Esculpiendo la vida

Noches de turbulencias quietas.
Transir de a poco cada hora.
Viajando en una pluma de águila rota,
en un vuelo al cénit, en cada aurora.

Tambaleantes sentidos sin reflejos,
de mañanas cansinas y sin alma.
Vi la vida a través del viejo espejo
y hallé a mi sombra dormida y en calma.

Comienzos y finales se entremezclan.
Lodo, espuma, agua y viento.
Piedra pulida de triste vida
tomarás cuerpo y serás tiempo.

Dejar partir las manos sin regreso,
protegiendo aquella pluma de águila rota.
La pavez de mi pecho la resguarda;
ya la noche doliente será otra.

Leonel Pérez Domínguez
Ediciones IDEAS
Montevideo, diciembre de 2004

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