Anticrónica

Volví a discurrir esos caminos que naufragan en las chilcas.

Potreros vacíos.

                            Casitas despintadas.

                                                                  Frutales apestados.

Chacras con el cuerpo de mujeres sin amor.

 

Pasé por Empalme, Jardines, Pantanoso: las viñas sin podar.

Un viejo Ford 8 sin ruedas subido en cuatro tacos.

Un aljibe en medio del campo ¿hubo una casa?

Ya sin alambre divisorio entre quinta y quinta.

¿El abandono abolió la propiedad privada?

 

¡Canelones!. ¡Pobre Canelones!. ¡Digo "pobre" a la tierra

de las verduras y los vinos!   En el cuerno de la abundancia

habita una cucaracha. La vida se va por los caminos

de Canelones sin que nada vuelva -No hay contrapartida.

O la contrapartida es la miseria.

Las carreteras son arterias muertas. -No hay comercio.

La rueda ya no pelea con la gramilla por salvar la huella.

Las paralelas se juntan en el chilcal.

Las distancias (como las penas) se multiplican.

 

¡La Navarra!. ¡La Bodega La Navarra en el km.37 de la Ruta 75!

En la chacra donde nací la rueda del molino gira:

casi no se ven las aspas o se ven girando al revés.

Pero el brazo que trasmite el esfuerzo está amputado y el muñón

sube y baja en vano.

Sube & Baja.

 

Regresé al anochecer.

Como un ladrón fuí ladrado por los perros.

Se encendieron las luces.

Me vigilaron las ventanas y tosí.

Después de oír el grito radical del campo no puedo ser

el que llegó en la mañana ni aquél otro

que se había ido a tientas

                                               tentado por Montevideo.

No puedo. No quiero.

Ricardo Scagliola
De "Sobrerraspado" (inédito)

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