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Pentimento
Verónica Noya 

-Lucía, otra vez estás pensando en eso, que pasa mi amor, ¿estás desvelada? - dijo casi en un susurro mientras se refregaba los ojos.

Ella lo miró angustiada, prefirió seguir en silencio, contestarle implicaba entrar en una conversación casi rutinaria. Desde el suceso- que había ocurrido hacia ya seis meses- parecía que no podían hablar de otra cosa y por más que tratara de olvidar, aquella imagen estaba siempre en su mente. Ya ni siquiera sentía ganas de dibujar. 

-Lu, no vayas hoy a la entrevista, estás cansada y para qué ..., mirá que cada vez son más exigentes en las entrevistas de trabajo. Además por un jodido trabajo de cajera... no vayas, vos estás para otra cosa, con tu capacidad, ya saldrá algo mejor. ¿Sabés que ayer me llamó Joselo? , dice que puede pintar una changuita para la semana que viene en una casa que están reciclando y con eso iríamos tirando ¿no?, ¿Qué te parece?

 

-....Me parece que me voy a levantar a hacer unos mates- dijo dándole un beso en la mejilla. No quiero discutir pero: hoy voy a ir a la entrevista. 

En la Sección de Selección de Personal la jornada se desarrollaba con total normalidad. Habían quedado unas treinta postulantes que pasarían a hacer las pruebas de memoria, razonamiento lógico y aptitud laboral. La psicóloga encargada tendría que revisar una a una las pruebas para determinar con exactitud quiénes eran las cinco más aptas, se acercaba navidad y cada sucursal necesitaba reforzar el plantel de empleados.

Lucía pasó cada una de las pruebas sin mayores problemas, en el cuestionario trató de obviar sus estudios en Bellas artes, ¨ hoy en día nadie quiere tomar estudiantes y menos de arte, pensó. La última rutina consistía en dibujarse a sí misma a la tarde desarrollando alguna actividad; Lucía obviamente se dibujó trabajando alegremente frente a la registradora, trató de no ser demasiado detallistas para continuar con su línea de perfil bajo, obvió sombras , claroscuros y perspectiva, tampoco delineó demasiado rasgos y facciones, se esforzó por hacer un lindo dibujito estándar. 

-Beatriz necesito que me comuniques con la central de la gerencia.

-¿A esta hora? Preguntó la secretaria- sabe como son allá y están tan enloquecidos con la zafra de las fiestas...

-BEATRIZ`¡ -dijo interrumpiéndola bruscamente- '¡ Tengo que recordarte que soy yo quien da las órdenes en esta sección!¡ Por favor¡- agregó bastante molesta y alzando el tono de voz.

-Perdón, sí, ya enseguida la comunico, con la gerenta ¿no?.

-Si por favor... y muchas gracias, disculpame el tono, creo que estoy nerviosa- después de todo, cuatro años de facultad no me habilitan a destratar a nadie -pensó mientras sentía un incómodo arrepentimiento mezclado con cierta frustración; ese trabajo definitivamente no la satisfacía. 

-Hola, buenas tardes Sra. Casandra, habla Amanda, de Selección de Personal.

-¿Hola?, ¿Qué, qué Amanda? ... a sí, la psicóloga, mire que acá estoy muy complicada, ¿Eh?.

-Sí, ya lo sé perdóneme- el tono rayaba en la sumisión-, es que... quería hablarle de las pruebas de hoy...

- Ah sí, supongo que ya me tiene los cinco refuerzos que le pedí, es más quizá tomemos alguna extra, total... la tomamos a prueba y después...

-Sí claro, entiendo. Quisiera hablarle de una chica que pasó las pruebas con el máximo puntaje.

-Buenísimo¡ mándemela, cuanto antes! 

-Sí, en realidad hay algo en la prueba de aptitud, la parte del dibujo, que es sumamente extraño...

Estaba parada frente a una humilde casita, verificó el número de puerta del arrugado papel que sostenía en su mano derecha. Golpeó, casi inmediatamente una joven entreabrió la puerta asomando sólo la cabeza.

- Si.-dijo la muchacha. 

-Disculpe el atrevimiento, mi nombre es Casandra Ramos y quería hablar con Lucía, soy gerenta del Supermercado al cual ella se presentó. 

-Ah sí ...soy yo..¿qué raro? ...perdón es que no esperaba que vinieran a domicilio- dijo con cierta desconfianza. Pase.

La mujer tendría unos cincuenta y tantos años, estaba bien arreglada, vestida formal, tal vez se trataba de su uniforme, pensó la joven, que no entendía bien a que debía la imprevista visita. A Lucía la inquietaba cierto gesto de preocupación en el rostro de aquella mujer.

-Sabe que yo vi su prueba de aptitud. Bueno primero la tengo que felicitar porque obtuvo un puntaje record- dijo esforzándose por distender la conversación. 

La joven se exaltó, sentía ganas de abrazarla.

-¿ Sí? ¡ Gracias, así que tengo trabajo¡ 

-En realidad aunque parezca raro no es por eso que vine. Supongo que sí, que el trabajo es suyo pero hay algo más importante... antes que nada, ¿ Está sola?

Sí... pero, para mí el trabajo es vital, es muy importante.

- Entiendo, disculpe, no es que quiera jugar con sus expectativas pero lo que necesito decirle es que vi su dibujo y quedé sumamente impresionada, probablemente lo dibujó inconscientemente. 

La cara de Lucía denotaba que cada vez entendía menos lo que estaba ocurriendo, la perplejidad le impedía seguir preguntando. 

- Fue la psicóloga quien me avisó, es increíble la perfección con que lo dibujó, la claridad de los detalles y la exactitud, ¡Es igual, y tan real! Supongo que esa visión la persigue día y noche, también imagino que no tiene a nadie que le crea y con quien hablar pero ¿sabe qué?, yo también fui visitada por ese ser que dibujó sin querer en el reverso de la hoja, yo lo vi, me visitó hace tres semanas y por eso he venido. 

Verónica Noya
Taller de Escritura y Estilo "Atrapasueños" de la Biblioteca "Carlos Roxlo", barrio La Teja (Montevideo) Año 2006
Juan Ramón Cabrera - Coordinador

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