Doce de octubre, día de festejo

 

No confundan, que no sólo de descubrimientos y conquistas vive el hombre, y con más razón la mujer. Hoy cumple 46 años Clarín AM 580... ¡mi radio...! Es día de fiesta para el montón de uruguayos que la mantenemos segunda en audiencia... Y eso es por ahora, porque los que éramos adolescentes cuando Clarín estaba naciendo, ya estamos acompañados por muchos jóvenes que han aprendido a disfrutarla, y todos juntos la llevaremos pronto al primer lugar.
Todo el que me conoce bien, sabe que tanto en casa como en el auto, las radios tienen "Clarín clavada en el dial". Que es mi compañera cuando manejo, que me hace más agradable cualquier tarea cotidiana y que muchas veces me inspira cuando escribo. Que hasta "discuto" con el lavarropas cuando se pone a centrifugar y me obliga a levantar el volumen para que no me la tape. Pero lo que muchos ignoran, es cómo empezó para mí esta predilección:

En 1958, yo cursaba cuarto año en el liceo No. 12, abierto un año antes en la vieja casona de Rivera y Alarcón. Ese local reunió unos cuantos estudiantes de zonas cercanas, que andábamos dispersos entre el Miranda, el Rodó, el Suárez, el Zorrilla y algún otro particular o religioso. No eran muchos los liceos en Montevideo, y había que elegirlos por la proximidad siempre que fuera sensato el traslado a pie, y en su defecto por la locomoción disponible… el "boleto de estudiante" no existía.

Integrar un grupo nuevo en cuarto año no me parecía nada prometedor; sin embargo, en pocos días cambié de opinión. En aquella muchachada tan heterogénea había algo especial, algo que experimentaba por primera vez y que representó una de las satisfacciones más lindas de mi vida. Los tres años anteriores me habían dado compañeros de clase, "el doce" me dio amigos.

El "clan" se formó por obra y gracia del orden alfabético con que fuimos ubicados por el Bedel. Al fondo del aula, Héctor, Chiquito, el Pocho y el flaco López. Delante de ellos, Sonia, Stella y yo. También la flaca Pelusa integraba el grupo, aunque cursaba tercero, porque venía del mismo colegio de monjas que Stella y allá se habían conocido... El otro "adjunto" era Carlitos -mi primo- que iba al liceo No. 8, pero, como siempre andábamos en yunta se agregó a la pandilla.
El punto de reunión de domingos y feriados era la casa de Stella, donde decidíamos si salir a dar vueltas por ahí o quedarnos buscando la música de moda de radio en radio para bailar hasta el anochecer.

Ese 12 de octubre nos quedamos. Pelusa recorría el dial de punta a punta, deteniéndose en Imparcial, Sarandí y sobre todo Sur, que ofrecía los especialísimos "radiosuréxitos". De repente encontró un tema que nos gustó a todos y dejó la radio quieta para bailar con nosotros. El tema terminó, empezó otro, y otro más… a cuál mejor… aquello parecía un "long-play" variado e interminable. Cuando se escuchó la voz del locutor hicimos silencio: "Desde la punta del dial, transmite CX50, Radio Clarín, en su emisión inaugural". Desde ese día, Clarín fue nuestra radio.

Terminado el liceo, mientras crecíamos, cada uno fue encaminando sus gustos bailables de forma diferente. Stella optó por lo melódico, Sonia por lo más moderno, mi primo y yo por los tangos… y las preferencias musicales de los cuatro continúan así hasta ahora. 
Yo no me alejaba de Clarín, pero la compartía con radio Artigas en la misma medida en que la música moderna crecía en descibeles. También estaban a mano los discos de Carlitos, de pasta, de 78 revoluciones por minuto, con Bill Haley y sus cometas, Los Plateros y otros roqueros "tranqui" de nuestros gloriosos dieciséis. 

Más adelante -no sé cuándo- radio Artigas desapareció y Clarín se quedó con su programación. Fue entonces que me di cuenta que habíamos madurado juntas. El tango y el folclore ya se adecuaban más a mis gustos que el rock de los 60' y ahí... dejé inmóvil el dial de mi Spika en el punto 580… para siempre.

En esa época se podía escuchar tango en muchas emisoras, pero en todas había que compartir la música con estruendosas, extensas y molestas tandas. En cambio Clarín acompañaba sin molestar, los avisos eran grabados por sus locutores de voz grave y dicción clara, y eso los hacía muy agradables al oído. 
Se podía saber dónde comprar los mejores rulemanes, dónde recauchutaban cubiertas, quién vendía bujías especiales para motores de dos tiempos… y algún otro tipo de mensaje, casi siempre alusivo a mecánicos, tacheros, camioneros, motociclistas y conductores en general.

