Ernesto Herrera

Prólogo

Currículum vitae*

Walter Rela

Ernesto Herrera nació en Montevideo. Fue inscripto por sus padres con el nombre de Nicolás, el 20 de marzo de 1889.1 Era el tercero de los hijos de Nicolás Herrera y Matilde Lascazes.

Al fallecer su madre2 la familia se desintegró, y Ernesto que tenía ocho años, pasó a vivir en casa de su antigua nodriza, en el barrio del Cordón.3 Estrecheces económicas y asma alérgica marcaron el signo de la edad escolar.4 Actuó como niño cantor en la Lotería Nacional desde el 23 de setiembre de 1900 hasta el 13 de enero de 1904.5 Con motivo de un nuevo movimiento revolucionario,6 Ernesto junto con otros amigos se alistó en el Batallón 1° de Guardias Nacionales.7 De este año tenemos su retrato físico en el testimonio de Orosmán Moratorio (h), compañero de armas.8

Entre 1905 y 1907 sólo hay referencia de su vida bohemia.9 En Montevideo mantiene amistad con jóvenes intelectuales contemporáneos (Ángel Falco, Alberto Lasplaces, Julio Alberto Lista, Alberto Macció, Carlos Sabat Ercasty).

Escribe sus primeros versos10 de los que aparece uno con el título de "Los Cosacos",11 y tres artículos de prosa en el periódico "La Racha" que dirigía Ángel Falco.

En 1908 lo designan con un cargo de auxiliar en la Contaduría General de la Nación, que desempeñó con irregularidad por razones de salud.12 Publica un artículo y una poesía en "La Lucha" de Nico Pérez.13 El 15 de agosto de ese año, se funda "Bohemia", (revista de arte) y desde el primer número se cuenta con colaboraciones suyas, firmadas con nombre propio o bajo el seudónimo de "Ginesillo de Pasamente14 (ya usado en "La Lucha").

A comienzo de 1909 viaja a Buenos Aires, de donde pasa a Asunción. Después de unas semanas regresa a la capital argentina y planea la partida a Europa en el mismo barco que viaja Alejandro Sux. Según éste, el intento fracasó en el puerto de Santos donde por su condición de polizón se le obligó a bajar a tierra.15 No se conocen otros detalles pero sí que mediante ayuda amistosa logró continuar en otro barco.16

Según testimonios de correspondencia a sus amigos estuvo primero en Lisboa y luego se dirigió a Madrid.17 Confusos episodios lo llevaron a la cárcel Modelo de Barcelona en la que escribió el cuento intitulado "El Lodazal"18 (julio de 1909). Las autoridades españolas lo deportaron, regresando a América en octubre de ese año. Una breve estada en Brasil quedó registrada por colaboraciones firmadas que aparecieron en el periódico anarquista "A lanterna" (¿Sao Paulo?), y "A Folha Do Povo" (Santos).19

En diciembre se tienen noticias de su permanencia en Montevideo. Al iniciarse el año de 1910 vuelve a Buenos Aires con intención de hacer periodismo profesional20 pero no consigue afirmarse y regresa. En mayo sabemos de su encuentro en la ciudad de Meló con José Pedro Bellán y Casiano Monegal.21 Herrera tenía elaborados varios relatos breves, incluso alguno compuesto en Barcelona, los que fue publicando en "El Deber Cívico" desde fin de mayo hasta principios de agosto22, reuniéndolos posteriormente en libro bajo el título de Su majestad el Hambre.23

Vuelve a Montevideo, donde el primero de setiembre la Compañía Enrique Arellano - Angela Tesada, le estrena en el teatro Coliseo Florida su primer drama El Estanque. Los comentarios de la crítica periodística que aceptaron la pieza con buenos calificativos, lo elevan a un plano que lo aproxima a la condición de "sucesor de Florencio Sánchez".

El éxito montevideano determinó que Carlos Brussa, le pidiese un libreto para incorporarlo a su repertorio, llevándolo a escena en Melo.24

El año 1910, que se caracterizó por la intranquilidad política, encuentra su cauce en un levantamiento militar blanco en varios departamentos. Octubre es el mes en que el General Basilio Muñoz invade el territorio por la frontera brasileña.25

Ernesto Herrera obtiene del diario "La Razón", (Mont.) la corresponsalía en el frente de lucha y así llega al campamento del general Pablo Galarza, uno de los jefes gubernistas.26

El encuentro con un nuevo episodio de nuestras luchas civiles, la vida en campamento y el conocimiento directo de las intimidades políticas, harán germinar en un futuro inmediato el drama El León Ciego.

La contienda armada entre blancos y colorados, última de la historia uruguaya, fue breve, y el corresponsal de "La Razón" regresa a la capital a fin de mes. En noviembre viaja a Buenos Aires, para presenciar la representación de El Estanque (Teatro Marconi, Compañía Tesada - Arellano). Allí traba amistad con los dramaturgos Rodolfo González Pacheco y Tito Livio Foppa.27 Al finalizar el año vuelve a Montevideo y prepara el boceto dramático Mala Laya, que se da a conocer en el Teatro Nacional, el 13 de enero de 1911, por la Compañía de Gialdroni. El 25 de febrero, en "La Semana", se da la noticia de su incorporación como redactor,28 pero su tarea en este periódico literario se extiende a la de difusión o colocador de suscripciones en los departamentos del interior del país. Emprende una gira (mayo) por Canelones, San José y Durazno, donde permanece un mes y medio invitado por el General Galarza en cuya casa conoce, a la señorita Acacia  Schultze.

El próximo paso importante en su carrera de dramaturgo lo da con El León Ciego, que la Compañía Tesada - Arellano estrena en el Teatro "Cibiis" de Montevideo el 14 de agosto.29

En octubre tenemos noticia de su estada en Melo donde acepta trabajar para "La Defensa" 30 Allí preparó una comedia en dos actos, La Moral de Misia Paca, que se estrenó en el teatro local por la Compañía de Baccino el 25 de noviembre.31

A principios de diciembre pasó unos días en Montevideo, para volver enseguida a Durazno junto a la familia Schultze. Con motivo del nacimiento de su hijo Barrett32 (25 de diciembre), se le encuentra de nuevo en la capital. El Presidente de la República, José Batlle y Ordóñez lo designó con un cargo de auxiliar en el Museo Nacional.33

Hasta junio de 1912 carecemos de noticias, pero se sabe de su presencia en Buenos Aires para el estreno porteño de La Moral de Misia Paca (versión definitiva en tres actos) que el 5 de junio lleva a escena la Compañía de Guillermo Battaglia - Angela Tesada, en el Teatro "Apolo". Dos días después (7 de junio) la Compañía de Pablo y Blanca Podestá obtiene un clamoroso triunfo con El León Ciego en el Teatro Nuevo. Esto le trajo vinculación con el diario "Ultima Hora" para el que trabajó en la Sección Teatros.34

Cuando la compañía española encabezada por la primera actriz Rosario del Pino, llegó a Montevideo, presentó en el Teatro Solís, el 22 de julio, La Moral de Misia Paca. El éxito de esta pieza, una serie de problemas personales aparentemente sin solución, y la idea de la representación de sus obras en los teatros de España,35 lo resuelven a planear su segundo viaje a Europa. Batlle le encomendó una misión artística y de estudio en Francia.36

Herrera llega a París el 2 de noviembre, pero parte enseguida a Madrid. Establece contactos con Rosario del Pino y después con Pérez Galdos, Benavente y Margarita Xirgú, a quienes habla de La Moral de Misia Paca.37

Su permanencia en Madrid (diciembre de 1912 - abril de 1913) se puede seguir a través de las cartas enviadas a Gilberto Gil.38 En la capital de España se encuentra con José Ingenieros, que residía en Europa desde setiembre de 191139 en misión de estudios, y con el dramaturgo Vicente Martínez Cuitiño. Su situación económica y su salud deficitaria incitan a los amigos de Montevideo y Buenos Aires a preocuparse por él.40

Escribe ocho notas sobre temas y autores del teatro español en su carácter de corresponsal de "La Razón" de Montevideo, que se publican desde el 24 de marzo hasta el 29 de abril.41

El 22 de abril el diputado Pedro Erasmo Callorda presenta un Proyecto de Ley para pensionar a Herrera, el que finalmente se aprueba en el Senado el 29 de ese mes.42 El 16 de mayo se encuentra en París43 y el 3 de junio en Lausanne invitado por Ingenieros que se había interesado seriamente como médico por su resentida salud.44

Con la más noble intención de resolver los problemas de Orfilia y Barrett, envía un poder a Gilberto Gil para que con parte del dinero de la pensión del Estado atienda las necesidades de ambos y le gire el resto.45 En Lausanne permanece durante el verano, inclusive siguiendo un severo tratamiento médico en un sanatorio local, con el que logró recuperarse.

Agosto de 1913, viaje breve por Alemania acompañando a Ingenieros y en setiembre de nuevo en Madrid46 con los originales de El Pan Nuestro, elaborados durante ese año.

Permanece los primeros meses de 1914 en la capital y el 31 de marzo dicta una conferencia sobre Florencio Sánchez en el Ateneo.47 La crítica situación familiar, que conoce a través de las cartas de Gil, le obligan a interrumpir su vida madrileña y regresar repentinamente a Montevideo a mediados de junio.48

La imposibilidad de resolver la parte afectiva de sus relaciones con Orfilia Silva, lo llevan a emprender viaje a Melo donde se encuentra los primeros días de julio.49 Participa en la campaña organizada por el comité local de damas pro lucha contra la tuberculosis y el domingo 12 dicta una conferencia.50

A los pocos días fallece Orfilia51 y Ernesto regresa a la capital. El 31 de julio la Compañía dramática española Serrador - Mari le estrena en el Teatro "18 de Julio" de Montevideo, El Pan Nuestro y en la segunda quincena de agosto la misma compañía lo repite en el Teatro "Nuevo" de Buenos Aires.

