el principal, y más conocido, el de campo deportivo. También albergó el Salón del Automóvil a mediados de la década de los 60, fue empleado como gimnasio por instituciones educativas de la zona, fue cárcel para presos políticos en los primeros años de la dictadura y durante esta en sus instalaciones se montó en varias oportunidades una feria internacional organizada por la Fuerza Aérea que incluía stands de diversos países, entre ellos la Unión Soviética. Fue, además, escenario de para exámenes, albergue evacuados centro de práctica de deportes como boxeo, hockey, fútbol sala, voleibol, tenis de mesa, e incluso y campeonatos de ajedrez. Incluso de espectáculos sobre hielo y hasta congresos sindicales. Muchos lo recuerdan como escenario de recitales musicales, pero lo recuerdan más por su pésima acústica que por la calidad de los intérpretes, muchos de primer nivel como Joan Manuel Serrat, Juan Carlos Baglietto o Alfredo Zitarrosa. Fue también sede de actos políticos como los aniversarios del Partido Comunista, verdaderamente multitudinarios entre 1985 y 1989, o la denominada Fiesta en las Fiestas, una feria organizada por el PCU y su semanario El Popular.

A mediados de 1967 fue remodelado para albergar al V Campeonato Mundial de Baloncesto. La remodelación permitió darle una capacidad locativa de 18.000 espectadores. En esa ocasión el campeón mundial fue la selección de la Unión Soviética, siendo Yugoslavia el vicecampeón. Varios campeonatos deportivos internacionales tuvieron lugar en ese escenario, como por ejemplo el Torneo Sudamericano de Básquetbol de 2003.

A partir del 9 de julio de 1973, en plena huelga general contra el golpe de Estado del 27 de junio, el Cilindro conoció una nueva faceta de su historia. Sin duda, la más negra. Tras la represión a la manifestación opositora realizada ese día fue convertido en cárcel, situación en la que se mantendría por lo menos hasta 1976. El 9 de julio comenzaron a llegar los detenidos en la represión Así como los trabajadores del diario El Popular que había sido asaltado por fuerzas militares. Su personal fue traslado en ómnibus de la desaparecida empresa municipal de transporte Amdet. Entre ellos había mujeres y hasta menores que fueron albergados en la cancha sin nada para protegerse. Fue la solidaridad de las familias la que permitió en los días siguientes que los detenidos tuvieran abrigo y colchones sobre los que dormir.

Al año siguiente fueron a dar a las instalaciones de la nueva cárcel el personal del semanario Marcha, que había sido clausurado por la dictadura. Entre los detenidos estaba su director, Carlos Quijano, quién cumplió años antes de ser liberado y fue saludado por una murga formada por los trabajadores del vidrio, el metal o textiles, que allí estaban retenidos por su actividad sindical.

El 3 de junio de 1976 a las 19.10, mientras llovía en Montevideo, fue escenario de un escándalo que la dictadura trató de ocultar pero no pudo: cuatro militantes comunistas detenidos en el Cilindro escaparon frente a las narices de sus carceleros. La historia fue recogida por Miguel Millán, licenciado en Letras y docente en Secundaria, quién en ese tiempo militaba en la Unión de la Juventud Comunista y que fuera uno de los cuatro fugados, en su libro “¡Faltan cuatro!”.

Poco después de la fuga, el Cilindro fue cerrado como cárcel. Al año siguiente la Fuerza Aérea organizo una gran feria internacional tanto aeronáutica como comercial, la que se repitió al año siguiente. Entre los stands de las distintas embajadas se encontraban los de Estados Unidos y los países de la región con dictaduras militares como Argentina, Brasil y Chile, la Unión Soviética y Checoslovaquia, entre otros del desaparecido “campo socialista”. Es decir que el “enemigo” estaba ahí ofreciendo sus productos.

El ocaso

El 21 de octubre de 2010 los montevideanos conocieron la noticia de que la historia del Cilindro había llegado a su fin. Un incendio ocurrido en su interior durante la madrugada provocó la caída del techo, quedando así muy dañada su estructura, por lo que se decidió demolerlo. No hubo heridos. Estaba planeada su reapertura para unos días después del siniestro para albergar el partido entre Unión Atlética y Malvín por la Liga Uruguaya de Básquetbol 2010/11. El último partido jugado en ese escenario fue entre 25 de Agosto y Nacional por el Torneo Metropolitano 2010.

