La vuelta de los campos

Estas naranjas que sostienen la penumbra de la sala 
me recuerdan a la vuelta de los campos, al atardecer, 
cuando ni el oro del poniente paga la faena 
de los peones naranjeros.
Las tareas de rescatar el oro de los árboles 
(ese metal perfumado por el cual daríamos un 
minuto de la vida)
son duras en invierno, 
cuando las rutas polvorosas humean (el malation, apesta), 
y no hay tilo ni azucena en los cabellos, ni suspiros, 
ni corona de rosas.
Estas naranjas, que iluminan la penumbra de la sala, 
serán festín en la boca de mis hijos, risa en el aire, 
justo a la hora en que regresan los peones del naranjal 
en camiones mugrosos y destartalados.

Y esa desavenencia
corroe el sabor de las naranjas en mi lengua
y explica en parte este poema.

(In memoriam de don Julio Herrera y Reissig)    

Elder Silva

La frontera será como un tenue campo de manzanillas

V Premio de Poesía "Luis Feria" de Tenerife, España.
El País Cultural
9 de enero de 2004

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