El sapo y la rana
Sylvia Puentes de Oyenard

Un día se encuentran
al borde del río, 
el sapo y la rana, 
de verde los dos.

El sapo le dice 
con ojos de amor:
-¡Qué linda pollera, 
qué lindo mantón! 
Si usted lo quisiera feliz 
sería yo. 
Ofrecerle puedo, 
señora, turrón, 
mantilla de seda, 
pañuelos de olor. 
Por casa tendría 
nenúfar en flor, 
manteles bordados 
con mucho almidón. 
Sería princesa 
de aquel, mi torreón, 
iría del brazo 
de éste, su señor. 
Usted con sus perlas 
y yo de reloj.
Su canto sería 
mi luz y mi sol. 
Acépteme, rana, 
que soy de valor 
y sapos tan ricos 
no hay en la región. 

La rana se mece 
como un tornasol, 
al sapo se acerca, 
le toma el bastón 
y oronda le dice:
-Aquí sólo falta, 
pues, la bendición.

Iremos al prado 
para la ocasión, 
tendremos padrinos 
y dama de honor; 
yo tendré por toca 
un gran peinetón 
y el novio levita 
de negro color.

Por altar tendremos 
la azucena en flor 
y toda la fiesta 
será una emoción. 
Y así se casaron 
la bella ranita 
y el sapo cantor 
y hubo bombones 
y cantos y arroz.

Sylvia Puentes de Oyenard
De Poemas de azúcar

Ir a índice de Rincón infantil

Ir a índice de Puentes de Oyenard, Sylvia

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio