Ponencia para la Jornada de actualización en lengua y literatura.

CeRP del Litoral- Sede Salto.

Octubre 2004.

Negación y eudaimonía, una inscripción "sobre el espacio".

De sortilegios, de Nancy Bacelo.

Lic. Claudia Pérez

Declaro sobre el espacio
escribo con la tinta que no se borrará 
que me arrastró la noche.1

Es esta una posible aproximación a De sortilegios (2002) de Nancy Bacelo que apunta a explorar los siguientes efectos de lectura: el deseo fijador en la inscripción monumental, de carácter oraculario, con valor de sentencia vital, epigrama y a la vez epitafio; el funcionamiento de la negación, como un aspecto de la abstención del mundo y presencia de la "nada"; finalmente la búsqueda aceptada de la figura aristotélica de la "vida buena". Tres aspectos factibles de recortar y articular en este libro de poemas del año 2002, premio del MEC en poesía al siguiente año, con matiz autobiográfico de la autora cuya figura implica una construcción pública de poeta y gestora cultural que aparece deliberadamente como inherente presencia en el texto en nuestra lectura. Doloroso, impregnado de la elaboración de pérdidas reales y muertes simbólicas y de la austera aceptación situada en un plano estoico:

perdí Kamal 
qué mal perdí 
perdí Manú Kamal 
qué Pérdika perdí. (Bacelo, 2002:52) 

Voluntad lírica depurada "en plena posesión de una técnica y un estilo, creadora de un verso transparente inclinado al intimismo"2 al decir de Courtoisie, expresa en reiteraciones, anáforas, paronomasias, neologismos, concentración de figuras en el poema, breve, inscripto en el espacio-soporte de la hoja, que lo rodea sin ahogarlo, como la nada parece rodear al ser frente a la fluidez del "ser-en-el-tiempo", la lucha de la voluntad fijadora. Si "dentro y fuera constituyen una dialéctica de descuartizamiento" ese agon parece presentarse y alternarse en el texto de Bacelo. "Encerrado en el ser, habrá siempre que salir de él. Apenas salido del ser habrá siempre que volver a él. Así, en el ser, todo es circuito, todo es desvío, retorno, discurso"3.

Ya desde la titulación, a la usanza latina, con la preposición de ablativo De, acerca de, sobre los sortilegios, se impone el carácter sentencioso, el valor de libro de vida experiencial, de tratado sobre la variedad de sortilegios, etimológicamente significa leer la suerte, pronosticar4. La vida fluye como sortilegio, como lectura y develamiento de algo profundo y escondido:

Razón de sortilegios:
maleficio que cae 
y se destraban los atávicos nudos.
Nace una flor nueva.
Empieza el todavía. (40)

Muerte y resurrección, la instancia nefasta, revelación del día aciago y prohibido para la ley divina, del momento funesto:

Cercana está la luz 
la copa el vino.
Muy lejos la noche
y los envases.
Más cerca el sortilegio
de la inmensa aventura. (42) 

Vida que se mira desde el aquí y ahora hacia atrás. Y configura un sortilegio también el engaño, "registro de lo imaginario", ideal del yo, encantamiento personal de la realidad:

(...) No obstante tal vacío
la mano va
por la escasez del tiempo
configurando plenos/ sortilegios. (24).

Decimos forma epigramática y volvemos sobre el sentido etimológico, diálogo con lo arcaico presente en el texto : epigrama, yo inscribo sobre5, utilizado en la antigüedad para aludir a las inscripciones en el dintel de un mausoleo, en la base de una estatua, en piedra o en metal. "Se confunde con el epitafio"6. A partir del siglo V a. C. ya es un poema escueto, punzante o también un pensamiento de cualquier índole expresado con "brevedad y agudeza"7. ¿Epígrafe o epitafio?: "vida que se mira hacia atrás" , la tensión vida-muerte alterna o agoniza en el texto. La inscripción efectuada en un espacio "captado por la imaginación no puede seguir siendo [el espacio) indiferente entregado a la medida y a la reflexión del geómetra. Es vivido(...)Concentra ser en el interior de los límites que protegen."8 Dice Bacelo en "Pantallas":

No son vueltas 
son pasajes secretos 
de conspiración muy meditada.
Van los soldados con sus cascos
los caballos muy lustrosos
el velo magistral que esconde todo 
lo que pudo azuzar lo imaginario. 
Va el hilo azul - una hebra aparte- 
intercalándose en el blanco/ de otro mundo interior 
que escoge y sesga, remata y hace posible 
el dibujo que engaña y fortifica(...) . (34).

