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La noticia sorprendió este sábado. Se acalló la voz de
uno de los intelectuales más brillantes que ha tenido Uruguay. Erudito en
culturas orientales y precolombinas, tuvo especial aprecio por la chaná (L
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de los dioses (1948), B
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jo los trece cielos (1974), Aquel
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, 1979), El c
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(1988), L
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(1988), Ens
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éric
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(1989), El Tie
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po y sus
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s (4 volúmenes, 1992), L
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(1994). Pero quizás su múltiples y fermentales horas de lectura se
consagraron en ¿Y después de l
a
Ilíada?, donde ata los cabos
sueltos de distintas aventuras para darnos un periplo no conocido de los
personajes en el plano de la justicia y las consecuencias de la guerra.
Había nacido
en 1916, en un hogar cultísimo, donde su madre, Josefina Lerena
Acevedo, marcó una impronta como escritora y periodista reflexiva. Su
padre solía leer en la sobremesa a
los grandes de la literatura, entre los que se encontraba Víctor Hugo, al
que Hyalmar niño releyó ocho veces, aunque fue Amadís de Gaula
quien le demostró que valía la pena leer.
Fue docente de Liter
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tur
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en Enseñ
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nz
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Secund
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ri
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, Instituto de Estudios Superiores, Instituto de Bibliotecologí
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y Cienci
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s Afines, F
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cult
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nid
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des y Cienci
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s. Director de Artes y Letr
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l de Montevideo y docente de l
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Cátedr
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Ju
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rbourou. Dictó cursos de Liter
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tur
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indígen
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, poesí
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y ens
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yo. Muchos de sus libros fueron pre
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dos por el Ministerio de Educ
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ción y Cultur
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y otr
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s instituciones. Su últi
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obr
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(2003) pertenece
a
l sello editori
a
l de la Asociación Uruguaya de Literatura Infantil (A.U.L.I.), de la que
fue Miembro Fundador. En esta obra recuerda su infancia en el Prado y los
cuentos de su abuelo. Que allí vuelva a correr y a jugar con su gato Tizón,
el perro Chichola y los patos Cordela y Cordón.
A quienes fuimos sus alumnos nos dejó un legado
invalorable de sensibilidad, talento y erudición. Haya paz en su tumba.
Velatorio en Martinelli. Entierro domingo 18, hora 15, en el Cementerio Central,
Montevideo. |