Inmediatamente del estreno de El Pan Nuestro, Herrera viajó a Durazno residiendo temporalmente con la familia Schultze. Allí planea nuevos trabajos teatrales que se concretan en el borrador de dos piezas: El Moulin Rouge y El Caballo del Comisario.

Setiembre lo encuentra en Buenos Aires escribiendo en el diario "Crítica"52 artículos de circunstancias. En enero de 1915 debido a una afección a la garganta (de tipo bacilar) se interna en el Hospital "Fermín Ferreira". La Compañía Vittone - Pomar, pone en escena el 9 de marzo de 1915, en el Teatro "Politeama" de Montevideo, el sainete El Caballo del Comisario.53 El 14 de junio firma un contrato de arrendamiento del Teatro "Lumiére".54 El fracaso de la empresa fue inmediato y Herrera resuelve a principios de julio una vez más emprender viaje a Durazno.55 Establece en casa de los Schultze su cuartel general,56 pero su espíritu inquieto le impulsa a escribirle a Brussa, que estaba en gira por los departamentos del sur.

Se reúne con él en San José los primeros días de agosto, dictando la conferencia: "Sobre origen y tendencia del teatro rioplatense", en el entreacto de una representación de El Pan Nuestro (Teatro "Macció").

Regresa a Durazno por unos días, atendiendo una invitación personal del General Galarza para asistir a una yerra en su estancia. El 15 de agosto escribe otra carta a Brussa tramando un nuevo encuentro en Paysandú, cuando aquél llegue con su compañía.57 El 22 y 23 de agosto en el Teatro "Petit Palais" (Paysandú), se ofrece El Pan Nuestro y Herrera dicta una conferencia sobre "Florencio Sánchez y el Teatro Nacional" En los periódicos aparece el anuncio y próximo estreno de El Moulin Rouge.

A fin de agosto retorna a Montevideo en busca de Barrett (que vivía con su tutor Gilberto Gil) para emprender un viaje a Bagé (Rio Grande do Sur) donde vivían sus hermanos Julio Nicolás y Matilde.58 De paso se detuvieron en Melo por unas semanas, que fueron compartidas con Antonio Gianola. Herrera estuvo a punto de quedarse definitivamente, ante el ofrecimiento de hacerse cargo del periódico "La Defensa" y la promesa de clases de literatura en el Liceo Departamental,59 pero la intransigencia sobre el mantenimiento de la tradición política del periódico dejaron sin efecto las negociaciones. 60

Emprendió con Barrett el camino a la frontera para reunirse con sus familiares, con los que permaneció todo el mes de octubre.61 Regresó por Rivera y dejó a Barrett en Durazno al cuidado de Acacia Schultze.

Los primeros meses de 1916 gestionó en Montevideo un cargo público y obtuvo el nombramiento de profesor de literatura en el Liceo Departamental de Soriano, ocupándolo oficialmente el 1º de abril.62 Durante todo el año trabajó en sus clases y pareció estarse recuperando física y espiritualmente.63

Escribió La Bella Pinguito que fue representada en Mercedes el 10 de junio64 y preparó el primer acto de una segunda pieza La Princesita Cenicienta.65

La vieja afección de garganta se agudizó y decidió viajar a Montevideo al finalizar 1916, internándose en el Hospital "Fermín Ferreira" en los primeros días de enero del 17.

Pese a saber que su estado era delicado, tenía esperanzas de una recuperación y hasta el último momento se aferró a la idea de sobrevivir a la crisis,66 y así se lo hizo saber en cartas a Vicente Salaverri,67 a Acacia Schultze68 y en conversación personal con Juan Mario Magallanes.69

El 19 de febrero de 1917, se certificaba su fallecimiento en el Hospital "Fermín Ferreira" de Montevideo.70

Teatro

a) el realismo-naturalismo en la literatura dramática rioplatense.

Al finalizar el siglo XIX, las transformaciones socio-económicas en el Río de la Plata, definen el panorama —con variantes poco significativas— de la primera década del XX. La formación de una clase media ciudadana, dinamizada por una fuerte corriente inmigratoria que funde sus costumbres y estilos de vida con los criollos, la paulatina desaparición de las formas feudales cerradas en la campaña (restos de la conquista y el período de la independencia política), el empuje del comercio exterior, la formación de una industria de consumo y el cambio de las arcaicas estructuras agropecuarias, son fuerzas que en conjunto gravitan, sedimentando el equilibrio social en que se apoya la institución de gobiernos estables.

Este proceso (bastante complejo) se completa desde 1900 en adelante por la presencia ideológica de las nuevas tendencias sociales europeas que arrastran consigo la estética naturalista, sucesora de los últimos vestigios románticos.

El teatro, que en el ciclo criollo se había proyectado como importante fuerza social dentro de la colectividad semi-culta, recoge rápidamente ésta —para nosotros— novedosa forma de encarar temas y conflictos humanos, y por coyuntura histórica, se aplica la fidelidad del naturalismo en el descubrimiento de una auténtica realidad nacional.

Aparecen entonces nuevos caminos para los dramaturgos rioplatenses de la primera década del siglo XX, que no dejaron de oír las voces influenciantes de Ibsen, Bernstein, Sudermann, Hauptmann, Giacosa, Braceo, Rovetta, Dicenta, Benavente, los Alvarez Quintero y hasta Pérez Galdós.

La preocupación por el estudio de caracteres (patológicos y éticos) se dio en Sánchez, Payró, Cione, Herrera; el relevamiento estructural de la clase media (sentimientos, aspiraciones, frustraciones y convencionalismos) en Sánchez, Herrera y Laferrére; la nota local costumbrista se evidencia en Sánchez, Laferrére, García Velloso, Herrera, Payró y Pacheco; la visión nostálgica del pasado, distorsionado por una nueva estructura socio-política, en Payró, Sánchez y Herrera.

El drama, la comedia y el sainete, se impregnaron de los grandes temas del naturalismo, consolidando la época de oro en la historia del teatro rioplatense.

b) generalidades del drama rural en las primeras décadas del siglo XX.

La tradición de países ganaderos, desde que el conquistador introdujo los primeros lotes vacunos y caballares en la amplitud geográfica de un territorio inexplorado, tenía fatalmente que incidir sobre todas las fórmulas de nuestra convivencia. La literatura refleja en sus géneros el tema rural bajo diversos aspectos (el costumbrista de la vida campesina, el culto al coraje, fricción entre clases económicas, protesta social, las oposiciones: criollo-inmigrante, ganado-agro, ciudad-campo).

El teatro, superada la etapa del gauchismo, limita al drama lo más importante de los conflictos humanos de la masa rural en su doble ámbito: ganadera y agrícola. Formas diferenciadas por sus orígenes y finalidades, crean y definen dos tipos de dimensiones históricas coexistentes, aunque nunca complementarias.

El primero en aparecer es el gaucho ganadero, hombre de a caballo, caracterizado por fuerte individualismo sicológico, con una hipertrofiada sensibilidad del coraje o valor personal,71 unida al desprecio radical por la vida, si ésta no tiene por objeto la libertad absoluta. Este hombre es el integrante de la independencia política nacional, de las fuerzas originales de la anarquía argentina y las guerras civiles orientales. Su ciclo periclita cuando la organización institucional, obedeciendo a las nuevas estructuras socio-económicas, lo deja fuera de los cuadros activos.

El agricultor, llega con retraso, impulsado por experiencias extranjeras y con la presencia extranjera. Es el hombre apegado a la tierra, a su división y dominio, con sentido de la propiedad privada, del alambrado de ley que protege sus bienes, el preconizador de la paz social frente a las guerras civiles.

La escena rioplatense reproduce a ambos, aunque no siempre con fidelidad ni con sentido de clase, sino como individuos que se enfrentan a través del sentimiento del honor, de la tradición, o de simples intereses privados, aunque en las piezas fundamentales trascienden los puntos cardinales del conflicto rural: la tenencia de la tierra en manos extrañas, el caudillo como fuente renovadora del pasado, la resistencia al gringo usurpador, el enfrentamiento de terratenientes y peones, el progreso triunfante sobre la mentalidad feudal.

Al recoger estos conflictos, el drama rural se ubica dentro de la etapa creadora del criollismo más genuino. Superado el ciclo moreirista y las burdas significaciones de las hazañas de gauchos homicidas, desde el comienzo del siglo XX se impone una corriente artística renovadora, apoyada en tres constantes: nueva realidad social, clima costumbrista, proyección universal de los sentimientos humanos.

Si bien el antecedente inmediato hay que buscarlo en Calandria (1896) de Martiniano Leguizamón, pieza que abre otros surcos acordes con la evolución socio-económica del campo argentino, el mérito de fijación de los nuevos caracteres corresponde por su orden a tres obras del año 1902: Jesús Nazareno de Enrique García Velloso, La Piedra del Escándalo, de Martín Coronado y ¡Al Campo! de Nicolás Granada. Y aunque las zonas de confluencia entre el matrero y el paisano pacifista, subsisten, la imagen del campo abierto va siendo sustituida por la de la chacra civilizadora.

Roberto Payró (Sobre las Ruinas, 1904) sintió la necesidad de sintetizar las legítimas aspiraciones progresistas (uno de los mitos de su generación) de los que comprendiendo a su tiempo, la improcedencia de continuar con el cerril espíritu nativo que resistía la técnica moderna, opusieron la esperanza fecunda de ideas nuevas a la rutina criolla.

Sánchez llegó en la hora justa cuando el arte debía fijar la fractura producida entre dos períodos de la historia rioplatense. Su obra se proyectó más allá que la de sus contemporáneos porque consiguió armonizar en materiales estéticos (La Gringa, 1904 y Barranca Abajo, 1905) las constantes señaladas para el auténtico drama rural. En el Uruguay, Ernesto Herrera, se insertó en los problemas de la actividad rural nacional con las primeras obras de su creación dramática.

c) Los temas de Ernesto Herrera

"Tenemos, de acuerdo con las necesidades de nuestra vida y con la naturaleza de esta región, nuestra manera de ser, nuestras costumbres y nuestro criterio; nuestra manera de ver y sentir las cosas de acuerdo con ese criterio y dentro de ese temperamento.