Bachelard se remite a la concepción de la estructura de "nuestra alma" como construcción desde el piso superior al sótano y la casa sirve para analizar el alma humana, en una operación inversa : "nuestra alma es una morada. Y al acordarse de las ‘casas’, de los ‘cuartos’, se aprende ‘morar’ en uno mismo." , "atroz memoria" (28) para Bacelo. Fijar decididamente una acción en lo monumental sugiere desear un acceso a un lugar "sobre" el espacio patriarcal del panteón, voluntad de género sesgada, investidura viril. Epitafio creemos ver también sobre la tumba, un binarismo que se juega en esta antítesis de la noche "relacionada con el principio pasivo, lo femenino y el inconsciente" : "Uno cree que está oscuro/ que no se ve más lo que se busca/(...)Y sin embargo sus ojos amarillos /son dos faros prendidos desde el cielo"(51) con la formación y gestación de las cosas, como promesa del día, luminosidad del renacer.

El carácter epigramático, la condensación, el verso libre de la poesía moderna no excusa sino concentra la función poética, la musicalidad, la estructura paralela de los versos : presente, complementos antecedidos de preposición de lugar e instrumento, la declaración concisa y personificadora : "que me arrastró la noche". Un agon entre la noche y la voluntad de fijeza, de asunción, de control al caos:

Deja caer despacio 
pendiendo así del hilo la estrategia 
y aguántate de toda pequeñez 
la noche pasa.

El poema parece apelar en anhelo intertextual a Santa Teresa y la letrilla inscripta en su breviario :

Nada te turbe; 
nada te espante;
todo se pasa; 
Dios no se muda, 
la pacïencia 
todo lo alcanza.11

La soberana detención del texto de Bacelo se erige monumentalmente frente al arrasamiento en un acto de resignada continencia, de emergente sobreposición, de fortaleza levantada sobre "la tour abolie" nervaliana. La aceptación de la derrota a la que alude el emperador Adriano de Yourcenar:12 " Pero de todos modos he llegado a la edad en que la vida, para cualquier hombre, es una derrota aceptada".

A quién se dirige la enseñanza de la sentencia, el didactismo generoso del texto, la actancialidad consecuente?:

Si es un riel 
de esos que no corren 
aunque debieran correr y 
deslizarse no insistas 
no insistas. 

Prudencia en la obstinación recomendada un ¿desdoblamiento interior o al receptor en el mundo?. El oráculo como tal en su enigmático proceder, absoluto, ha llegado a una meta. "Una vida muerta (...)una vida de la que Otro se erige en guardián"13 , muerte que "no es mi posibilidad"14 , "hecho contingente que, en cuanto tal, se me escapa en principio(...)No podré ni descubrir mi muerte ni esperarla, ni adoptar una actitud a su respecto, puesto que es aquello que se revela como indescubrible (...)"15 El encanto del sortilegio, envolvimiento sonoro del ser, también deviene tensión antes que la muerte de "la victoria final al punto de vista del Otro":16

Estás sobre un espacio 
-el espacio es muy breve- 
tenés enfrente tuyo 
un collar que destiñe 
y empalaga. 
Alcanza y sobra.(27).

