Hoy

Sylvia Puentes de Oyenard

Yo tuve un día
el corazón en calma,
La voz tranquila
y este paso cauto.
Yo sentí un día
renacer el alma,
La mano trémula,
La tarde un canto.
Hoy tengo el manantial
donde ha crecido
la carne despojada de su encanto;
El rápido latir que en mí derriba
La abeja que zumbaba temerosa.
Y ebrio,
ansioso,
redivivo,
desamarro el navío de nostalgias
y me haqo al temporal,
deseando ya por siempre el remolino
que busque el abanico de tus brazos.

Rosa exigida

Sylvia Puentes de Oyenard

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