De ahí la necesidad de un teatro nacional, de un teatro nuestro, que refleje nuestra alma, que esté en nosotros; escrito, pensado y sentido en americano como escribimos, pensamos y sentimos nosotros."

 

Conferencia sobre Teatro Nacional

Este breviario estético de Herrera está afirmando en forma categórica la necesidad de un teatro nacional en función de nuestros problemas e idiosincrasia. Con este postulado, que armonizaba con la corriente estética del naturalismo-realismo (dentro de la literatura dramática rioplatense), el autor inscribió lo más significativo de su obra, que se divide claramente en dos zonas temáticas: la rural y la ciudadana.

A la primera corresponde El Estanque, Mala Laya, El León Ciego y El Caballo del Comisario; a la segunda La Moral de Misia Paca, El Pan Nuestro y La Bella Pinguito.

El estanque. — En su pieza inicial se observa ya, dentro de una vulgar anécdota encadenada a las comunes truculencias del folletín gauchista (seducción, suicidio, supersticiones, etc.) la aproximación, aunque débil, a concretar el limpio pensamiento de seres reales. Aquí Herrera lo consigue apenas en los razonamientos primarios del viejo capataz Don Pancho (a. I, e. XVI al final, y acto II, e. XII). La contradicción está en que los diálogos más interesantes (a. I, e. I-III) corren por cuenta de personajes secundarios (el sargento de policía, el indio, un peón, Nicanor, Juan, Toribia, un soldado) los que a través del tipismo de un lenguaje rústico y sentencioso, avenían el formalismo ciudadano que gobierna la obra, mostrando con toda naturalidad escenas de costumbrismo criollo fronterizo.

Mala Laya. — Es un paso seguro que lo acerca a uno de los pilares de su teatro más definitivo: el león ciego.

De este boceto, duro en los caracteres, severo en el lenguaje, emerge un asunto palpitante dentro de los temas generales de la etapa evolucionada del drama rural rioplatense: la arbitraria tenencia de la tierra, unida a una clara conciencia de la oposición de valores reales; el campo productor y la ciudad desaprensiva.

Ténganse presente los diálogos entre Samuel y Anastasio (escena V) y los de Samuel con José María (escena X), tan llenos de rebeldía como de seguridad en los conceptos.

Lamentablemente Herrera introdujo un motivo menor (el problema de Petrona y su hijo) que debilitó la fuerza de protesta social que hubiera dominado netamente la obra. Por eso las palabras finales del puestero Samuel (e. X) sobre la justa reclamación de la tierra y los bienes por él trabajados, se empañan con la venganza personal por la paternidad negada (José María-Petrona, e. VII).

El león ciego, culmina un gran tema que vale como documento de la historia nacional. El autor consigue con sobriedad elogiable reunir los dos centros de nuestra evolución política en el siglo pasado y la primera década de éste. La exacerbada pasión guerrillera del criollo auténtico que con santa sinceridad sale a las cuchillas a dirimir el antiguo pleito de divisas enfrentadas en la Batalla de Carpintería,72 y la traición de los dotores que en la ciudad manejan el juego político del país desde dentro de los directorios de los partidos tradicionales.

Si bien el asunto general de la venalidad de los puebleros está vigente en el desdoblamiento polémico-militante (cantar opinando) de las numerosas composiciones gauchescas publicadas en Montevideo entre los años 1830 y 1840,73 este sentimiento se particulariza en Los Tres Gauchos Orientales de Antonio Lussich, con el episodio de la revolución iniciada por el caudillo blanco Timoteo Aparicio en 1870 y terminada

con la paz de 1872.74

Ernesto Herrera en El León Ciego, concilia esta fuente temática tradicional de la poesía, con la relevancia a un primer plano dramático del caudillo regional, personaje representativo de la vida rural uruguaya desde los días de la emancipación.75

El caudillo nace en el seno de la colectividad gaucha, cuando en plena lucha contra el coloniaje se da en un individuo el sentimiento del culto al coraje. Entonces los gauchos le siguen con orgullosa lealtad, y fielmente responden a sus sentimientos e ideas (aunque sin interpretarlas).

Lo siguen instintivamente, anulando la razón pero unidos por una fuerte corriente avasalladora que representa para ellos la dinamización de sus oscuras aspiraciones como individualidades heroicas.

Cuando se consolida la independencia política, el desencuentro del caudillo y sus seguidores, con la organización nacional engendra continuas perturbaciones institucionales que culminan, en los ciclos anárquicos de las guerras civiles.

El caudillismo vivifica la agitación social del medio campesino, y hasta parece justificar su sentido trágico de la vida que se mantiene en constante resentimiento con las formas clásicas de la burguesía ciudadana-comerciante y luego también industrial. Pero esa misma evolución económica obliga en países productores de materias primas a una gran preocupación por los recursos naturales. En el Río de la Plata, el campo, por sus riquezas exportables y su condición de proveedor activo de la industria naciente, se convierte en un factor importante en la orientación política nacional.

En la etapa superior de definición de intereses comunes, marcada por el paso del régimen feudal al agropecuario, la población rural se aglutina siguiendo a la inspiración del caudillo (en general fuerte hacendado de la zona) quien a su vez está enrolado en las filas de los partidos políticos tradicionales.

En el Uruguay, dentro de la masa campesina, la ubicación individual y familiar en cada partido (blanco o colorado) obedece pocas veces a motivos racionales y programáticos, en cambio casi nunca es ajena al prestigio que sobre el común ejerce el caudillo natural de la región, que en nuestra historia, en algunos casos, ha llegado a tener significación mítica.

Las luchas civiles, dentro de su complejo núcleo de intereses partidarios encuentran en el caudillo de mentalidad todavía emancipadora, al activista removedor de voluntades que se entregan respetuosa y hasta solemnemente "a la causa" con una pasión que limita con la barbarie.

Al establecerse el primer gobierno constitucional (1830) el país ofrece una realidad social regida por el caudillismo76 que prosigue con las variantes propias de los aconteceres históricos por todo el siglo XIX, hasta su declíneo al fin de la primera década del XX (último levantamiento blanco del general Basilio Muñoz, 1910).

Las guerras civiles y el caudillismo,77 que por su importancia en el proceso formativo de nuestra nacionalidad ocupan largos capítulos en los tratados de historia y sociología, tienen en El León Ciego la más acabada expresión de una condena ejemplar.78

La obra fue planeada en 1910 bajo la influencia del último levantamiento militar del Partido Nacional. Herrera, que vivió como corresponsal del diario montevideano "La Razón" y la revista "La Semana" en el campamento gubernista con asiento en Durazno,79 recoge el cuadro final de una historia que por sus características políticas pertenecerá rápidamente al pasado, desde que en Montevideo se legislaban las bases de un estado moderno y pacifista.

Dos fuerzas concurrentes sustancian el drama. La primera en la presencia activa de los caudillos regionales (Gumersindo y Gervasio, colorado y blanco respectivamente) atados al juego de las componendas partidistas; la segunda en el mensaje condenatorio a la tragedia oriental, inútil y bárbara, renovada con cada guerra civil.

La primera se afirma en la conducta personal de Don Gumersindo, repudiada por los dirigentes políticos del Partido Colorado y la reacción amarga que ésta provoca en el héroe guerrillero, su familia, y el otro caudillo blanco (Don Gervasio) (a. I, e. I-IV-VII-XII).

De los sucesivos diálogos surge, junto con el juicio severo contra los dotares que atentos a sus menudos intereses de partido han sacrificado sin piedad a éste viejo y ciego león (a. I, e. I-IV-XII), por primera vez la reflexiva comprensión de que el caudillo de viejo cuño ha sido vencido por los políticos ciudadanos (a. I, e. XII). El desencuentro con el tiempo nuevo está marcado en las notas nostálgicas de evocación de la vida bárbara (la más feliz de Gumersindo y Gervasio) cuando la lanza, personaje anónimo pero eficaz de nuestra historia, se blandía sin miedo y se ganaban galones junto a jefes de nombradía (a. I, e. XII).

Sin embargo bastan los rumores en el pago de otro alzamiento para que se enciendan en las entrañas de estos hombres la pasión guerrillera y se olviden rencores y diferencias con los jefes del partido (a. II, e. VII-VIII). El destino fatal e inexorable tiene que cumplirse una vez más y ante el llamado de la causa, acuden voluntariamente viejos y jóvenes siguiendo la inspiración emotiva de la divisa blanca o colorada (a. II, e. IX-X-XI-XII). Pero lo trágico es que la herencia familiar se exterioriza también en el instinto de los más pequeños (Machito, a. III, e. I-IV-VI-VIII-XI).

La segunda fuerza concurrente, contrarrestante con el largo panegírico tradicionalista, se afirma en el grito tajante y angustiado de Goya, (al final de la obra), expresión auténtica del pensamiento pacifista de Ernesto Herrera.80

La moral de Misia Paca. — Con esta comedia de tono satírico, el autor se interna en los temas propios de la clase media ciudadana. La fábula es sencilla y poco trascendente: el desencuentro de dos parejas en el plano amoroso le permite jugar con (o contra) los convencionalismos típicos de la hermética moral meso-burguesa rioplatense en la década del 10. Pero como ese desencuentro no ocurre entre héroes ni heroínas, la tradición socio-moral gravita sin riesgo. Ni gran pasión, ni gran amor, apenas una tibia protesta contra la doctrina del cálculo económico, base y sostén seguro para los matrimonios impuestos por la conveniencia. La obra concluye satisfactoriamente porque el inconmovible espíritu matriarcal de Misia Paca (el tipo femenino más interesante) se impone, consiguiendo que cada uno acate las reglas del juego y no se ponga fuera de la moral establecida.