¿Cuál es la función de la interrogación y la negación en la economía textual de Bacelo? Podría articularse con el concepto de "nada" y "ser-para-la-muerte" en la tradición existencialista17. En la relación hombre-mundo éste se encuentra en relación interrogativa. La nada en el papel "galgo" de fibras naturales ámbar de 120grs., cuidado artefacto, rodea el espacio de la letra, de la palabra escrita, lo "asedia", también interceptando el recuerdo y la temporalidad, inmiscuyéndose entre el punto y el vacío gráfico, intersticio entre los recuerdos, entre la "sucesión" de las "conciencias" . Toda pregunta postula la posibilidad de una negación : "Qué?" coloca Bacelo en una sola carilla, y responde en la siguiente : "que perdí la estatura /en la asombrosa verdad/ de tanto infierno. /que estiré el corazón /hasta los huesos./que deshojé la flor /del desencanto." (44-47). Es la desesperanza el estado natural y alerta de la existencia, propio de aquel que no se engaña18 ? Y la ilusión un autoengaño, una huída, una pérdida? El "no" repica, negación que cadencia, junto a la preposición introductora del objeto, la fragmentación:

Olor a pólvora. A fragmentos 
de sal equivocada. A aliento 
sorpresivo. A pedazos que no pueden
juntarse. A toda la equivocación
amontonada. Gritan teruteros
en la noche. Pero esa cara
no se asomará. (37)

La negación en el verso final remata y la oración es transgredida e interceptada por encabalgamientos, cada período se impregna metonímicamente de la cadena siguiente. Se trata de una capacidad nihilizadora que le viene al ser desde afuera como si éste se encontrara suspendido en la nada, o se trata de una operación de negatividad, de oponer dos abstracciones vacías ? El rostro que emerge como ausencia es una emergencia del ser en el no-ser o la nada que viene dada desde el corazón mismo del ser? El poder nihilizante parece venir de la propia conciencia en la que "aparecen" los fenómenos. Hacia fuera la conciencia percibe, tiene objetos, "estalla hacia el mundo", se trasciende: "Decime si aparecer/ es como venir sin nunca haber estado/ o si es haber estado/ y nunca aparecido." (7). Bacelo comienza el libro inquiriendo certidumbre, interpelando presencia y verdad, mandando. El ser de la aparición es su aparecer19, se muestra a la conciencia, "ella es un vacío total(...) es a causa de esta identidad que se da en ella de la apariencia y la existencia, que puede ser considerada como lo absoluto20." El fenómeno aparece a la conciencia y el mundo la "asedia" disponiéndose a su alrededor:

Lo que estaba existió 
estuvo marcó caminos océanos 
redondeles de agua en una copa.
No era de este mundo.
Era de otro cubierto de ceguera."(22).

Afirmación contundente de sustracción, denegación de existencia real, por esa operación un ser es rechazado hacia la nada. La condición necesaria para que sea posible decir no, es que el no-ser sea una presencia perpetua en , que la nada sea interior al ser: "De metal como la vigilancia/ los sentidos cruzan los dedos/(...) No admiten al realidad./Son asesinos." (23). Para determinar la ausencia de algo, "pero esa cara/ no se asomará" , "eres como eres/ y no como serías" (41), "Debajo de ese puente/ donde no pasa nadie" (43), existe un momento negativo por el cual la conciencia se constituye a sí misma como negación, se establece una ruptura de la continuidad del ser, en la temporalidad subjetiva: "Todo proceso psíquico de nihilización implica entonces una ruptura entre el pasado psíquico inmediato y el presente, esta ruptura es precisamente la nada.":21

No era una flor que se cayó 
¿de qué historia está hecho
ese argumento? No era una flor. 
Por la borrosa niebla
podría pensarse que era una flor 
disfraz de terciopelo en flor 
cielo de flor dedos de flor dientes de flor. 
El tema obseso cae 
Y entonces ves 
Tocas los pétalos
El aroma te anuda y es la flor 
Que no estaba y está 
Que la impusiste Y ahora ¿qué?. (17).

