El verdadero sentido de la escultura y su verdadera técnica

por Edmundo Prati

La escultura quiere expresar el sentido de las cosas por medio de sus mismas formas tangibles.

Huyendo del pictoricismo y de todo lo que pueda ser impresionismo inmediato, es decir, su razón aparente y superficial, buscará la misma sustancia plástica de la forma, porque ésta es "la sustancia de las cosas" y porque el verdadero sentimiento de la escultura es el sentimiento de la forma.

Es a través de su forma permanente y verdadera, que las cosas declaran su sentimiento y su propia sustancia.
Por eso, quien deforma por arbitrio o por depravación del gusto; o no sabe seleccionar y realizar por deficiencia técnica, no hará escultura, sino que a lo sumo llegará a hacer afichísmo efectista y caricatura o infantilismo.

Pero también la forma exterior y evidente de las cosas, proviene de su construcción interior, es decir, de la misma razón física de su vivir.

Al crear formas con materia plástica, arcilla, yeso, etc., se debe siempre tener presente la materia definitiva en que esas obras deberán transformase, piedra, mármol o metal, entonces se tratará de conducir esa plástica a la forma y terminación más parecida a la que le conferirán esas materias y en relación con sus posibilidades.

Únicamente de ese modo se podrá hacer plástica para piedra o bronce y lo que resulte será verdaderamente de piedra o de bronce. En cambio, el hacer plástica inmediata o inconclusa, valiéndose de medios efectistas, sensualistas o impresionistas en lugar de convertir a la forma en piedra o en bronce, transformará estas nobles materias en imitaciones de la arcilla o del yeso.

Sin embargo, no olvidemos que el valor artístico de la escultura no consiste nunca en la materia de que está hecha, sino en el valor plástico de su forma.

La arcilla y el yeso sirven maravillosamente coma medios necesarios razonables y libres, para crear la forma con libertad y llegar por su medio al bronce y a la piedra; pero en cambio no se debe pretender llegar con estas últimas, a la arcilla y al yeso.

De arcilla y yeso se debe sacar todo el partido posible, para que su forma se adapte apropiadamente dentro de las posibilidades de las materias nobles en que deberán transformarse para perdurar.

La talla directa es a veces una simpática inversión de la técnica; mientras que el plástico que no vigila y recupera plásticamente sus fundiciones en metal, es un inconsciente.

El que para llegar a la escultura se vale de efectos de dibujo. hace dibujo (y lo podrá hacer muy bien); quien, con las impresiones propias de la arcilla busca efectos de modelado, hace, solo modelado (y lo podrá hacer de lo mejor); pero quien busca la forma en su construcción verdadera, en su plenitud contenida y en su pureza exterior, sin pictoricismo y sin esnobismos, hará verdadera escultura aunque a los sabios superficiales y a los sensualistas románticos no les parezca.

Una estatua echada, que no dé la sensación de poder levantarse y correr, o una de pie que no dé la de poder sentarse o echarse, podrá ser todo lo bella que se quiera, pero será siempre estática por anquilosamiento plástico.

por Edmundo Prati
El David Nº 23 - 24
Noviembre - diciembre 1943

El texto, en papel, fue obtenido al realizar la labor de clasificación y depuración del archivo personal del escultor Edmundo Prati, junto a la inolvidable Dra. Lila Prati, sobrina del artista.

Ver, además:

                     Edmundo Prati en Letras Uruguay

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