Todo queda como un cuadro pintoresco reconstruido sobre el conocimiento o los recuerdos familiares de época, sin que sobresalgan caracteres más allá de lo común, salvo en el diálogo entre Misia Paca y su hijo Alfredo (a. I, e. IX), o entre aquélla y Alicia (a. III, e. IX).

El pan nuestro. — "El Pan Nuestro —acaso la obra señera de nuestro bohemio, fruto de un talento ya sazonado"— como la define Carmelo Bonet81 está ambientada también dentro de los temas propios de la clase media. Aunque en este caso la localización geográfica es madrileña, en rigor el planteamiento dramático corresponde a cualquier lugar y tiempo bajo idéntica circunstancia. Es el intento trascendente del autor en beneficio a lograr una obra universal que supere al regionalismo rural de sus piezas anteriores.

El derrumbe económico provocado por la privación de trabajo del padre (Don José) a consecuencia de su participación en un fraude, arrastra al resto de una familia formada por una galería de tipos inoperantes, estúpidos y cínicos.

La miseria degradante empieza a envilecerlos haciéndoles aflorar sus rencores personales.

Concha, una de las hermanas, es seducida y abandonada cuando está gestando un hijo. La tragedia llega a su climax ante los escrúpulos de Isidro (lisiado de la guerra de Cuba) que ensaya una postura intransigente frente a la honra familiar. Su frustración encuentra venganza fácil en la desdichada Concha, que después de la última entrevista con el seductor siente cerrado su destino.

Herrera construye, con palabras cortantes llenas de dolor y verdad, entre Amelia y Concha, la escena más perfecta de todo su teatro (a. II).

La imposibilidad del rescate moral y las continuas protestas de Isidro hacen que el personaje más sacrificado por su familia, se suicide.

Con este drama, Herrera consigue una serena y casi objetiva penetración en el alma de sus personajes, de la que trasciende la emoción a través de diálogos que determinan una correcta estructura técnica.

El caballo del comisario, está organizado sobre los materiales comunes del tradicional sainete criollo rioplatense.82 Tres temas generales se mezclan en el curso de este acto único: a) la antigua xenofobia del nativo hacia el gringo, que apareciendo desde el comienzo como vinculada a una denuncia (y comprobación) de abigeato (c. I, e. I-VI), se vuelve después, insistente y hasta amenazadora de resolverse a la manera clásica de Juan Moreira con el italiano Sardetti83 (c. I, e. II; c. II, e. II, III, IV; c. III, e. IV); b) la puja entre el tostado del comisario don Gervasio y el bayo de los Gutiérrez, en una penca de resultado sospechoso; (c. I, e. XI- XII; c. II, e. V; c. III, e. III); c) la reacción de Nemesio que movido por el despecho asesina a Guillermo84 (c. II, e. VI; c. III, e. IV).

Como fórmulas para animar el pintoresquismo costumbrista, Herrera se sirve de la escena del baile en casa de don Ciríaco (c. III, e. I, II, IV), y de dichos y sentencias criollas que enriquecen los diálogos mejor logrados. La presencia del pulpero Puchini, muestra el colorido lingüístico aportado por el "cocoliche" (del que usó y abusó, tanto el sainete gauchesco como el orillero).

Notas secundarias, pero significativas del ambiente campesino, quedan inscriptas en la socarrona actitud del comisario don Gervasio para salvar a su compadre Sauro de la acción penal (c. I, e. VII-VIII), en la venalidad policial (c. I, e. VIII), en la mención del fraude electoral (c. I, e. X), en los severos juicios de Vencedura (c. I, e. III) y de don Gervasio con respecto al leguleyo Marallón (c. I, e. VII).

La bella pinguito, es una obrita de circunstancias en la que el autor muestra sus facultades de repentista. El planteo es elemental y parece tomado del recetario que sirvió de fuente a numerosas y ya olvidados producciones (sainetes y comedias) del llamado teatro por secciones.

Los personajes son los propios de las petipiezas contemporáneas y de la sainetería de corte ciudadano; un mucamo gallego (que acompaña a su patrón desde hace años y conoce bien sus intimidades amorosas), dos tipos clásicos de la vida juerguista meso-burguesa montevideana (el negro Pérez y el loco Leandro), un médico joven (el doctor Eduardo Gurméndez) establecido con consultorio en un pueblo indefinido del interior del país, y su esposa (Angélica) con quien lleva seis meses de matrimonio.

A través de una trama simple, Angélica, acuciada por la sospecha de un posible engaño conyugal, juega a buscar (y encontrar) la verdad.

Una circunstancia fortuita (la visita qué Pérez y Leandro. hacen a su marido) la pone en el doble trance de convertirse en supuesta actriz de varíete (la bella Pinguito) y amante del Dr. Gurméndez, pero el oportuno regreso de éste y la consiguiente declaración a sus antiguos camaradas de que se ha reformado, convirtiéndose en amantísimo y fiel marido, resuelve en forma feliz esta pequeña e intrascendente pieza.

De la breve obra teatral de Ernesto Herrera quedan a la consideración de todos los tiempos las escenas V y X del boceto Mala Laya e íntegros los textos de El León Ciego y El Pan Nuestro.

Estos trabajos, que explican su originalidad dentro de la historia del teatro nacional, son en definitiva, aquellos que el autor admitió con agudo sentido autocrítico, como los singularizantes de su persona artística.

Notas

*La necesidad de corregir errores (repetidamente citados como fuentes) en relación a la vida y estrenos teatrales de Ernesto Herrera, nos obligó a fijar definitivamente y con todo rigor su curriculum vitae, basado sólo en documentos oficiales, testimonios personales escritos y crónicas periodísticas de irreprochable honestidad. El prologuista agradece la generosa colaboración que con tal fin y en forma particular le prestaron la señora Acacia Schultze, la señora María Luisa Castagnetto de Herrera (viuda de Barrett Herrera) y su hija la señorita Acacia Herrera. El agradecimiento se hace extensivo al Jefe interino y funcionarios del Departamento de Investigaciones de la Biblioteca Nacional, Archivo del Ministerio de Instrucción Pública y otras instituciones oficiales a las que debió acudir.

Como addenda al prólogo, hemos preparado una bibliografía, que a la vez que permite conocer la obra total de este autor, sirve de guía cronológica a los datos registrados en su currículo.

 

1 - Dirección General del Registro de Estado Civil (Mont.) 20 de marzo de 1889. Libro de Nacimientos. Hijo (natural) de Nicolás Herrera y Matilde Lascazes. No obstante en todos sus escritos literarios (salvo seudónimos) y correspondencia, se firmó siempre Ernesto. Probablemente por influencia de su tío materno (Ernesto Lascazes) se le llamó desde muy pequeño Ernesto.

Copia de la Credencial Cívica. Mont. Sección Judicial 1ª Octubre 12 / Nombre y apellido: Nicolás Herrera. / Edad: 26 años / Profesión: escritor / Documento que presenta: C. Municipal. Ser hijo Nicolás / y dice en extracto: Son, Nicolás Herrera y Matilde Las Cazes / y nació 20 de marzo de 1889 / Domicilio: Florida 1408. / Firma usual del inscripto: Ernesto Nicolás Herrera. / fecha: dic. 12 - 1915 - (Sigue impresión digital).

2 - El 15 de julio de 1897. Dirección General Registro Estado Civil (Mont.). Libro de Defunciones. En el Acta consta la firma de su tío, Ernesto Lascazes.

3 - No hemos podido individualizar su nombre. Se sabe que era de nacionalidad italiana y que a la muerte de la esposa de don Nicolás (Adele Cruzet, 7 de nov. de 1888), cuando aquél pasó a residir con la señora Matilde Lascazes y sus hijos (en el Reducto), trabajó como ama de llaves de la familia, en particular como nodriza de Ernesto que era un niño muy débil y asmático.

4 - Concurrió a la escuela pública urbana de Segundo Grado Nº 7 (18 de Julio entre Vázquez y Médanos) dirigida por la señora María Manrupe.

5 - Su tío paterno, Lucas Herrera, desempeñaba entonces el cargo de Administrador de Lotería.

6 – El 1º de enero de 1904 las autoridades del Partido Nacional consideraron como violación del Pacto de Nico Pérez (firmado el 22 de marzo de 1903) el envío por parte del gobierno de José Batlle y Ordóñez de dos regimientos al departamento de Rivera. Aparicio Saravia se levantó en armas iniciando la llamada Revolución de 1904.

7 - Este batallón, de voluntarios montevideanos, organizado y comandado por el Dr. Carlos Travieso, defendía la política del Partido Colorado. Aunque el nombre de Ernesto Herrera no figuró en la lista del batallón, numerosos testimonios lo confirman, siendo probable que por su edad (15 años) no se le registrase. En cambio aparece en las del Regimiento Nº 8 de Caballería (como soldado) desde los primeros días de noviembre hasta mediados de diciembre de 1904. (Véase Ministerio de Defensa Nacional, Inspección General del Ejército, Revistas del Regimiento Patria, Octavo de Caballería.)

8 - "Pero como eras muy niño, sin embargo, estabas lleno de visionarios entusiasmos y te presentaste un día al improvisado cuartel donde nos dieron unas carabinas muy grandes y muy pesadas; más grandes que nosotros, y que al cabo de andar con ellas un rato nos pesaban como si cargáramos sobre el hombro una montaña. Tú llamabas la atención de todos en el cuartel, cuando en las largas horas de ejercicios te veías forzado a colocar el arma sobre el hombro. Se hacía en "cuatro tiempos" este movimiento; pero a ti, débil y pequeño, te costaba enormes esfuerzos y para que el fusil llegara sobre tu hombro, subías y bajabas alternativamente los brazos como si estuvieras extrayendo de un pozo una cadena muy pesada." (En: Moratorio, Orosmán (h.), "Cómo conocí a Ernesto Herrera". Su Majestad el Hambre, Mont-, 1931, P. 46.)

