Naturaleza muerta

para Servando Más

Los sarmientos sazonando en los alambres

y las arañas tejiendo en los sarmientos.

Trasiegan el clarete en las bodegas

y en los galpones reparan los cajones.

Pasa un tractor arando el rastrojo.

Las liebres están en celo bajo el prolijo

vuelo de las bandurrias que se van.

 

Era el otoño y con mi amigo fumábamos barbadechoclo

echados bajo las parras o recostados a las parvas.

Recorríamos arroyos marrones encarnando los anzuelos

que dejábamos toda la noche al acecho de la anguila.

Atravesábamos potreros escandalosos de teruterus,

oyendo el silbar de perdices o culebras, mientras el Dick,

reconstruía deshilachados rastros de liebres.

Allá en las casas la música militar del "Repórter Esso".

 

Todos los sábados íbamos a los bailes con mi amigo.

Él creía que yo bailaba bien.

Bebíamos caña con vermú.

Invitábamos a bailar a mujeres tan hermosas

que si hubieran dicho "sí" no hubiéramos sabido qué hacer.

Con las feas uno sí sabe qué hacer.

Con las feas uno no cambia y además nadie lo mira.

 

Tomás había comprado una fracción de campo

cuando los medianeros podían prosperar sin joder

y los gobiernos eran vendidos pero no tanto.

El campo tenía un barranco en el medio

y muchos vecinos dijeron ¡qué torpe!

¡Cómo va a plantar viña en un barranco!

Pero Tomás construyó una bodega en el hueco y no tuvo

que mover tierra para hacer las piletas subterráneas.

La bodega se llamó "La Navarra" (su tierra) y Tomás fue mi abuelo.

 

Hoy los viñedos fueron arrasados por la libre importación

(en los pastizales aún se insinúan las hileras)

y el vino importado se vende en cualquier almacén.

Con mi amigo pensábamos problemas hasta sentir

que la sangre nos dolía en las venas,

pero nunca leímos a Sartre ni creímos en el fin de la viña.

La viña es lo eterno. Los hombres somos niños. Pavese es pandense.

 

Al fin, mi sirena de los sesenta me llamó. Me alejé.

Me alejaba sin oídos al grito del campo.

Veinte años, viento norte, Montevideo cantando,

¿qué podía escuchar?¿un ruego?¿un llanto?¿un reto?

*desaparecí de los lugares que solía frecuentar*

Las cepas quemándose en fogatas o pudriéndose

contra el alambrado, cubiertas de correhuelas,

y los viñeros y sus hijos mendigando

empleos públicos contra promesa de votos,

y los campos enchilcados, ariscos, desgraciados,

y los calendarios Do.Lu.Ma.Mi.Ju.Vi.Sa.

ya sin anotaciones de gastos ni sulfatadas,

sólo con los vencimientos de los Bancos.

La Navarra malvendida y abandonada.

 

Mi amigo acabó repartiendo chacinados

y yo tecleando en el rebaño de la burocracia.

"Si viniera un gobierno como la gente -dice su madre-

él volvería a rehacer su vida y su viña".

Mi esposa se entusiasma y dice "nosotros también" y me mira.

Él observa el campo por la ventana y calla.

Yo hago una pelotita de miga y la tiro.

Ricardo Scagliola
De "Sobrerraspado" (inédito)

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