La fonda de don Gaetán
Juan Carlos Patrón

L'Albergo e Trattoria Milanesa aún está instalado en el cruce de Goes y Cuñapirú, frente a la Plaza de Deportes No 2. Era famoso por la polenta a la milanesa que servía. Para despertar la avidez de los transeúntes, en el frente del establecimiento un letrero anunciaba: "AL QUE MANGIA 4 PLATOS DE POLENTA SE LE SIRVE UNO DE PREMIO". El plato costaba dos vintenes y una de las habilidades de don Gaetán consistía en ir aumentando el contenido de los siguientes, de manera que el tercero se transformaba en algo así como el Himalaya de la polenta al plato. Sin embargo, cierta vez un paisanito petiso, muy delgado, melenudo y con facón atravesado en el cinto, comió siete platos sin vacilar. Nunca más se tuvo noticias pero igual provocó la sincera admiración de don Gaetán que divulgó la hazaña en un pizarrón colocado en la puerta del comercio.

Así empezó el pizarrón a pregonar los éxitos de los comedores de polenta. A veces, para atraer la atención popular, don Gaetán, al que no le faltaba buen ojo publicitario, conseguía que personajes del barrio le permitieran incluirlos en el anuncio. Un buen día

Goes se enteró de la derrota de un astro de fútbol que vivía a la vuelta de la fonda:

"EL IMPASABLE JAPONÉS VARELA FUE VENCIDO EN EL QUINTO PLATO DE POLENTA A LA MILANESA"

"POLENTA 5 - JAPONÉS VARELA 0"

Todos los que conocieron a Don Gaetán recuerdan la vitalidad con que atendía el negocio, desde las cuatro de la mañana hasta las once de la noche, sin dejar un instante de hablar. Era un monólogo en cocoliche. Siempre elogiaba la alta calidad de la comida que servía y las higiénicas camas que ponía a disposición de mercachifles y quinteros, "senza animalito repulsivo".

Si en algún momento de escasez de aves, desde la puerta, Fantasía en uno de los tres días que le tocaba trabajar por año, le ofrecía pollos "ahogados" (eran los que llegaban muertos en los jaulones), don Gaetán protestaba vigorosamente:

-¿Pero osté que se cree que é la trattoria signore Fantasioso? Questa é una casa que sirve la mecore mercadería del Mercado.

Pero, a veces, sucumbía a la tentación y agregaba bajito, para que apenas lo oyera Fantasía:

-Pásalo por lo portone de atrase, que te lo paga il Pablíto - Pablito era el hijo que lo acompañó desde 1920 hasta la muerte de don Gaetán, ocurrida en 1956.

Y seguía vibrante y ofendido:

-¡Questa casa trabaca con lo esplendore del Mercato!

Y marchaba a dar la última mirada a los cuartos, donde, por un real, dormían los mercachifles a cuatro por pieza, rendidos por los largos viajes. Y si a último momento, en la madrugada, llegaban nuevos clientes, aprovechando el sueño de piedra de los otros, los acomodaba en cualquier rincón y les daba un colchón para que durmieran, con recomendación de que las sábanas y frazadas se las sacaran con delicadeza a los que estaban más profundamente dormidos.

Goes y el Viejo Café Vaccaro
Juan Carlos Patrón.
Editó Los Ases - Casa de Cambio
Avda. Gral Flores Nº 2422
Agradecemos al Sr. Pablo Montaldo
Gentileza: Sr. Juan C. Iglesias

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