9 - Del texto de una carta de Ernesto Herrera se desprende que en 1907 hizo un viaje rápido por Río Grande Do Sul, acompañando a unos titiriteros. Está fechada en Cruz Alta, 16 de marzo de 1907 (véase Negro, Romeo: "Del tiempo heroico", en "La Noche", 11 de abril de 1921).

10 - "Cierto día me detuvo en la calle Julio Lista para exigirme explicaciones por haber faltado al café en la noche anterior. Con su incontenible espontaneidad, su ardoroso entusiasmo sin duda mayor que el de todos nosotros y con acento cálido, me dijo: —¡Lo que has perdido! Lasplaces llevó a un muchacho muy inteligente! ¡Si vieras qué talento tiene! ¡Si vieras qué lindos versos tiene! Se llama Herrera ¿lo conoces? Herrerita... Es chiquito así..." (En: Moratorio, Orosmán (h.), o. c. p. 49.

11 - Véase Bibliografía "La Tribuna Popular".

12 - Fue nombrado el 4 de marzo de 1908, renunciando el 2 de diciembre de ese año. (Véase Carpetas Nos. 721 y 884, Archivo Ministerio de Instrucción Pública).

13 - Véase Bibliografía "La Lucha", 1908.

14 - Véase Bibliografía Rev. "Bohemia" y "Vida Nueva".

15 - A. Sux: La Juventud Intelectual de la América Hispana, Barcelona, s. f., p. 130.

16 - Véase González Carvallo, Carlos: "Una pintoresca andanza de Herrera". En "El Mundo Uruguayo", Mont., 15 de octubre de 1942.

17 - En: "Bohemia", Año II, Nº XXV, p. 16, Mont., 15 de dic. de 1909 se lee: "Después de una gira de 10 meses por las principales ciudades de España y Portugal ha regresado a Montevideo Ernesto Herrera, ex-compañero de redacción y uno de los fundadores de esta revista".

18 - Véase Bibliografía "El Deber Cívico", 1910 y "Su Majestad el Hambre", 1910 y 1931.

19 - "Herrera hizo dos viajes a Europa, uno como polizón y otro becado. A este último pertenecen las cartas (a Antonio Gianola). Aquel otro viaje se vio interrumpido en Santos donde lo bajaron, es de imaginarse que después de haberlo castigado como era la costumbre, con la tarea de lavar platos abordo. Y a éste corresponde sin duda la remisión de un periódico brasileño que conserva, fechado el 16 de octubre de 1909, "A Lanterna" que aparecía 'as quintas-feiras' con la curiosidad de no indicar lugar donde se editaba, llegándose a saber por deducción que se imprimía en San Pablo." (En: Piro, Gervasio, "Herrerita", autor y actor en Melo). Suplemento Dominical de "El Día", Mont., 16 de junio de 1945.

20 - Se dice que colaboró en la revista "Germen" organizada por Alejandro Sux. No ha sido posible confirmarlo por no encontrarse dicha publicación en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires ni de Montevideo.

21 - José Pedro Bellán ocupaba entonces el cargo de maestro del Regimiento con asiento en la capital de Cerro Largo, y Casiano Monegal era redactor de "El Deber Cívico".

22 - Véase Bibliografía "El Deber Cívico", 1910.

23 - Véase Bibliografía "Libros".

24 - "...una anécdota: "El estanque" constituyó un suceso que, según crónicas de la época, "hubo de representarse dos veces". Cuando Herrerita se dispuso a regresar a Montevideo, Brussa le preguntó: /—Diga, Herrera... ¿Cuánto le debo por derechos de autor?... / Déjese de embromar, che... / —¿Cuánto le pagó Arellano en Montevideo?... / —Depende... Algunas noches me dio cinco pesos... Otras veces, menos... /—Bueno... Tome... / Y le entregó Brussa cincuenta pesos. Herrera, que como buen bohemio, no estaba acostumbrado a tantos billetes, abrazando a Brussa, le dijo: /—¡Qué bárbaro! Con esto le doy todas mis obras... ¡Nunca más tendrá que darme un peso!" (En Curotto, Ángel: Carlos Brussa, Una vida al servicio del teatro, Mont., 1953, p. 18).

25 - Véase Acevedo, Eduardo: Anales históricos del Uruguay, Tomo V, p. 413 y ss., y Pivel Devoto, Juan E., y Banieri de Pivel Devoto, Alcira: Historia de la República Oriental del Uruguay, Mont., Ed. Medina, 1956 (2» Edición), p. 477.

26 - "Llegó al campamento en Durazno (Regimiento de Caballería Nº 2) vestido de bombacha y botas y fue acogido de inmediato con gran amistad por el General colorado y sus oficiales." (Recorte del periódico "El Yí", Durazno, s. f., del Álbum de la señora Acacia Schultze). Su amistad con el general Galarza siguió por años al punto que cuando emprendió la gira por el interior del país como difusor de la revista "La Semana" se hospedó en su casa, donde conoció a la señorita Acacia Sehultze, cuñada del general.

27 - "Su primera obra representada en Buenos Aires fue "El Estanque", drama en tres actos de ambiente campero y atmósfera supersticiosa, dado a conocer en el Teatro Marconi por la compañía Tesada-Arellano. Precisamente a raíz de este estreno algunos cronistas expresaron risueñamente su asombro por el aspecto del autor, que apareció en escena con su camiseta gorkiona y mechones de cabello que le cubrían la frente." (En: Foppa, Tito Livio, Diccionario Teatral del Río de la Plata, B. A., Argentares, 1961, p. 372).

28 - En: "La Semana", 25 de febrero de 1911: "Un nuevo camarada". Véase Bibliografía "La Semana", donde colaboró desde el 8 de abril hasta el 14 de octubre de 1911.

29 - Véase "La Razón", Año XXXIII, Nº 9680, Mont., lunes 14 de agosto de 1911, p. 3, anuncio del estreno y fragmentos acto II de la obra.

30 - Véase Bibliografía "La Defensa" de Melo, 1911.

31 - En: "La Defensa", de Melo, 15 de nov. de 1911, se anuncian los ensayos, y en el número 226 del 29 de nov. se da la noticia de su estreno (el 25) con un artículo firmado por Tarugo que menciona "su pésima representación".

32 - La madre de Barrett, la joven Orfilia Silva, era hija de la señora Carmen Silva, que tenía una pensión en el Barrio Reus, donde Herrera vivió accidentalmente. Un desgraciado episodio familiar (entredicho entre madre e hija) del que fue totalmente ajeno el dramaturgo (estaba en Melo por esos días, véase bibliografía de "El Deber Cívico") culminó en el suicidio de Orfilia. (Véase noticia en "El Día", 17 de julio de 1914).

33 - En las carpetas 721 y 884, Archivo del Ministerio de Instrucción Pública, se conservan los originales del decreto con las firmas del Presidente y de Herrera. No es seguro que haya trabajado asiduamente, desde que hasta febrero de 1912 no concurrió a sus funciones, solicitó licencia a mitad de marzo, la reiteró en abril, y elevó su renuncia en julio de ese año.

34 - Preparó entrevistas y noticias criticas sin firma (testimonio de Samuel Eichelbaum).

35 - Existió la formal promesa de Rosario del Pino de que cuando regresara de su gira por América le estrenaría La Moral de Misia Paca, lo que quedó sin efecto al no encontrar la compañía teatro disponible en España a fines de aquel año. En Montevideo el 28 de oct. de 1912 se realizó una velada en el Teatro Solís para "formar la bolsa de viaje a Europa".

36 - Los antecedentes están en la carpeta 148 (1912) del Archivo del Ministerio de Instrucción Pública.

37 - Carta de Ernesto Herrera a Gilberto Gil fechada en Madrid el 11 de dic. de 1912. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera) .

38 - "Es alto, flaco, sin garbo en el ademán ni en el vestir; de pie parece un alocado; sentado, con los brazos extendidos y la barbilla dentro de la corbata, parece un muerto. Camina a zancadas, y para saludarnos, alarga el brazo y nos entrega su mano de un modo generoso y definitivo; diríase que no piensa recobrarla nunca, que nos la da para nosotros; para que nos quedemos con ella." (En: Zamacois, "Herrerita en España". Un autor uruguayo. Recorte periodístico, reproducido en un diario de Montevideo). (Álbum Sra. Schultze). Marzo 1º, carta a Gil en la que dice que empezó sus colaboraciones en "La Razón" de Montevideo, con las que piensa mejorar su situación económica y le habla de vender una obra a Podestá. Carta a Gil, Madrid, abril de 1913, insiste en su mala situación económica sin haber logrado nada que la mejore. Está profundamente decepcionado. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

39 - Véase Bagú, Sergio: Vida ejemplar de José Ingenieros. B. A. ed. Claridad, s. f., págs. 135-147.

40 - Véase "La Razón", Mont., 26 de abril de 1913, p. 12: Homenaje a Herrerita. (Sociedad Argentina de Autores Dramáticos resolvió remitir por giro telegráfico a Madrid 500 pesetas para sufragar los gastos de su enfermedad, pues se halla sin recursos.)

41 - Véase Bibliografía "La Razón", 1913.

42 - El 28 de abril lo trató el Senado, concediéndole 960 pesos anuales que fueron después de breve discusión elevados a 1.380. Véase Carpeta Nº 423, Ministerio de Instrucción Pública (1913), Mont., 30 de abril de 1913 / Ley: Pensión a Ernesto Herrera: "Poder Legislativo. El Senado y la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay reunidas en Asamblea General, Decreta: Art. Iº Concédese al Sr. Ernesto Herrera una pensión graciable de $ 1.380 anuales, por el término de tres años con el objeto de que perfeccione sus condiciones artísticas y haga al mismo tiempo propaganda beneficiosa para el Uruguay. / 29 de abril de 1913. Eugenio Lagarmilla. Pte., Domingo Veracierto, Secr.".

