Confesión
Santiago Possamay

La causticidad de algunos sacerdotes de la iglesia católica, destroza más almas que las actitudes a las que llaman pecaminosas.

La capucha es una noche, padre. El universo invertido. Nos vamos deshaciendo de a poco, muriendo. Con el correr de los días y los golpes el cuerpo desaparece de la conciencia. No hay antes ni después. Nada es seguro, ni aún los propios pensamientos. Se desea la muerte, se pide, se ruega pero no llega. Su presencia dilatada hace más tortuoso el camino. En esa oscuridad no penetra la fe, padre. No hay nada por detrás ni por delante. Deseé la muerte, padre y esa traición a la vida erosiona mi conciencia.

-Reza tres "Avemarías" y tres "Padrenuestros".

Santiago Possamay - Octubre 2007

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