Muestra de la poesía uruguaya actual (2009).  
Ricardo Pallares - Jorge Arbeleche   
Academia Nacional de Letras 
Dep. de Lengua y Literatura 
Sección Literatura 

Washington Benavides
(Tacuarembó, 1930)

            Un hombre ha muerto

 

El 8 de noviembre murió en la noche

del Hospital Maciel, un hombre.

Un hombre del que no se sabía su apellido.

Un hombre al que decían, en los bares

de mala muerte donde limpiaba pisos

y los vasos y las mesas, solamente “Pacheco”.

Solamente como una broma que algún borracho

sugirió y se le pegó al hombrecito.

Bajo y trigueño, homosexual y alcohólico.

Golpeado una y mil veces en el submundo

donde pernoctaba. Hablaba torpemente,

pero leía libros y estaba mucho más informado

que la cáfila de escruchantes, gigolós

y tahúres, que se burlaban de su sexo,

de sus amiguitos y sus borracheras.

Había traspuesto los sesenta y padecía

de un mal cardíaco crónico. Alguna ama

de casa compasiva, luego que le limpiara el piso

o la vereda, lo ayudaba con algunos pesos extras

para los remedios carísimos. Pero nadie podía

imaginarse cómo sobrevivía. Una enfermera jubilada,

le permitía un rincón de su apartamento

para dormir, junto a las bolsas de plástico

que lo acompañaban siempre. Y eran su armario,

su despensa y su biblioteca.

Muchas veces, a la mañana, cuando limpiaba

el bar del barrio, su rostro de luna sucia

mostraba las señales de su ser indefenso:

ojos a la funerala, pómulos negros, labios partidos.

Allí va “Pacheco” -decían- pobre loco...

Bamboleante con sus bolsas de plástico

hacia ninguna parte.

Se supo de su internación hace unos días

en el Maciel. Se habló de un hermano (mítico)

que vivía en el Cerro. Una doméstica del edificio

de apartamentos donde vivía la enfermera jubilada,

averiguaba alguna cosa. Que estaba muy mal,

que no tenía recuperación. El 8 por la noche

murió “Pacheco”. Pacheco o como se llamase. Murió

de un paro cardíaco. Y la muchacha doméstica tuvo

que andar en trámites en la Comisaría para lograr

del Municipio lo necesario para su entierro.

La tierra va a acogerlo, en su pobre ataúd

de pino. La tierra va a abrigarlo, a él, que no tuvo

nunca abrigo. La tierra va a nombrarlo con su nombre

verdadero.

Señor: no me interesa tanto que lo recibas en el Reino

de Los Cielos. Porque no me aflige ese Reino. “Rey

de Los Judíos” -te dijeron- como escarnio. Pero te pediría

que le reservaras un rinconcito cálido, como el que acaso

tuvo en el apartamento de su amiga, la vieja enfermera

jubilada. También recuérdale con su nombre verdadero.

 

                       

                        De La vida parodia al sueño

                                   (libro inédito).

 

                                   

       

 

                   Li Po

                        a una Dama europea

 

En escritura Kou Ouen, que es la màs antigua,

Escribirè una poesìa consagrada a mi remordimiento

Por no haber contemplado contigo a los vencejos

Como dardos moros acribillando las murallas de Toledo.

 

En escritura Ta tchouan, que es la escritura tradicional,

Inventada por Tcheu, ochocientos años por delante

Del nacimiento de vuestro Dios, consagrarè un poema

A la visita con que me dignaste una mañana en que

Dàbame lo mismo la Vida o La Muerte

 

En escritura Siao Tchouan, inventada bajo los ojos

De hierro del ilustre emperador Che Houang Ti,

Consagrarè una poesìa a la sonrisa con la que

Recibiste el haberos ofrecido un loto.

 

En escritura Ly Chou registrarè la tristeza

Que sentimos no por la golondrina muerta

En el alfèizar, sino por la pareja de niños

Abandonados que pasaron de largo.

 

En caracteres Long Tchouan semejantes

A dragones, cantarè vuestros silencios temibles.

 

En caracteres Souy Chou que parecen los campos

De trigo con margaritas rojas, cantarè vuestro esplendor.

En aquel balcòn de Beijing,solo vestida de un nenúfar.

 

En caracteres Louan Fong Chou, que se parecen

A la alondra suspendida del cielo, cantarè vuestra voz

Que alegra hasta una derrota.

 

En caracteres Tchouy Yun Tchouan que no parecen,

Son las nubes, destrenzarè vuestro cabello.

 

En caracteres Niao Tsy Tchouan, que son huellas

De pajaritos en la nieve, evocarè vuestros pies

Menudos.

 

En caracteres Yn Lo Tchuan que se confunden

Con los copos de nieve, soñarè tus mejillas.

 

En caracteres Tchouy Lou Tchouan, hermanos

Del orvallo, cantarè vuestros dientes.

 

En caracteres Yu Tchou Tchouan, que parecen

Hojas de jade, recordarè tus ojos.

 

En caracteres Tchouan Siou Tchouan,que parecen

Estrellas o mejor linternas de Hokusai para las bodas,

Volverè a cantar a tus ojos.

 

En caracteres Tche  Yu  Tchouan que parecen

Las ramas del Arbol de la Felicidad, evocarè

Lo feliz que me hiciste.

 

En caracteres Chang Fang Ta Tchouan, que son

Los màs antiguos y los màs elevados,

Registrarè mi indignidad, al exigirte que sòlo

A mi me amases.

 

Y en caracteres Fen Chou Tchouan,aptos

Para las inscripciones funerarias, dirè que enterrè

El dìa de nuestro primer encuentro, totalmente

El Pasado y con èl a todos mis màs hermosos

Recuerdos.

 

                                    Li Po

(Adaptación libérrima de John Filiberto. Admirado y consternado

De no ser ejecutor testamentario del sinólogo Ernest Fenollosa,

Como Pound, para cultivar los bambúes ideogramáticos de China.

18 / 04 / 08.-  Montevideo)

 

De La pluma blanca del pájaro negro

(libro inédito).

Washington Benavides (Tacuarembó, 1930)
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