43 - Mayo 16, Carta a Gil en que anuncia que ha ido a París a buscar a José Ingenieros con el que se propone ir a Suiza para hacerse un tratamiento. Le llegó el anuncio de la pensión votada por el Estado (una beca para dar una serie de conferencias en España donde se propone estrenar inmediatamente El Pan Nuestro, aunque el triunfo será difícil dada la característica amarga de su obra, y las dificultades de público que ya ha silbado Los Muertos de Florencio Sánchez). En Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera.

44 - A Gil, junio 9, fechada en Lausanne en casa de Ingenieros. Le habla de un riguroso tratamiento y la mejoría rápida. Acacia Schultze (con fecha junio 3) le dice que su salud mejora rápidamente, "y si no me engaño creo que dentro de 3 o 4 meses estaré en condiciones de volver a España a recomenzar la lucha. Esta vez casi seguro de triunfar". En Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documento de Ernesto Herrera.

45 - El texto del Poder fechado en Ginebra, 19 de agosto de 1913. (En: Archivo del Ministerio de Instrucción Pública, carpeta Nº 423).

46 - "Me presentó Urdaneta a un joven uruguayo que había hecho el viaje con él de ayudante de cocina, de apellido Herrera. Llamóme la atención su estado de flacura y su aspecto grave. Le pregunté sobre qué temas le gustaba escribir, y contestóme que su único tema era el teatro.

—Como Florencio Sánchez — le dije, por decir algo. / — Si — replicó Herrera — "Pero Florencio se ha conformado con triunfar allá, y yo vengo a triunfar aquí". / — "En España es muy difícil" — le dije. / —"Creo que triunfaré — contestóme / — porque en tierra de ciegos el que tiene un ojo es rey"... No pude dejar de reírme ante la inesperada salida del amigo de mi amigo. Le manifesté que estaba equivocado y que quizás lo que más abundaba en España eran los comediógrafos de talento". (En: "Domínici, Pedro César: "De la vida bohemia". B. A., "La Prensa", Supl. Dominical, 2ª Sección, set. 21 de 1941, p. 2 cols. 4 al 6).

47 - "Sumario de la conferencia que el periodista y autor uruguayo Sr. Ernesto Herrera dará en El Ateneo de Madrid el martes 31 de marzo de 1914 a las 6 p. m., sobre los orígenes del Teatro Rioplatense y la obra de Florencio Sánchez, / El teatro rioplatense. - Sus orígenes. - Su protagonista: El Gaucho. - Sus primeros actores. - Los Podestá. – La obra de Florencio Sánchez / Quién era Florencio Sánchez. - / Algunos pasajes de su vida. - El revolucionario. - / El periodista - / El autor dramático. - El poeta. -/ El pensador. - Los últimos años / su vida. - Su muerte en un hospital de Milán". Texto de la conferencia reproducido en "Pegaso". Véase Bibliografía; y carta del cónsul uruguayo en Madrid al Ministerio de Relaciones Exteriores, 4 de abril de 1914 que comenta el triunfo de Ernesto Herrera en la citada conferencia; Carpeta Ministerio de Instrucción Pública, archivo, 423, 1913.

48 - Véase carta a Gil, Madrid 27 de marzo de 1914. Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera; Ernesto Herrera en Montevideo. Procedente de Barcelona en el "Tomasso de Savoia", llamado por asuntos de familia, permanecerá 15 días o un mes. - / Proyectos de Ernesto Herrera. - Próximo invierno en el Teatro Romea de Barcelona, estrenará la Cía. de Paco Fuentes "El Pan Nuestro". Editará en Barcelona un tomo de poemas en prosa. (En: Álbum de recortes, s. f. de la Sra. Acacia Schultze). "—Mi viaje no ha sido malo... / —¿Regular? / — Tampoco. Ha sido bueno. / —¿Y qué es lo que viene a hacer? / —Arreglar asuntos familiares. / —¿Se puede saber que asuntos son?... / —... / —¡Ah! Bueno, al público no le interesan más que sus obras. ¿Y qué tal lo han tratado en Europa? / —En todas partes me han tratado muy bien. / —¿Con qué su nombre y sus obras eran ya conocidas por aquellas tierras? / —No, pero como llevaba cartas de recomendación para algunas personas y por otra parte pagaba mis cuentas y no hablaba mal de nadie, todos me han considerado como un buen chico. / —¿De modo que Vd. todavía puede volver a Europa? / —Sí, y á cualquier parte. Ahora iré directamente a Barcelona, donde Paco Fuentes estrenará el drama "El Pan Nuestro". / —¿Y es bueno ese pan? / —Se puede decir que lo he amasado bien y cocido con todo mi calor". (En: Con Ernesto Herrera, (La Caricatura, 23 de junio de 1914).

49 - Véase Bibliografía "El Deber Cívico", Melo, 7 de julio de 1914.

50 - Véase Bibliografía. "El Deber Cívico", Melo.14 de julio.

51 - Véase Nota 32.

52 - "Encorvado desde su relativa estatura, los hombros en punta, como los dos extremos de una percha; las manos en los bolsillos verticales del sobretodo, los ojos siempre asombrados, y las aletas de la nariz en continua agitación como las del conejo. Pálido, fatigosa la respiración, girando ininterrumpidamente la cabeza, con la aprensión de que algo se le pase inadvertido del entorno, así ve mi recuerdo a la figura del gran dramaturgo desaparecido." (En: Eichelbaum, Samuel: (A.I.A.P.E. "Por la defensa de la cultura" Nº 4) Ernesto Herrera).

53 - Copia primer apunte mecanografiado. Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera. Se publica por primera vez en esta edición.

54 - Ejemplar cuatro páginas manuscritas en Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera.

55 - "Mi querido Guillermo: Al diablo la Muy fiel y Reconquistadora y al diablo todas las ciudades que son y han sido. Estoy hasta la punta del pelo mas largo de crisis y de setimino, de Batlle, Viera, de Artigas de Montevideo y de los Gloriosos treinta y tantos. Me siento Juan Moreira o Aquino y... me voy. ¿Quiere matreriar conmigo? Tengo las maletas prontas para largarme a Durazno por el primer tren. De ahí iremos a donde Ud. quiera o si lo prefiere nos quedaremos allí gozando de la fresca viruta pero a condición de no llevarles el apunte ni a Peuxa ni a Pelufo. Quiero trabajar y libertarme de paso de este aniquilador estado de animo en que me han dejado estos tres meses que he pasado “a soga” condenado a Montevideo / / por todo paso. Me llevo a esa el propósito de terminar dos comedias que tengo empezadas y tomar, contando con su eficaz colaboración algunos apuntes para una medía docena de mis “manchitas peras” ¿Dentro, che?. En fin, el sábado estaré con Ud. y charlaremos largo. Hasta entonces. Salude muy afectuosamente a su familia y si ya ha hecho las paces con el general anticípele un apretón de manos de su affmo Ernesto Herrera". (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

56 - Véase cartas a Carlos Brussa. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

57 - Ibidem. - Le habla de El Moulin Rouge. - De esta pieza sólo se conservan fragmentos del 1er. acto - 8 hojas manuscritas. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

58 - Julio Nicolás Herrera en 1950 era cónsul uruguayo en Florianópolis, Estado de Santa Catalina. (Archivo Ministerio Relaciones Exteriores) y su hermana Matilde Herrera de Moraes estaba radicada en Cruz Alta (Río Grande do Sul). Al fallecer Ernesto, esta última envió a "La Razón" de Montevideo una sentida carta de agradecimiento por todo lo que hicieron sus amigos. Véase "La Razón", 24 de febrero de 1917.

59 - Véase carta fechada en Melo a Marta Schultze de Silva, set. 14 de 1915. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

60 - Véase carta a la misma, fechada en Bagé, oct. 6 del mismo año. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

61 - Véanse cartas a la señorita Acacia Schultze fechadas en Bagé, 23 y 29 de octubre, Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera.

62 - Universidad de la República, Archivo de la Contaduría, abril de 1916.

63 - Véanse cartas a Acacia Schultze fechadas en Mercedes y libreta con apuntes de clase. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

64 - Primer apunte, 23 hojas manuscritas por el autor. (En: Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera). Se publica por primera vez en esta edición.

65 - Carta fechada en Mercedes a la señorita Acacia Schultze. Dice estar escribiendo una obra (sátira política, la única de este género que escribió), que no sabe si llamará La Princesa Cenicienta o La Corte del Rey Rataplán. En la carta transcribe la escena VIII. Es una sátira política poniendo en solfa las democracias de América en general y la nuestra en particular. Se conservan 13 hojas manuscritas y 11 sin paginación, del acto 1º (En: Archivo Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

66 - En "La Razón", Mont., 9 de feb. de 1917 se dio la noticia de su estado de salud al mismo tiempo que se anuncia la preparación de una nueva pieza intitulada Las Fieras.

67 - Carta escrita en el Hospital Fermín Ferreira (Montevideo, 11 o 12 de feb.?), en la que se dice: "Mi querido Antón Martín: Me interesa rectificar a "La Razón": en primer lugar, porque no estoy grave, y en segundo lugar por ciertos motivos sentimentales... que creo no desconoces. He estado bastante molesto en verdad, pero nunca al extremo de pensar en dejar "Las Fieras" inconclusas (sin uñas y sin dientes como quien dice). ¡Aquello iba a resultar el circo de Manetti!". (En: Álbum recortes señora Acacia Schultze). Nunca se encontraron los originales de "Las Fieras".