El derrumbe del Cilindro Municipal fue consecuencia de un incendio a nivel del techo, según indica el informe preliminar de la Dirección Nacional de Bomberos (DNB) y técnicos de la Intendencia de Montevideo (IM). Además, descarta de plano cualquier intencionalidad por no encontrar indicios físicos que así lo indiquen, consignaba por esos días el matutino Ultimas Noticias.

Las lingas que soportaban el techo se estiraron como consecuencia del fuego y provocaron su derrumbe, precisó en esa oportunidad el secretario general de la comuna, Ricardo Prato.

Sobre las 5.07 de la madrugada un agente de Policía de Tránsito que pasaba por el lugar notificó a Bomberos y al 911 sobre el foco ígneo. Una dotación de alrededor de 35 efectivos logró controlar el fuego una hora y media después, según dijo el entonces jefe de Relaciones Públicas de Bomberos, Carlos Nicola. Algunos vecinos dijeron sentir explosiones durante la noche que, según dicen, podrían deberse a las altas temperaturas. Las cámaras de video que se usan para filmar los partidos, en ese momento, no estaban en funcionamiento.

Prato, por su parte, negó que hubiera garrafas y precisó que los únicos materiales inflamables eran la membrana asfáltica, algo de cartón y las chapas asfálticas colocadas en el entorno de la canaleta del techo.

El sereno que de forma habitual custodia el Estadio y tiene su casa en el predio no estaba en el lugar el día del incendio por ser su día de descanso. Un vecino, al constatar el fuego, rompió una ventana para ver si había gente en su interior pero, de forma afortunada, constató que no había nadie.

El techo tenía la particularidad de tener “una estructura liviana, flotante, especial, que colapsó”. Se trata de un techo único, construido por el arquitecto Leonel Viera, sostenido por una loseta y tensores de acero que lo soportaban.

En el momento del incendio, las instalaciones del Cilindro Municipal estaban siendo refaccionadas desde hace dos meses y estaban a punto de finalizar. Por goteras, se había cambiado la cañería, el desagüe de la cubierta del techo y las chapas del aro perimetral.

Según confirmó el integrante de la Comisión administradora del Cilindro, Marcelo Capalbo, sólo restaba pulir la cancha y a futuro pretendían continuar con las reparaciones de los baños y los vestuarios.

No obstante había un notorio deterioro de las instalaciones. Un informe de la Comisión administradora del Cilindro, de 2008, expresaba: “los ganchos que unen las placas están cada vez más deteriorados, el techo ha sufrido un resquebrajamiento teniendo que improvisar lonas que soportan el agua que cae en los días de tormenta”. Además, “el aspecto eléctrico es de sumo cuidado (…), necesita de una reconstrucción y aumento de energía”, expresó.

El incendio y posterior derrumbe hizo que diputados y ediles de la oposición pidieran explicaciones a la Intendencia de Montevideo sobre lo ocurrido. El plenario de la Junta Departamental votó la convocatoria urgente de la intendenta capitalina, Ana Olivera, para explicar lo ocurrido.

El ex edil nacionalista, Daniel Graffigna, en 2008 había señalado las carencias edilicias y citó, en su momento, a los jerarcas vinculados al departamento de Acondicionamiento Urbano. Graffigna dijo en esa ocasión que lamenta lo acontecido debido a que “la situación era evitable”. Agregó que, si alguien lo hubiese escuchado, el incendio no hubiera ocurrido.

Ahora las páginas del libro de la historia del Cilindro Municipal “Héctor Grauert” se cerraron definitivamente. En su lugar se erigirá el escenario deportivo más moderno del país, el Antel Arena y tal vez con él se abra una nueva historia del deporte, la cultura y los negocios del país.

Implosión de los restos del Cilindro Municipal: nace Antel Arena

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14 ago 2014

El pasado 12 de Mayo, escribimos un nuevo capítulo en la historia de antel y de todos los uruguayos: la implosión de los restos de lo que fué el Cilindro Municipal, y el puntapié inicial para la concreción de este gran proyecto. Nace Antel Arena: un proyecto de primer nivel.

 

Crónica de Pablo Silva Galván

pablosilvagalvan59@gmail.com

Blog El agua tónica

(Publicado en semanario 7N, mayo 2014)

Texto aportado por el autor.
 

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