De la soltería, como en el fútbol, hay que saber retirarse a tiempo
Julio César Parissi

El tema de la prolongación o no de la soltería es algo que tiene un tiempo preciso para definirse. Hay años críticos donde uno puede caer hacia un lado o hacia otro en las relaciones de pareja. Es decir, puede transformarse en hombre casado o en solterón. Y a pesar de que existe el divorcio y en algún momento un casado puede volver a estar solo, la diferencia entre el soltero y el divorciado es abismal.

Una cosa es andar soltero y otra ser soltero, y esto también va para la mujer. Los ciclos de vida, y la vida misma, tienen sus límites. A veces uno puede estirar un poco esas demarcaciones pero, tarde o temprano, debemos pasar a otra etapa. No hacerlo trae más problemas que beneficios.

En algún momento comenté que tiene mejor prensa el soltero que la soltera, porque la cultura machista ve en el casamiento una caza del hombre por parte de la mujer. Por lo tanto, el que se mantiene soltero tiene en sí un halo de ganador, de tipo libre, sin marca ni ataduras. La mujer soltera, puesto que es la cazadora, pasa a ser la  pobre acechadora que se quedó sin presa. Pero si lo miramos sin la óptica machista vemos que ambos están en igualdad de condiciones: el hombre y la mujer disfrutan de su libertad sin ataduras (porque hay quienes son libres aunque parezcan atados).

El asunto es cuando pasan los años y el tipo no se casó. ¿Es gay? ¿Tiene alguna tara mental que no le permite convivir con otra persona? ¿Es insufrible en la intimidad? Y con la mujer también. ¿Nada le viene bien porque pide lo que no está en condiciones de atraer por sus dotes? ¿La abandonaron y perdió todas las ganas de intentarlo nuevamente? ¿Es insufrible en la intimidad? Como se ve, cuando la soltería se prolonga las dudas que surgen siempre son negativas.

Además, el soltero, luego de cierta edad, sabe que puede engancharse con solteras que pueden tener esos problemas que nombré, y ya no hay tantas ganas de formar pareja. La solución sería buscar una mujer mucho más joven, pero, ¿puede compatibilizar con alguien que no está madura para una relación adulta? El sueño erótico y machista de la jovencita inexperta a la hora de la realidad puede ser un fracaso de aquellos. O porque es demasiado inexperta y está muy verde, o porque de inexperta no tenía nada.

En cambio, un divorciado o divorciada (son los que dicen que no están solos sino que están sueltos) pertenecen a otra categoría diferente al soltero de siempre. Por lo menos han sabido quemar la etapa de la convivencia a la edad en que se lo pedía el cuerpo. Como el casamiento es una lotería —frase clásica pero real—, cuando dos de estos se encuentran y deciden juntarse, es probable que sepan evitar errores del pasado y así las cosas puedan funcionar bien.

He visto jugadores de fútbol que no han sabido retirarse a tiempo, y deambulan por las canchas tratando de ser, por lo menos, la sombra de lo que fueron. Y también conozco solteros que, pasados los años objetivamente buenos para casarse, entran a la cancha de las relaciones, corren durante noventa minutos y no hay nadie que le pase una pelota.

Julio César Parissi
De "
Las Mujeres Son Un Mal Necesario"

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