Un ejercicio de pensamiento alternativo latinoamericano. |
Introducción. En
el presente trabajo me propongo aplicar a nuestro contexto
latinoamericano, tres ideas de filósofos europeos y una de un filósofo
mejicano, de modo de mostrar que existen filosofías latinoamericanas y en
que consisten. La
realidad del contexto se impone. Todos los días por la calle y por los
medios de comunicación nos golpea, la violencia, la exclusión, la
corrupción en todas las clases sociales. Mientras tanto nos preguntamos:
¿los trabajadores intelectuales que estamos haciendo? Desde las filosofías
deberíamos empezar a aplicar algunas de las múltiples ideas que nos
regocijamos terapéuticamente en analizar o interpretar. Partimos entonces
en este trabajo de una idea amplia de filosofía con enfoque social que
implica un contextualismo radical, una historicidad concreta y una
multidimensionalidad entendida como apertura
a los saberes para su articulación.
Las cuatro ideas aplicables a nuestro contexto, que tomaré son
ejemplos de lo que podemos hacer. Podrían ser muchas más. Idea
primera: Conócete a ti mismo. Sócrates
nos dio una de las primeras lecciones filosóficas, cuando nos enseñó el
“Conócete a ti mismo”. En la tradición filosófica repetimos lo que
dijo Sócrates, interpretamos o analizamos lo que dijo y como lo dijo.
Pero, ¿por qué en cambio no hacemos lo que nos enseñó?, ¿por qué no
damos respuesta a su planteo? Porque, Sócrates fue olvidado por las
filosofías académicas refundacionistas que se transformaron en el
“esfuerzo del concepto” a lo cual muchos entendieron por esto “el
esfuerzo de repetir el concepto de otro”, no de pensar por sí mismos.
¿Como se hace, el conocerse a sí mismo? Se logra en el diálogo con
otros. En un contexto social como el nuestro donde la escritura y la
lectura están en crisis, estamos volviendo a los planteos dialógicos
socráticos en la educación. Esta idea de conocerse uno mismo, se
articula con el problema de nuestra identidad latinoamericana uruguaya.
Nos preguntamos ¿quiénes fuimos, quiénes somos y quienes queremos ser?
Esto constituye lo latinoamericano uruguayo pues sólo nosotros podemos
dar respuesta sobre nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro.
Memoria, lucha y esperanza son consignas a desarrollar. De la respuesta
que demos al desafío socrático podremos ver si queremos ser libres o si
queremos ser una colonia europea o estadounidense. Estas respuestas
requieren de un trabajo multidisciplinario. Requieren abrir el “marco”
conceptual filosófico y leer otras disciplinas, esto también es característico
de lo latinoamericano. Para poder responder la interrogante ¿quiénes
fuimos? Debemos leer historia nacional y latinoamericana, así como la
antropología de nuestros pueblos. Para poder responder ¿quiénes somos?
debemos leer investigaciones de filósofos nacionales, sociología,
ciencia política, por ejemplo, aplicadas al Uruguay y Latinoamérica de
hoy. Para responder ¿quiénes queremos ser? Debemos desarrollar el
pensamiento alternativo, utópico y multidisciplinario siguiendo la línea
marcada por nuestros libertadores. Idea
segunda: Yo soy yo y mi circunstancia. Ortega
y Gasset. Nos dio una lección olvidada o desconocida, dijo: “Yo, soy yo
y mi circunstancia. Si no la salvo a ella no me salvo yo.” Ortega
responde el desafío socrático en su obra filosófica con esa afirmación,
y él más que nadie escribe desde la filosofía sobre
“lo español” quizás por eso se lo ha olvidado. El
sentido de “circunstancia” Ortega lo expresó en sus ensayos
“Meditaciones del Quijote” de 1914, con estas palabras, dice: “¡La
circunstancia! ¡Las cosas mudas que están en nuestro próximo
derredor..!” No todo es acto de habla, lenguaje explicito. Hay cosas
mudas que necesitan actos de escucha. ¿Quién escucha a los oprimidos
(las cosas mudas de hoy)? ¿Quién les permite hablar, quién habla con
ellos? Sólo podemos hablar por ellos cuando nos damos cuenta de que
compartimos la misma circunstancia. Es decir que tomamos conciencia de ser
también oprimidos y luchamos contra ello. Añade Ortega: “Y marchamos
entre ellas ciegos para ellas, fija la mirada en remotas empresas,
proyectados hacia la conquista de lejanas ciudades esquemáticas.”