68 - "Chiquita mía: Estoy indignado con las majaderías de "La Razón". Me dicen que ayer o anteayer se ha publicado un nuevo suelto dándome como moribundo a tal extremo que Galarza ha vuelto a telegrafiarle al Dr. Brignole. Es una infamia. Nunca he estado mejor ni pueden notarse (aquí el papel aparece cortado). Desde ayer puedo tragar y todo el mundo me nota transfigurado. Yo no sé que se proponen estos idiotas con sus noticias. Hazme el favor de no alarmarte por ninguna majadería de esas. Yo trataré de escribirte todo lo más regularmente que pueda debido a los inconvenientes del franqueo. Prefiero quedarme con la carta a correr el albur de que mis misivas anden por ahí. No te escribo más porque Gil está esperando ésta para llevarla al correo. Dale muchos recuerdos a todos [papel cortado] besos de tu Ernesto". (En: Archivo Biblioteca Nacional, Departamento de Investigaciones, Documentos de Ernesto Herrera).

69 - "...Yo estuve con el pobre Ernesto el sábado y lo encontré tan animado y mejor, que salí de allí (Hospital Fermín Ferreira) lleno de un optimismo grandísimo respecto a su propia mejoría. El mismo se encontraba convencido de que mejoraba y los médicos le habían dicho otro tanto. Con ésto te imaginarás cuan grande y dolorosa habrá sido la sorpresa que me causó la noticia de su muerte. Pensé de inmediato en ti... y pensé en muchas cosas, pues en estos últimos días me hallé más íntimamente con Herrera, había aprendido a quererlo bastante más de lo que lo quería". Carta de Juan Mario Magallanes a Antonio Gianola (Melo).

70 - Hospital Fermín Ferreira,. Mont., 1917. Registro de Defunciones. (Ernesto Herrera).

71 - "En este medio nace un sentimiento de capital importancia en la futura evolución argentina, el culto nacional del coraje, el pundonor criollo que se funda especialmente en el valor personal, la cualidad predominante, que se impone a la estimación, porque es indispensable para prosperar; el desprecio teatral y heroico de la vida, la exageración enfermiza de la susceptibilidad. Análogo al honor medioeval, con el que

tiene sus puntos de contacto, le falta lo que constituye su esencia y le ha prestado su tradicional y poético prestigio, la fe en Dios y en el amor. El admirable desarrollo de la conciencia cristiana sufrió una interrupción en el medio americano". García, Juan Agustín: La ciudad indiana, B. A., s. f., p. 45.

72 - 19 de set. de 1836.

73 - Aunque ya en el "Diálogo patriótico interesante" de Bartolomé Hidalgo (1821) se anticipa de que únicamente con los pobres la ley es severa (motivo que repitió Hernández en La Vuelta de Martín Fierro, v. 4233-40) es en los versos anónimos y en los de Hilario Ascasubi (1833) que el problema se define. Véase Ayestarán, Lauro, La primitiva poesía gauchesca en el Uruguay, Mont., 1950, p. 15-17.

74 - "Lussich, blanco encarnizado, enemigo de toda conciliación con el partido colorado en el poder, hace hablar a sus personajes en un tono a todas luces enconado y rencoroso contra los 'dotores' nacionalistas que pactaron el cese de 'las hostilidades con el gobierno provisional regido por don Tomás Gomensoro."

"El tema del poema "Los Tres Gauchos Orientales', pues, es la guerra civil terminada en mala hora por las 'componendas' de los hombres dirigentes del partido Blanco, quienes, al decir de Julián Jiménez: Seis años de emigración / En suelo extraño tuvimos; / Penurias, males sufrimos / Con grande resignación; / Cuando vino la imbasión / Nos encontró decididos, / Y hoy disgraciaos y vendidos / Como hacienda por dinero, / Volvemos al extranjero / Dejando bienes queridos! Los seis años de que habla Julián, fueron los que mediaron entre la entrada del general Flores a Montevideo y la Revolución de 1871 organizada por el general Enrique Aparicio con el propósito de la restauración blanca que he citado". (En: Lussich, Antonio: Los tres gauchos orientales y otras poesías, Mont., C. García, 1937. Prólogo de Falco Espalter, P. 11.)

75 - Eduardo Acevedo Díaz en su novela Ismael (Cap. XXXIII), describe admirablemente a estos conductores de contingentes patrióticos. En la escena uruguaya el tema de la violencia ejercida por el caudillo regional sobre el paisano pacifista y el odio ciego entre hermanos provocado por la militancia en divisas opuestas, fue abordado por Enrique Crosa con El drama de todos estrenado en el Teatro Cibils de Montevideo por la compañía Arellano-Supparo, el 25 de set. de 1905. (Véase Rela, Walter: Repertorio bibliográfico del Teatro Uruguayo, Mont., Ed. Síntesis, 1965, p. 11).

76 - Véase Zum Felde: Evolución histórica del Uruguay (esquema de su sociología cap. VI); Pivel Devoto, Juan E. Ranieri de Pivel Devoto, Alcira: Historia de la República Oriental del Uruguay. Ed. citada p. 79 y ss.; Pivel Devoto, Juan E.: Historia de los partidos políticos en el Uruguay, Mont. C. García, 1942, 2 tomos: Pivel Devoto, Juan E.: Historia de los partidos y de las ideas políticas en el Uruguay, Mont., Ed. Río de la Plata, 1956, T. II, Cap. III; Solari, Aldo E.: Sociología rural nacional, Mont., 1943, parte II, Cap. V; parte III, Cap. II, III y IV.

77 - Florencio Sánchez, voluntario del movimiento blanco de 1897, no llevó a escena este tema pero lo condenó como el 'gran peligro para la cilivización' en El caudillaje criminal en Sud América en que estudia al célebre caudillo riograndense Joao Francisco Pereyra de Sousa en el campamento de Caty. Fue publicado por primera vez en "Archivos de Psiquiatría y Criminología", B. A., junio de 1903.

78 - Vicente Salaverri en la crítica al estreno de El León Ciego (véase "La Razón", Mont., 16 de agosto de 1911, p. 1), advierte por primera vez este hecho diciendo: "Y el palpitante cuadro, pleno de realidad, cruel en fuerza de exacto, es la mayor condenación de las contiendas que asolan nuestra campaña. ¿Qué alegato, qué anatema, en efecto, más elocuente que el hondo dolor de Goya, en su triple condición de hija, esposa y madre amantísima?"

79 - Véase nota 28 .

80 - "Era un hombre bueno y noble que quiso decir en El León Ciego un mensaje de paz". (Palabras testimoniales de la señora Acacia Schultze).

81 - Bonet, Carmelo: El teatro de Ernesto Herrera, B. A., Inst. Lit. Arg., 1925.

82 - Ningún elemento particular identifica a esta pieza con nuestro campo. Al contrario, en el c. III, e. II, Nemesio declara en plena fiesta mientras se baile un chotis (el "cióte", véase: Ayestarán, Lauro, La música en el Uruguay, Mont., Sodre, 1953, p. 508), no "entender las güeltas esas", a lo que afirma Vencedura: "Yo tampoco. A mí que me deán un gato", (danza argentina), cuando la tradicional danza oriental, que era el pericón, se interpretaba en escena como representación de las fiestas campesinas (véase: Bauza, Francisco, Estudios literarios, Mont., 1885, p. 228). Cuando José J. Podestá interpretó en el circo Arenas de Montevideo (Yaguarón entre San José y Soriano) "Juan Moreira" de Gutiérrez Podestá (fines de 1889), modificó a instancia de Elías Regules la danza argentina por el pericón, el que desde entonces fue número obligado del teatro gauchesco. (Véase: Podestá, José J., Medio siglo de farándula, Río de la Plata, 1930, p. 57 y ss. y 105 y ss.).

83 - La xenofobia al gringo intruso se dio en el período de la organización nacional argentina. Surgió como rebeldía del criollo que se encontró de pronto impotente ante el empuje civilizador. Al principio ridiculizó al gringo con palabras burlonas e hirientes (véase: Hernández, José, El gaucho Martín Fierro, v. 847-852; 859-864; y Sánchez, Florencio, La gringa, a. I, e. VIII), pero después lo agredió físicamente (véase el cuadro II, Moreira-Sardetti de Juan Moreira). Jorge Luis Borges, en El Martín Fierro, B. A., Ed. Columbia, 1953 (2ª ed.), p. 35 nota al pie, dice: "La xenofobia de los gauchos no se redujo a desahogos verbales; el primero de enero de 1873, un hombre a quien le decían Tata Dios congregó a cien gauchos al pie de la piedra movediza del Tandil y dio muerte a cuarenta europeos antes que las autoridades lo apresaran y fusilaran". Téngase presentes las palabras del pardo Flores en el sainete de Herrera (c. I, e. I).

84 - El asesinato de Guillermo acerca esta obra a las formas más primitivas del drama criollo (la etapa de la barbarie). Javier de Viana denunció duramente la insistencia de nuestros autores en mostrar gauchos homicidas, en varios artículos publicados en "El Nacional" de Mont., (marzo de 1895), refutando la defensa ensayada por Abdón Arózteguy. (Véase: "El Nacional", Mont., 15 de marzo de 1895, p. 1; reproducido en: "Revista Histórica" publicación del Museo Histórico Nacional, año LVI (2» ép.) T. XXXII, Mont., agosto de 1962, Nos. 94-96, p. 614-623).

Bibliografía

Obra de creación y de crítica

I - Libros

Su majestad el hambre. Cuentos brutales. Melo, Imp. El Deber Cívico, 1910.

[Contiene: Prefacio por Rafael Barrett. Cuentos: Vidas paralelas; El pastel; Un infanticidio; El condenado; Un cuento a Mimí; Mi vecino don Alejo: Racha pesimista; La primera carcajada; La cena de Juan Guerard; El visionario; Las dos estatuas; El derrumbe; El lodazal; Las dos hermanas; La madre de mi amigo.]

El estanque, drama en 3 actos. Mont., O. M. Bertani; 1911. [Biblioteca Teatro Uruguayo Nº 6.]

El león ciego, drama en 3 actos. O. M. Bertani, 1912. [Biblioteca Teatro Uruguayo N° 9]

La moral de misia paca, comedia en 3 actos. Mont. O. M. Bertani, 1912. [Biblioteca Teatro Urueuayo. N" 10]

El teatro uruguayo de. .. Mont. Ed. Renacimiento, 1917. [Contiene: El Estanque, Mala Laya, El León Ciego, La Moral de Misia Paca.]