Y podemos preguntarnos sobre el lugar de la angustia, si está presente en la interrogación, en la pérdida, si se constituye como captación de ese lugar de la nada que separa su pasado del presente de la enunciación:

Alguien me pregunta 
detrás del vano de una puerta fija 
qué hice con los guantes 
que tuve entre mis manos/ qué hice que no pude(...) 
cómo no esquivé la prueba (...) 
Y miro y digo y digo 
esta vida no ha sido 
de armarse el plano adjunto?
Qué boletín de marcha 
denegué a los ejércitos 
enfilados en línea contra la misma suerte?. (26).

El "para atrás" del borde induce a la metáfora marcial de la vida que no pudo avasallar con su "proyecto"; si aparece la angustia es la de rehacer el yo, o de pensar en la imposibilidad de esa acción en la que pesa la muerte. La muerte como modo de ser que se toma sobre sí tan pronto como es posibilidad de ya no poder "ser ahí", de "ser relativamente a la muerte". Lo que ha llegado a su fin "ya no está a nuestra disposición como algo ’a la mano’"22 La muerte le pasa al otro en lo cotidiano y sin embargo se sabe que pasará a cada uno y no sorprende, pero aún no está "ante los ojos", vive embozada en la cotidianeidad :"al cabo uno morirá, pero por ahora aún no"23 . Pensar en la muerte/pérdida/caída deja brotar la angustia, en la que el ser es puesto "ante sí mismo en cuanto entregado a la responsabilidad de la posibilidad irrebasable24". ¿Es esa conciencia del "ser relativamente al fin" que puede entenderse impregnando el texto de Bacelo, que vislumbra su posibilidad peculiar, de "aguantarse" como tal? . El ser –ahí se conduce en el pendiente esperar la muerte. Pero ese esperar está lejano de lo real, porque la muerte no da posibilidad de realizar, es el fin de la realización, la espera de no-existir. "Todo comprender es un encontrarse". En la angustia se encuentra el ser "ante la nada de la posible imposibilidad de su existencia"25 : "Olor a pólvora.(...)A pedazos que no pueden /juntarse. A toda la equivocación/ amontonada" (37).

A partir del desencanto del mundo y la acción en la necesidad de un espacio de decisión, de libertad propia frente al acaecer situamos la búsqueda de la eudaimonía . La preocupación por "la estatura" desde un punto en el eje temporal, desde el aquí y ahora hacia el atrás. Parece interesante vincular este pensar la vida con el concepto de virtud aristotélico de la Etica a Nicómaco. Una parte de los poemas de De sortilegios está dedicada a la preconización de una cierta conducta en la acción, externa e interna, una postulación ética: "Deja caer despacio/ pendiendo así del hilo la estrategia/ y aguántate de toda pequeñez/ la noche pasa." (11). Esta postulación debe mucho sin duda al concepto de virtud en el pensamiento cristiano pero interesa aquí enfocar su sentido antiguo26. La ética griega gira en torno a dos términos: areté y eudaimonía27 , virtud y felicidad, términos complejos para definir. Eudaimonía refiere al demonio que hace la felicidad de su etimología28. La areté es atributo de los seres y de las cosas, no comprende solamente las cualidades morales, incluye habilidades como el ingenio, capacidad para discurrir y parece sintetizarse en sabiduría, justicia, coraje y moderación, a las que se añade a veces la piedad vinculada a la conducta correcta hacia los dioses. Dice Bacelo modulando el tópico de la cena-vida, reeditando asimismo la tentación cristiana:

No apures ese plato tentador 
Tampoco persigas las migajas 
del mantel 
bebe ese vino
que te dejará historias en la boca.
No codees los comensales 
que saborean más rápido.
deja que recoja los platos 
y no te acaricies el abdomen.(...)
La tentación es cruel.
Pero no te agaches más. (16). 