Apliquemos esto a nuestro contexto. Algunos trabajadores intelectuales
vienen a sus lugares de trabajo marchando entre niños comiendo de la
basura, ciegos para ellos. Con la mirada en lenguajes de otros contextos,
a la conquista de ciudades lejanas como Harvard u Oxford. Me pregunto: ¿No
fue el pragmatismo que nos enseñó que la validez de una idea está en su
utilidad práctica? El
sentido de “salvar” en Ortega tiene dos sentidos uno platónico y otro
cristiano. Salvar
en sentido platónico quiere decir “salvar los fenómenos” es decir,
buscar el sentido de lo que nos rodea. Ortega se define como “...un hombre agitado por el vivo afán de comprender” Agrega: “Se
trata pues, lector, de unos ensayos de amor intelectual.” Pero aclara:
“El amor combate también, no vegeta en la paz turbia de los
compromisos...” Comprender entonces es articular el yo comprometido con
la propia circunstancia. La afirmación de Ortega se reformula
entonces en: Yo soy yo y mi circunstancia, si no la cambio a ella
no me cambio yo. ¿Nosotros desde las filosofías conocemos y
escribimos realmente sobre nuestra circunstancia latinoamericana uruguaya?
¿Cuál es nuestra circunstancia en la región y en el mundo? ¿Queremos
salvarla (léase cambiarla)? ¿O queremos sacar la visa y huir de acá? Idea
tercera: Detrás de todo conocimiento hay un interés. Habermas
nos dice que detrás de todo conocimiento hay un interés. La conexión de
conocimiento e interés se muestra en que las proposiciones teóricas
fundadas, sólo pueden pasar del discurso a determinados contextos específicos
de aplicación. Toda ciencia supone una relación con el interés, puesto
que los intereses forman parte constitutiva del conocimiento y de la razón.
Habermas distingue tres formas de interés y, con ello, tres clases de
ciencias: 1) el interés técnico dominador de la razón instrumental
(manipuladora de la naturaleza y del hombre) relativo a las ciencias de la
naturaleza; 2) el interés práctico de la razón comunicativa
(comprensiva que orienta la acción), relativo a las ciencias histórico-hermenéuticas,
y 3) el interés liberador de la razón crítica (articuladora de saber teórico
y práctica vivida) referente a las ciencias emancipativas. La liberación-emancipación
progresiva del hombre se lleva a cabo con la crítica a la ciencia y a la
técnica como ideología; así la teoría coincide con la praxis, pues en
ambos casos coinciden el conocimiento (teórico) con el interés (práctico)
La crítica a la sociedad no consiste en un mero comprender, sino en
liberarse de las diversas formas injustas de dominación. No se puede
separar la racionalidad del interés; la prueba de ello está en el mismo
lenguaje. Éste supone esencialmente comunicación y el diálogo
constituye la forma ideal de comunicación. En el diálogo ideal no hay
pretensión de dominio, el mejor argumento es aquél que nadie impone,
pero que se impone intersubjetivamente. Habermas también sigue el mandato
socrático, pues en el diálogo de los seres libres y autónomos surge la
idea. Y no hay diálogo si las personas no se reconocen mutuamente en
plena igualdad como seres libres y responsables. Sin embargo, el diálogo
en la sociedad actual manifiesta una pretensión de dominio. Hay un
lenguaje dominante que es de base económica su concepto principal es
“la globalización”. Pero después de la crisis del 2002 y su secuela
de robo y exclusión social, nadie puede seguir hablando de “mundo
globalizado” sino de países enriquecidos dominantes y países
