El ombú

poema de Carlos Sabat Ercasty


El ombú Phytolacca dioica

 

En la mitad del campo como un pulmón respira

la ancha fuerza del aire puro de las campañas,

y sus grandes ramajes, de una orgullosa altura,

desafían el hacha terrible de los vientos.
Como una antigua orilla del mar, vierte la música

cuando los huracanes castigan su hermosura,

y así se está en el campo de largas soledades

irguiendo la potencia de su ser y sus cantos.
De sus ebrias raíces que horadan las entrañas

poderosas de vida, de misterio y silencio

en lo hondo y sagrado de la tierra, le nacen

los más ágiles ríos de actividad y goce.
Todo el va creciendo con un ímpetu ardiente

que arranca de las locas primaveras del astro.
Por momentos parece que oculta un Dios de vida,

y de amor, y de abrazos, que se agita encendido

de sed entre sus ramas, en un tremendo anhelo

de hablarles a los pájaros que habitan en sus hojas,

o de darse a los hombres que dejan los caminos

de sol, para acostarse entre las frescas sombras.
Tiene no sé qué extraño vínculo de ternura

y de fuerza, donde une lo violento a lo suave.
Parece el gran abuelo de las cosas tranquilas.
Poderoso y enérgico, cuando lo quiebra el rayo

de Dios, más rudamente quiere vivir, y brota

de las negras heridas fuertes y alegres ramas.
De noche, las raíces, el tronco y los ramajes

sumergen los latidos en las vastas tinieblas,

y mientras dan la vuelta las estrellas divinas,

el parece estirarse hasta hundir en el cielo

un anhelante brazo que roza los abismos.
Cantan sobre su cúpula los astros de la sombra

y en las celestes voces baña su grave espíritu.
Ocupa un solo punto de soledad. Aislado

y poderoso, ostenta no se sabe que arcana

y serena, y antigua sabiduría. Es bueno.
Toda su fuerza es pura, es sencilla, es tranquila.

Muestra el arranque áspero de sus turbias raíces.
Bebe luz, aire y agua. Sólo da sombra y música.
Jamás el hombre supo utilizarlo en nada.
No vierte miel ni tiene madera resistentes.
Sólo es bueno y enorme. Y en la mitad del campo,

Sobre todas las cosas impone la Belleza!

poema de Carlos Sabat Ercasty
Revista La Cruz del Sur - Año I Nº 6
Montevideo, julio 31 de 1924

Al día 14 de noviembre de 2016, inédito en la web mundial.

 

Ver, además:

             Carlos Sabat Ercasty en Letras Uruguay

 

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