Una serie de ajustados imperativos de autocontrol y dignidad, guiados por una potestad que parece ser la razón, la mejor de las areté para Aristóteles, el intelecto actuando en forma aislada para la vida práctica y que constituye el núcleo principal de la ética. Identificada a veces la eudaimonía con el placer, persecución de los honores o con las riquezas, no incluye el concepto de expiación o felicidad por el sacrificio. La felicidad estriba en una cierta actividad conforme a la areté o virtud perfecta durante un período de tiempo, es fin supremo, no un bien del solitario sino del individuo público guiado por una actividad racional, conquistable día a día mediante ejercicio, que puede ser penoso, en la corriente del mundo, o en el equilibrio entre el mundo y la "vida retirada". Es conforme a la naturaleza propia, implicando deliberación y elección según la recta razón de cada uno, el medio entre dos extremos : "El mundo de lo real está sustentado en el latido ‘de un solo día’". Y Bacelo dice29:

Verás la espléndida tersura 
verás las ignominias y la dicha. 
verás la vida
que es lo mismo que verse 
la simple vida
la preciosa vida. (25).

Esa valoración de la vida multifacética que se abre entre los vaivenes opuestos apela a una distancia de percepción y una posición de control30.

La finalidad o el telos da un sentido hacia lo bueno: "como arqueros que saben también a dónde dirigen sus flechas ¿no dirigiremos las nuestras hacia donde debemos?.31 " Dice Bacelo: "(...) pero haz que me ajuste a los principios de la búsqueda. No a la Búsqueda de/ los principios que han sido mi sostén32." Y es decisiva la forma de recorrer el camino la flecha, no sólo el punto adonde debe llegar. Telos no es tanto finalidad sino plenitud, consumación. En este sentido la areté es "la posibilidad de dominar ese disperso tejido de tensiones que configuran el espacio de la psyché"33 . Porque los elementos pasionales hacen que se pueda vivir la realidad en niveles de afectividad, de conexión con el mundo, de esa emoción que no se repele , casi como cualidad de la noche-femenina: "Dicha cercana/ intensa deliciosa /perimetral de infiernos/ de eso todo /que se instala en la noche." (9). No basta con construir un sistema teórico sino contar con las pasiones que determinan la percepción de lo real, el "hacerse con la pasión"34 , dice Bacelo: "El baile de ilusiones o la ráfaga de amor? (...)Invéntale un lenguaje sin diccionarios académicos / y rastrea el final de cada cosa sin lastimar /sin hacer que la mano corte y mate / y después no haya guante que la cubra." La dialéctica de Bacelo es de "esto o lo otro", pero la conclusión preconiza la mesura autocontrolada, el punto medio aristotélico que : "no es simplemente el medio de la cosa misma, es el medio con relación a nosotros35", "la virtud en el hombre será esta manera de ser moral que hace de él un hombre bueno y gracias a la cual sabrá realizar la obra que le es propia36" , : "empecinado en subsistir" (15), por medio de una deliberación que se realiza sobre las cosas posibles, que están sometidas a nuestro poder pero que son oscuras en su desenlace, en las que el ser humano siempre es principio de su actos, "donde podemos decir no, lo mismo podemos decir sí "37. El hábito se construye con el tiempo : "Es lo mismo que cuando se lanza una piedra, que no es posible detenerla después de desprendida de la mano y, sin embargo, de nosotros dependía solamente lanzarla o no lanzarla"38, con la objeción consiguiente: ¿se es responsable de cómo se presentan las cosas a la imaginación?: "La ansiedad esa trampa/ peligrosa versión de los escudos /que los guerreros de la nada /ponían sobre el pecho" (36). Aristóteles especifica como respuesta : "somos personalmente cómplices de nuestras cualidades", siempre habita en el ser la cuota de responsabilidad aún en el condicionamiento si "la pasión sólo triunfa de la ciencia debido a la sensibilidad"39 . La firmeza en resistir, la templanza en dominar, hace la diferencia entre no ser vencido y triunfar, prudente el que "sólo anhela la ausencia del dolor"40 y finalmente Bacelo:

Lee de las manos. De los ojos. No sufras 
por ignorar la razón de saber(...)
No sufras después de despreciar tu predecir. 