El pan nuestro, drama en 3 actos. B. A. Teatro Popular, año IV Nº 113, 1922.

Su majestad el hambre. Cuentos brutales. Mont. Ed. C. García, 1931. [Contiene: Ernesto Herrera y la literatura, por Carmelo M. Bonet; Como conocí a Ernesto Herrera, por Orosmán Moratorio. Prefacio de Barrett. Cuentos: Vidas paralelas; El pastel; Un infanticidio; El condenado; Un cuento a Mimí; Mi vecino don Alejo; Racha pesimista; La primer carcajada; La cena de Juan Guerard; El visionario; Las dos estatuas; El derrumbe; El lodazal; Las dos hermanas; La madre de mi amigo: Los temibles [primera serie-segunda serie]. La vida bella (poesía); Y dijo el cóndor (poesía); ¡Nada más! (poesía). El hijo (cuento.)

Antologías

Artucio Ferreira, Antonia. Parnaso Uruguayo. (1905-1922). Barcelona, Casa Ed, Maucci, s. f. [Y dijo el Cóndor; Invernal; Himno a la Juventud.] págs. 107-110.

Casal, Julio J. — Exposición de la Poesía Uruguaya (desde su origen hasta 1940.) Mont., Ed. Claridad, 1940. [Y dijo el Cóndor...] p. 619.

Silva Valdés, Fernán: Teatro Uruguayo Contemporáneo. (Sel. y prólogo de...), Madrid, Aguilar S. A., 1960.

[El león ciego, págs. 113-173.]

II - Periódicos y revistas

"La Tribuna Popular". Mont., jueves 14 de noviembre de 1907. Año XXVIII, Nº 9717.

Los cosacos con la firma: Herita. (Noticia de Cyrano de Bergerac.)

"Bohemia". Revista de Arte.

Las dos ofeendas. (Poesía). E. H. Mont., 15 de agosto de 1908. Año I, Nº 1, p. 14.

Los temibles. G. de P., setiembre de 1908. Año I, Nº 2, p. 13. A España (poesía). E. H. Setiembre de 1908. Año I, Nº 2, p. 29.

Y dijo ei cóndor (poesía). E. H. Octubre de 1908. Nº 3, p.8.

Una revista de arte. G. de P. Octubre de 1908. N° 3, págs. 16-17.

El pastel de pavo. E. E. Octubre de 1908. Nº 4, págs. 4-5-6.

Mi vecino don Alejo. E. H. Noviembre de 1908. Nº 6, págs. 15-16.

Los temibles (2ª serie). G. de P. Diciembre de 1908. Nº 7, págs. 2-3.

Dale tu cumbre (poesía). E. H. Diciembre de 1908. Nº 7, p. 13.

Feijoada. G. de P. Enero de 1909. Nº 8, págs. 9-10.

La reina mora. E. H. Enero de 1909. Nº 10, págs. 9-10.

Si oyen contar de un náufrago la historia... Enero de 1909. Nº 10, págs. 12-13.

"La Lucha".

Perdigones (poesía). E. H. Nico Pérez, octubre 25 de 1908. Año 1, Nº 24, p. 1.

Urgoniferias (dedicado a Julio J. Carve). Lleva como firma: Ginesilio de Pasamonte. Nico Pérez, febrero 14 de 1909. Año II, Nº 39. p. 2.

"La Semana", periódico festivo, literario, artístico y de actualidad. Directores: O. Fernández y Orestes Acquarone.

Biscuit (poema). E. H. Montevideo, abril 16 de 1910. Año II, Nº 39.

"El Deber Cívico", Melo, martes 31 de mayo de 1910. Año XXI, Nº 2184.

Un cuento a Mimí. E. H. (fechado en Melo, mayo de 1910). p. 1.

El condenado, E. H. Melo, jueves 2 de junio de 1910. Nº 2185, p. 1.

Vidas paralelas, E. H., Melo, sábado 4 de junio de 1910. Nº 2186, p. 1.

El pastel, E. H., Melo, martes 7 de junio de 1910. Nº 2187, p. 1.

Un infanticidio, E. H., Melo, jueves 9 de junio de 1910. Nº 2188, p. 1-2.

Mi vecino don Alejo, E. H., Melo, sábado 11 de junio de 1910. Nº 2189, p. 1

Racha pesimista, (Diálogo). E. H., Melo, martes 14 de junio de 1910, Nº 2190, p. 1-2.

El visionario; E. H., Melo, jueves 16 de junio de 1910. Nº 2191, p. 2.

Las dos estatuas, E. H., Melo, jueves 30 de junio de 1910. Nº 2197, p. 2.

La primera carcajada, E. H., Melo, sábado 2 de julio de 1910. Nº 2198, p. 2.

La cena de Juan Guerard, E. H., Melo, jueves 7 de julio de 1910. Nº 2200, p. 1.

La cena de Juan Guerard (continuación), E. H., Melo, sábado 9 de julio de 1910. Nº 2201, p. 1.

La cena de Juan Guerabd (conclusión), E. H., Melo, martes 12 de julio de 1910. Nº 2202, p. 1.

"La Defensa".

Para ellos (poema). Melo, 19 de setiembre de 1910.

"Vida Nueva". Revista Nacional Ilustrada. [Continuación de "Bohemia"].

Hojas secas. Noviembre 30 de 1910.

"La Semana".

Personas distinguidas. Con la firma: Ginesillo de Pasamonte. Montevideo, abril 1º de 1911. Año III, Nº 87.

De sábado a sábado. [Crónica política]. [Melián Lafinur-Fleurquin]. Montevideo, abril 8 de 1911. Año III, Nº 88.

Secos e molhados. G. de P., Montevideo, abril 29 de 1911. Año III, Nº 91.

Un amigo de canelones. G. de P., Montevideo, mayo 6 de 1911. Año III, Nº 92.

Olla de grillos. (Croniqueando desde Durazno). G. de P., Montevideo, 15 de julio de 1911. Año II, Nº 100.

Invernal (poesía). E. Herrera. Montevideo, 29 de julio de 1911. Año III, Nº 102.

El león ciego. (Escena XIII). Montevideo, 12 de agosto de 1911. Año III, Nº 104.

Escarbando. G. de P., Montevideo, 2 de setiembre de 1911. Año III, Nº 106.

De sábado a sábado. Quien bien te quiere. (G. de P.) . Montevideo, 30 de setiembre de 1911. Año III, Nº 110.

Los mariscales. G. de P. Montevideo, octubre 14 de 1911. Año III, Nº 112.

"La Defensa".

Bocetos a pluma: el triunfo de Florencio. E. Herrera. Melo, martes 24 de octubre de 1911. Año II, Nº 216, p. 2.

Bocetos a pluma: Rafael Barret. Ernesto Herrera. Melo, viernes 27 de octubre de 1911. Año II, Nº 217, p. 2.

Florencio Sánchez. (Texto de la conferencia pronunciada por E. H.). Melo, viernes 10 de noviembre de 1911. Año II, Nº 221, P. 1.

"Caras y Caretas"

La cena de Juan Guebard. (Con ilustraciones: tres dibujos de Dumont). Buenos Aires, 21 de diciembre de 1912. Año XV, Nº 742.

"La Razón".

Por el teatro español. Cómo lo juzga Ernesto Herrera. Montevideo, 24 de marzo de 1913. Año XXXV, Nº 10.115, p. 1. (El artículo está fechado en Madrid.)

Por el teatro español.                       .

Judit de Villaespesa.

El embrujado del gran Don Ramón. Montevideo, 25 de marzo de 1913. Año XXXV, Nº 10.156, p. 3.

El gran lío del corral de la Pacheca.

Los desplantes de una actriz.

Un bello gesto de Paco Fuentes.

Montevideo, 27 de marzo de 1913, Año XXXV, Nº 10.158, p. 1.

La suerte de la fea. Género chico. Una obra que hace pensar en los buenos tiempos del Sainete. Montevideo, 31 de marzo de 1913. Año XXXV, Nº 10.161, p. 2.

Por los escenarios españoles. Las novelas. "El Eco" de Ramón Gay de Silva. Montevideo, 4 de abril de 1913. Año XXXV, Nº 10.165, p. 10.

La mamá, de Martínez Sierra. Montevideo, 8 de abril de 1913. Año XXXV, Nº 10.168, p. 2.

Cartas de Ernesto Herrera. La cojera de Romanones. Montevideo, 16 de abril de 1913. Año XXXV, Nº 10.174, p. 1.

Un estreno y dos en puerta. Montevideo, 29 de abril de 1913. Año XXXV, Nº 10.184, p. 7.

"El Deber Cívico".

El pan nuestro. Melo, martes 7 de julio de 1914. Nº 2804, p. 5.

El pan nuestro. (Conclusión del acto II de El pan nuestro). Melo, martes 11 de julio de 1914. Nº 2806, p. 2.

Fragmento de la conferencia de Herrera contra la tuberculosis. Melo, martes 14 de julio de 1914. Nº 2807, p. 4.

"Revista Ariel".

El pan nuestro. (Drama en 3 actos de [E. H). Buenos Aires, 1914. Nos. 4-5,

"Pegaso".

La obra de Florencio Sánchez. (Conferencia pronunciada por [E. H.] en el Ateneo de Madrid, el 31 de marzo de 1914). Montevideo. Año IV, Nº XXVI, agosto de 1920, págs. 49-60.

Teatro Nacional. Montevideo. Año VI, Nº 38. Agosto de 1921, págs. 49-55.

"Revista Nacional".

El arrabal. Ensayo breve. Montevideo, octubre-diciembre de 1959, págs. 510-511.

Walter Rela
Prólogo a "Ernesto Herrera - Teatro completo"
Colección de Clásicos Uruguayos - Vol 87
Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social - 1965

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