El giro de la tarde

Sylvia Puentes de Oyenard

Era tu luz el giro de la tarde
y tu sonrisa la flor del mediodía,
En tu callar volaban las gaviotas
y en tu mirada el cielo se extendía.
Era tu mano mi bandera
y la tierra florida mi campana,
Tu triqo y tu pan mis prisioneros
y existía el amor porque te amaba.
Era tu luna el sol de mi mañana
y tu sombrío palomar
tu puerto y mi ventana.
El inquieto girasol nos transitaba
El alma ultramarina que esperaba,
Esperaba otro sol y otra mañana.

Rosa exigida

Sylvia Puentes de Oyenard

Ir a índice de Poesía

Ir a índice de Puentes de Oyenard, Sylvia

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio