Loas a Punta del Este
Juan Ramón Pombo Clavijo

Punta del Este; dame tu mano.
Confesora de mis males y mis penas
A veces, altivo, tus playas camino.
El horizonte y tú me acompañan.

Cuántas veces gasto tus veredas
en tus calles de nostalgias y descubro
que la brisa, las brisas; más que ellas
los vientos, se llevan mis recuerdos.

En la carroza de tu tiempo
mi paso cansino medita.
No pasees en ella mi conciencia,
ni abandones mi ego en el camino.

Te conozco, te amo, te venero, te paseo,
tomados de la mano en mi sueño.
¡Quién no acuna en su nostalgia
tus promesas de quimera y de grandeza! 

Solitaria y bullente, o
adornada de tormentas ;
Te adormeces con el sol o
te desnudas con tus lunas.

Sos mujer y no me caben dudas;
Ya que tienes en tu forma,
una graciosa silueta de sirena.
Tus vientos, tus médanos, tus espumas.

Los que bien te amamos; nos conmueve
recordarte tal como eras.
No queremos que el tiempo pisotee
tus historias y tus veredas.

Siento celos de ti, mi tiempo, mi cuna.
Yo, iluso y profano de tu cuerpo.
Cuando el viajero en tu copa bebe......
¡Siento un vacío que a mi pecho hiere!

Las retinas del que pasa; ese intruso,
Que roba tu imagen, la atesora
y un puñado de caracolas,
es la prueba de su paso por tu reino.

El mar ¡ho!, ese vanidoso
que te abruma y te festeja.
Ha olvidado, que un vasallo....
a una reina , no corteja.

La magia de tus noches
tiene encanto y tiene duendes.
Yo los he visto jugar y bailar
con la luz del faro, a la vera del mar.

Y los he visto con las estrellas
jugar a la ronda con el lucero.
Déjame llevar por mis quimeras
y ser el niño de mi recuerdo.

¡Ho! Razón, no tires de mi manga,
Tu no me comprendes. ¿Acaso no sueñas?
¿No vez, que mi amor es ciego?
Y si cierro mis ojos ¡Sólo veo el cielo!

Fui bebedor de tus fantasías
en tu fuente de placer.
Mi niñez creció contigo, mi ser.
Y mi ignorancia; tiene ausencias.

Yo sé que tú, ajena a mis loas; cantas....
sin mis yo y festejas a tus lunas.
No importa; con cada nuevo sol, cada día,
En cada trino, acunas en ti mi nostalgia.

LLeno de gritos callados,
yo cobijo atardeceres.
LLena de vacíos infinitos,
Tu, regalas amaneceres.

En dar y recibir, nunca estaremos a mano;
Esclavo de tu virtud, mi deuda se agranda.
Tu con tu existir, me lo has dado todo.
Yo sólo mi canto puedo darte; más...nada.

Cuando me vaya de éste mundo
la sal de tus besos, conmigo llevaré....
Tal vez, me recuerdes o tal vez no;
Pero no olvides, si me llamas...¡Volveré!

Juan Ramón Pombo Clavijo
Del Libro “Sol Morado” - Verso Libre 
Octubre de 1981

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