Las ideas
Federico Rivero Scarani

Para Julio Inverso
Requiescat In Pace, Frater.

Los hombres son galeotes de la nave redonda que boga por el infinito implacable. Reman y reman dando vueltas en el mismo mar. Están encadenados a sus ansias, al deseo sublime o abyecto, blasfeman o ruegan la gracia de un dios. La nave flota en el mar oscuro sin viento, mientras los remeros continúan viéndole la cara a la muerte. La fuerza es el tiempo que doblega voluntades; y bogan y naufragan y giran como hojas cuyo torbellino es la tiranía del poderoso. Uno de ellos, filósofo, observa que las ondas más próximas a la nave son rápidas, que a unos metros son más lentas y puede observarlas, y que aquellas ondas lejanas se perciben con más intensidad; y piensa que así son las ideas humanas: las más cercanas fluyen muy rápido y apenas se pueden aprehender (son los pensamientos constantes), las ondas un poco más allá son las ideas que se instalan y se reflexionan pero que a veces escapan por las ondas más cercanas y entonces la reflexión cesa. Pero aquellas ondas aún más lejanas que se mecen suaves son Las Ideas que verdaderamente se mantienen impávidas, incontaminables, son aquellas que sólo el poeta o el filósofo pueden contemplar; la nave sigue bogando y los hombres son galeotes de un destino incierto. Sin embargo para llegar a las más lejanas ondas del mar es necesario instruirse, meditar teniendo paciencia porque las olas más cercanas atrapan la atención, son los pensamientos que vagan sin razón fluyendo; las intermedias se captan por la razón pero se mezclan con las primeras. Las más lejanas ondas de ese mar inconcluso se aprecian mejor porque el tiempo no las extingue rápidamente; a veces se ocultan entre las primeras olas sobre todo cuando el mar se pica o bien cuando el galeote deja su mirada en las olas de su remo. Quizás sea una cuestión de velocidad o perspectiva, pero aquel que esté atento dirigirá su mirar hacia la verdad lejana, ignorando las olas cercanas que se deshacen fácilmente. Tendrá un duelo constante porque las ideas fútiles, los pensamientos efímeros están eclipsando la espuma de la verdad. El hombre, por eso, es un galeote que rema y rema sin conocer orillas.

Federico Rivero Scarani
Atmósferas
Vintén editor

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