Cristalino |
Cristalino había nacido en el fondo del mar. Provenía de la familia de los peces "rodaballos" y su aspecto era muy curioso pues parecía haber sido aplastado por una apisonadora. Cuando nadaba lo hacía de costado y sus ojos - ubicados en la parte superior de su cuerpo - observaban todo lo que sucedía en el mundo marino. Y así fue como descubrió que todos los peces poseían brillos multicolores pero él solo tenía una tonalidad blanquecina y descolorida. ¡Qué triste se sintió Cristalino! -Buenos días, pececito - dijo una sonriente estrella de mar que pasaba por allí. -Bue... buenas - le contestó el pececito llorando. -¿Por qué tan triste ? -Soy el pez más feo del mundo, no tengo colores. -Ven vamos a conocer a mis amigos - sugirió la estrella y de ese modo invitó a Cristalino a realizar un largo viaje. Y juntos recorrieron el amplio océano. Cuando el pulpo conoció al pececito y supo el motivo de su tristeza, estiró uno de sus ochos tentáculos y le regaló el color violeta. Las algas de colores le obsequiaron al visitante sus tonalidades: rojas, verdes y marrones; y el pez mariposa cubrió a Cristalino con hermosas rayas y lunares mezclados entre sí. Ahora sí ¡qué alegría! El pececito jugueteaba, cantaba, sonreía y era tal su felicidad que hasta formaba olas con su cola en movimiento. Gracias, gracias estrellita amiga - exclamó loco de contento. Y ésta, que se encontraba cerca de una medusa transparente que los miraba, invitó a ambos a dar un paseo. Y juntos se los ve a los tres nuevos amigos jugando en las profundidades del mar. |
Dinorah Polakof
Cuentos viajeros
Selección: Sylvia Puentes de Oyenard
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