(Bacelo, 1993:29)

Referencias:
  1 - Bacelo, Nancy, De sortilegios, Mdeo., Siete poetas hispanoamericanos, 2002. pág. 49.
  2 - Courtoisie, Rafael, "Poesía de Nancy Bacelo, Una voz mágica", Suplemento Cultural El País 02/12/27.
  3 - Bachelard, Gastón, La poética del espacio, Chile, FCE, 1993. (1ª. ed en francés 1957) (trad. al español de Ernestina de Champourcin):252.
  4 - Sortilegio, sortílego, formado en su raíz latina por el sustantivo sors - y el verbo legere, lego, Echauri Martínez, Eustaquio, Diccionario latino-español, Barcelona, Vox, 1997. 
  5 - del griego epigramma, inscripción,epi???sobre,?gramma?? signo, letra, documento
  6 - Ayuso de Vicente, Ma. Victoria,et alii, Diccionario Akal de términos literarios, Madrid, Akal, 1997 : 127.
  7 - Diccionario de la Real Academia Española, Madrid, Espasa-Calpe, 2001. Vigésima segunda edición. T. I. : 941. 
  8 - Bachelard: 28.
  9 - Siguiendo a Jung, C.G., Ensayos de psicología analítica, cit. En Bachelard: 29.
10 - Cirlot,J.E, Diccionario de símbolos, Colombia, Labor, 1994. )10ª edición): 326.
11 - "(...)Quien a Dios tiene,/ nada le falta. / Solo Dios basta."
12 - "Je n'en suis pas moins arrivé à l'âge où la vie, pour chaque homme, est une défaite acceptée." Yourcenar , Marguerite , Memorias de Adriano, Paris, Plon, 1951. Pág. 13.(Traducción de Julio Cortázar, Bs. As., Sudamericana, 1981 : 10-11. 
13 - Sartre, J. P., El ser y la nada, Bs. As., Iberoamericana, 1961. 3 tomos. (trad. al español de Miguel Angel Virasoro). (1ª ed. en francés 1943) III: 164.
14 - Sartre,.III:173.
15 - La muerte es hecho puro, como el nacimiento; viene a nosotros desde fuera y nos transforma en exterioridad." Sartre, III: 170. 
16 - Sartre, III: 168.
17 - Tomando la manera de entender la "desesperación" en Kierkegaard, la "nada" y el "ser-para-la-muerte" en Heidegger y la "nada" en Sartre. Heidegger, Martín, Ser y tiempo, BS. AS., FCE, 2003. (trad. al español de José Gaos) (1ª ed. 1927).
18 - Kierkegaard, Sören, Tratado de la desesperación, Bs. As., Santiago Rueda, 1960. (trad. al español de Carlos Liacho). (1ª ed. 1849). 
19 - Sartre, I:18.
20 - Sartre, I: 26.
21 - Sartre, I :75.
22 - Heidegger : 268. 
23 - Heidegger: 279.
24 - Heidegger : 277.
25 - Heidegger: 289.
26 - Su raíz griega: hJoV costumbre. Pabón, José M., Diccionario griego-español, Barcelona, Vox, 1997.(1ª ed. 1967).
27 - areth, eudaimonia. 
28 - el prejijo eu, bueno, bien, favorable, ?más daimwnia ,
29 - Camps, Victoria, (ed.), Historia de la ética, Barcelona, Crítica, 2002. Tomo I. pág. 143
30 - teloV
31 - Aristóteles, Et. Nic., 1094°,18-24, en Camps, op. cit. , pág. 145.
32 - Bacelo, Nancy, "Ora pro nobis" en Hay otros mundos pero vivo en éste, Montevideo, Ed. Siete poetas hispanoamericanos, 1993 Pág.15
33 - Camps, op. cit., pág.167.
34 - ibidem.
35 - Aristóteles, Moral a Nicómaco, Madrid: Espasa-Calpe, 1994. (trad. de Patricio de Azcárate). pág. 110.
36 - Aristóteles:109.
37 - Aristóteles:139.
38 - Aristóteles:141.
39 - Aristóteles:280.
40 - Aristóteles:301.
Lic. Claudia Pérez. 
Profesora de Literatura de la Escuela Municipal de Arte Dramático "Margarita Xirgú".

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