empobrecidos dominados, en conflicto permanente por los recursos naturales
del planeta. Aquellas filosofías que no muestran este conflicto ¿de que
nos están hablando?, ¿de un mundo feliz? Lamentablemente este no es un
mundo feliz y hay que luchar por ello. ¿Cuál es la principal amenaza a la vida humana y natural hoy? ¿Los
pensamientos religiosos “fundamentalistas” como nos dice el lenguaje
imperial, o el capitalismo depredador y su sistema de consumo? Estos son
los verdaderos problemas de lenguaje que tenemos hoy. En
nuestra Latinoamérica uruguaya de hoy debemos especificar, que
conocimientos se presentan desde nuestros contextos culturales y qué
intereses dominantes o liberadores se pretenden. Los lenguajes que se
dicen desinteresados (léase analíticos, teóricos universalistas)
terminan legitimando por pasividad, las situaciones de dominación. Idea
cuarta: La filosofía refleja la situación del mundo que la origina. Zea
dijo: “La
Filosofía, de una manera o de otra, ha reflejado siempre la situación
del mundo que la origina y su importancia ha estribado, precisamente, en
su capacidad, no sólo para plantear los problemas que la han originado,
sino para anticipar soluciones adecuadas a estos problemas.” Nos
preguntamos: ¿Nuestras filosofías latinoamericanas uruguayas
reflejan nuestra situación
en el mundo, en la región y en el país? Esto nos introduce en el
debate necesario de ¿qué entendemos por filosofías? ¿Son
especulaciones académicas desinteresadas o son filosofares comprometidos
con la vida en su más amplia expresión? Algunos dicen que el mundo es
uno, esto es compartible, pero no es lo mismo vivir en el sur que en el
norte. Algunos dicen que la filosofía es universal, que la diversidad se
explica por que hay diversos modos de filosofar complementarios. Esto no
es fácil de entender ¿cómo se complementan la lógica bivalente con la
dialéctica, o con la llamada lógica “borrosa”? Siendo que estas lógicas
son la base de diversas filosofías. Se dice que “la filosofía” tiene
su “marco conceptual”, si esto fuera así hace tiempo que estaría
muerta pues un lenguaje de conceptos cerrados se paraliza y muere. En
cambio observamos que hay diversos “marcos conceptuales”, diversos
lenguajes filosóficos en movimiento. Para algunos parece que los únicos
autorizados a crear nuevos lenguajes son los europeos o los anglosajones.
El reconocimiento de la diversidad filosófica nos deja en la historia de las
filosofías que necesita ser reformulada, rescrita
mostrando sus conflictos. También nos remite a la distinción
entre filosofías dominantes (académicas) y filosofías dominadas
(vitales). Esto requiere de un planteo hermenéutico abierto a incorporar
otras disciplinas para poder explicar los conflictos. Por todo lo
expresado no hablo entonces de filosofías “en” Latinoamérica. Digo
“Filosofías Latinoamericanas uruguayas” porque los atributos de
Latinoamérica y Uruguay están inseparablemente unidos, pues sería un
error epistemológico y político pensar al Uruguay fuera de su contexto
natural y social latinoamericano. Con esa expresión toma sentido el
federalismo artiguista olvidado. Nuestro héroe nacional deja de ser una
estatua decorativa en la plaza Independencia donde sólo se ponen flores,
símbolo de entierro permanente. Pero
esa expresión “Latinoamérica uruguaya” no sólo refiere a un tema de
lenguaje pues también refiere a nuestra ontología que comprende a
nuestros pueblos y sus recursos naturales y espirituales.
