Carta a mi padre

 
Padre: 
Te escribo, hoy, porque es mucho más fácil que mirarte a los ojos. Te escribo porque no encuentro la razón de existir. ¿Cómo resistir a la tentación de la muerte? ¿Cómo enfrentar mi vida? ¿ Cómo hago para creer en el mundo, en las personas? En tantas cosas quiero creer, en tantas miradas quisiera ver la mía, en tantos momentos necesito una palabra de aliento, una sonrisa inocente o un simple abrazo. Pero no lo encuentro, no lo encuentro caminando por la calle, no lo encuentro en un libro, no lo encuentro en mi alma. No te culpo padre, siempre estuviste, siempre cuando lo necesite, siempre vi en tu mirada la mía, siempre encontre tu abrazo. Pero no es lo que necesito ahora, necesito algo que no me podes dar. Necesito confianza en mi y también en los demás, pero no la encuentro porque no soy lo suficientemente capaz de abrir mi corazón a nadie.
Padre me acuerdo el día en que conocí a Javier, en la playa, habíamos ido a pasar el verano a un pueblo cerca de la playa. Fue hace mucho tiempo, mamá quería ir a la playa y vos y yo no, nos terminó convenciendo y fuimos. Tenia doce años y lo vi, era alto rubio y tenia una sonrisa angelical. Estaba solo y me acerque a hablarle, el tenia trece años. Me acuerdo de eso porque fue el momento que más feliz fui en este mundo, cuando sus ojos me miraron. Pero también esas vacaciones fueron las peores de mi vida, mama murió y vos y yo nos quedamos solos...
Padre como te extraño, te necesito. Ahora solo yo tengo que enfrentar el mundo, ni una amiga ni un amigo tengo. Padre voy a dejar de escribir al aire y voy a empezar a vivir. Me voy, me voy lejos, a otro país a otro lugar. Para hacer mi vida... te quiero.
                                                 yo

Martina Repetto

 

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