Tampoco pasaba informativos y ni siquiera integraba todavía la cadena ANDEBU, sólo insinuaba con su programación consecuente -mejor que un reloj- cada media hora que iba pasando.
Había una o dos audiciones en la tarde, de unos treinta minutos. Recuerdo aquella en que los residentes armenios se daban cita para escuchar la música de su país, noticias y mensajes religiosos en su propio lenguaje… No entendía el idioma, pero la música me gustaba.

Un día cambiaron el estilo. Los locutores empezaron a identificarse al iniciar su turno y conocí los nombres de aquellas voces que me habían hablado tanto tiempo desde el anonimato. Esas voces que se escuchaban sólo en Clarín, donde el requisito para salir al aire seguía siendo el tono grave, pausado y varonil, como el del legendario Malmierca. 
Las voces de Clarín -Derly Martínez, Daniel Macías, Erny Gros- cada vez contrastaban más con el sonido disonante, apurado y mal articulado (masculino y femenino) que había inundando casi todas las otras emisoras. 

Pero la crisis no perdona y Clarín también -como todos nosotros- empezó a sufrirla. Nuestros oídos perdieron una de sus voces… Daniel Macías ya no conduce. Sin embargo, mi radio se las arregló para mantener sus rasgos más típicos. Algún avisito "enlatado" se coló entre los de siempre, pero sin distorsionar alzando el volumen en las tandas, cosa molesta y común en las demás. 
También ha hecho unos lugarcitos para espacios de opinión, donde los electores pueden escuchar las propuestas de sus partidos y estar informados para votar bien en octubre. Pero atiendan bien, que acá también Clarín marca la diferencia: es la única radio que le explica a los oyentes que "los conceptos vertidos en los espacios de opinión son responsabilidad del contratante, y no necesariamente expresan las ideas de la emisora". Esa es una excelente forma de respetar a sus oyentes, y nos sentimos complacidos de que Clarín "no se case con nadie".

Las estrofas gauchescas y las frases de nuestro Prócer que se intercalan día y noche en el programa, no sólo nos reviven la tradición y nos recuerdan la grandeza del Jefe de los Orientales, sino que además están elegidas "con la pega" y aparecen como sabios consejos a tener en cuenta ya, ahora, ante algún acontecimiento sobre el que sea conveniente detenerse a analizar.

Díganme qué otra radio se ha ocupado de preservar los codos de los tacheros que "balconeaban" manejando, con aquella frase preventiva que todos aprendimos de memoria. La cosa es que ya no andan por la calle arriesgando la articulación del brazo izquierdo. La intención es clara y se podría resumir en un simple "más vale prevenir que curar", pero Clarín hace más que eso: nos explica el "cómo".
Actualmente, y aunque la advertencia no sea puesta en práctica por todos los que deben asumir esa responsabilidad; los usuarios prestamos mucha atención en mirar cómo funcionan las aberturas de los lugares en que nos metemos, para salir ilesos en caso de incendio: "En los locales cerrados a donde concurre mucho público, las puertas de acceso al exterior deben abrirse hacia afuera".

Otras de las atenciones de Clarín, son los "saludos". A mediodía, a continuación de la cadena ANDEBU, a las 11:59 nos hace escuchar el Pericón Nacional; y a medianoche, a las 23:59 comienza el nuevo día con "Mi Bandera", la "Diana a Palleja" y "El pájaro campana".

Y no puedo olvidarme de los "clasificados", porque gracias a ellos nos enteramos -entre otras cosas- dónde llevar a cambiarle el mango a esa ollita que queremos tanto, y quién nos puede dejar como nueva la bombilla del abuelo... ¡sin necesidad de gastar plata preguntándoselo al 0900.2020...!

¿Se dan cuenta ahora por qué festejo del 12 de octubre? Porque es "el Día de la Ra...dio", MI radio, la que nació en el 58. 

¡¡¡Feliz cumpleaños, Clarín!!! No te podré acompañar por 46 años más, pero... sí lo harán los jóvenes que han ido aprendiendo -contigo y con nosotros- que sos única, sos la esencia de lo nuestro, la identidad del uruguayo de pura cepa...

Elizabeth Oliver de Abalos

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