Emoción, intriga, romance

 
Lavados y secados ollas, platos y cubiertos, depositado el nene en las educativas aulas, despachado el marido a la carrera en dirección a la oficina, la señora mira en derredor, pasa revista al orden de los anaqueles, desliza un índice implacable por la moldura de los muebles, aprueba el brillo del parquet y se declara satisfecha con la pila blanquísima de sábanas planchadas.
Se terminó otro mediodía vertiginoso, en que las agujas del reloj perdieron de nuevo la carrera contra esa mágica persona que en un solo instante habita todos los rincones de la casa y cumple las incontables tareas domésticas con aparente y engañosa —vaya si es engañosa— facilidad. Ni el marido ni el nene pueden oírla ahora, de modo que lanza un prolongado y ya incontenible suspiro de cansancio. El silencio se ha aposentado entre las comprensivas paredes; un silencio que incita al descanso y al olvido. ¿Acostarse un rato, dormir una siesta cortita, para levantarse con la cara fresca y sonriente que el trabajador de la casa espera encontrar al regreso? Pensamiento masculino por excelencia. Ella es una mujer, además de un ama de casa, y si adora la evasión desea por lo menos controlarla; el mundo inseguro de los sueños es una promesa demasiado dudosa.
Ya ha pasado la edad ingenua de las fotonovelas y no le alcanza el dinero para salir de compras. Y tampoco iría aunque pudiera, porque a las 14 y 30 empieza la función de la irrealidad, que se prolongará hasta que Pepito vuelva de la escuela. No necesita fijarse en el programa, pues lo conoce de memoria: en ce equis tal. La RadioNovela Predilecta; en ce equis cual, el Gran RadioTeatro Universal; luego mover un poco el dial para no abandonar esos mundos de pasiones exasperadas, que se suceden entre sollozos de madres y oportunos consejos comerciales. Y a las 14hs.29ms.55seg. comienzan a sonar las voces conocidas, que tarde a tarde renuevan los latidos de una felicidad módica y puntual: "..... jor jabón del mundo, PRE-SEN-TA... (cortina musical; dramática, impone la inminencia, exacerba cierta angustia)... "Reencuentro de dos Almas", una radionovela de Jacqueline Duval, con la actuación estelar de... Lagrimina Sánchez!!".
Las historias se repiten, bajo diferentes cielos y autorías, en distintos tiempos y regiones: el conde Alex lleva una doble vida, una prima segunda lo ama en silencio, la condesa Ana es una madre despótica y viuda, el ama de llaves conoce un secreto de familia, un pretendido hijo natural del fallecido duque Maximilian se presenta en el castillo a reclamar parte de la herencia... Agregúense unas gotas de viento ululante, dos terroncitos de ingenuidad, una pizca de pantanos tenebrosos, agítese bien y sírvase en 24 episodios de quince minutos. Si el producto en cambio se llama "La venganza del gaucho Isidoro", sustituyase el conde por un estanciero, el ama de llaves por una china vieja, la palabra "horror" por "ahijuna" y ejercítese bien el sonido del galope; bastará agregar alguna profecía siniestra de una curandera y tendréis transformado el decadente dramón europeo en una vibrante y telúrica —insistir en la palabra para las glosas— tragedia rural rioplatense.
Las casas del barrio se enlazan con un hilo invisible aunque sonoro. Caminando lentamente bajo el sol temprano de la tarde, pegado a las paredes, oigo salir por las ventanas las mismas voces, los mismos llantos inconvincentes del radioteatro nacional. Qué fácil es imaginar esas escenas que oculta la intimidad hogareña: mujeres que tejen mecánicamente, mujeres que terminan de barrer el comedor, algún anciano resignado en apariencia pero vivamente interesado en la historia.
Una historia previsible, es cierto, de transitados enigmas e imposibles sorpresas; pero también una historia que nutre incesantemente corazones sensitivos, corazones excesivamente desencantados por una realidad que no admite deformaciones como para esperar otra magia, otra ensoñación, otra pequeñísima dicha que no sea la de ese voluntario y provisorio destierro.
Julio Rossiello "Pangloss"
Bolsilibros ARCA
Montevideo, 1968

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