Conclusiones: Necesitamos
un lenguaje filosófico alternativo. Un
lenguaje filosófico alternativo no busca el reconocimiento del lenguaje
dominante se opone a él, mostrando como su uso economicista persigue la
rentabilidad anti-igualitaria, la competitividad contra-solidaria y la
productividad explotadora. Un
lenguaje filosófico alternativo habla en plural en reconocimiento de los
oprimidos y sus diversidades culturales, esto no es fácil máxime que
estamos condicionados por el paradigma dominante. Por tanto, es necesario
mostrar los conflictos sociales, denunciando los discursos dominantes y
cambiarlos por lenguajes
liberadores apropiados a nuestros contextos. Podríamos usar la
expresión “Filosofías latinoamericanas uruguayas” como sugiere el título
de la ponencia. Lo “latinoamericano
uruguayo” consiste en crear ideas entendidas como palabras-conceptos y
tomar ideas de otros contextos aplicándolas a la solución de nuestros
problemas. Lo “latinoamericano uruguayo” está en las respuestas que
demos y reflejará nuestra situación en la región y en el mundo. Muchos
intelectuales del mundo podrán decirnos quienes fuimos y quienes somos
pero nunca podrán decirnos quienes queremos ser, esto lo tenemos que
resolver nosotros. No debemos aceptar nunca, que prácticas discursivas
filosóficas, económicas, políticas o las que sean de otras tierras, nos
impongan ideas o prácticas de lo que debemos pensar y hacer. Y aquí esta
lo específico de las filosofías latinoamericanas uruguayas, nuestro
ejercicio de pensamiento libre, alternativo, utópico y
multidisciplinario. Sólo
nosotros podemos dar respuesta sobre nuestro futuro. Pero
la expresión “Latinoamérica” se muestra insuficiente por que oculta
las vertientes afro u orientales de nuestros pueblos. Mejor sería usar la expresión Abya-Yala para
referirse a América Latina. Este término es de los indígenas Kunas de
Panamá que significa Tierra Madura. Esa expresión la podríamos
articular con la expresión de Martí “Nuestra América” y muchas
otras. Además esa expresión es un símbolo que nos remite a nuestra
tierra, y no elegimos a Calibán porque nos remite en definitiva a Europa.
Construyamos
alternativas vitales al capitalismo depredador (léase globalización) Al
construir un lenguaje alternativo vamos a reflejar la sociedad que
queremos. Zea
decía que toda filosofía refleja el mundo. Contextualizando su expresión
podemos decir nuestras filosofías deben reflejar la región en la cual
vivimos, por tanto la construcción de un lenguaje filosófico alternativo
necesita de una o más sociedades nuevas, alternativas utópicas adonde
ir. La unidad latinoamericana es un paso estratégico de resistencia a la
mayor explotación capitalista de todos los tiempos. Es
la hora de las ideas nuevas, de las creatividades y de las
participaciones, aprovechémosla. Por tanto, las filosofías
latinoamericanas existen, entre ellas las latinoamericanas uruguayas, pero
no están sólo en los libros de la tradición filosófica europea o
estadounidense, también están en el pensamiento de nuestros
libertadores, de nuestros trabajadores latinoamericanos intelectuales en
particular, y en general en todos los trabajadores, en sus movilizaciones
y en sus reivindicaciones, que son parte de la lucha de nuestros pueblos
oprimidos contra el capitalismo salvaje de hoy. Una democracia profunda,
popular, participativa y solidaria en un contexto de integración
liberador es posible luchemos por ello.
BIBLIOGRAFÍA: Alemian,
Carlos. Nuestra Situación Latinoamericana. Editorial
Precursora, 2003. Bs As. Habermas, Jürgen.
Conocimiento e interés. Taurus, 1989. España. Ortega y Gasset, José.
Meditaciones del Quijote. En Obras completas, tomo I. Ed. Alianza-Revista
de Occidente, 1993. España. Platón. Alcibíades. Ed.
Aguilar, 1959. Argentina. Zea, Leopoldo. “El pensamiento latinoamericano”. Ariel. 1976. España. |
Ricardo
Nicolon
Ponencia presentada en Facultad de Humanidades (UDELAR)
y en Chile en el Corredor de las ideas del Cono Sur
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