Un ejercicio de pensamiento alternativo latinoamericano.
¿Existe una filosofía latinoamericana uruguaya? 

Ricardo Nicolon

Introducción. 

En el presente trabajo me propongo aplicar a nuestro contexto latinoamericano, tres ideas de filósofos europeos y una de un filósofo mejicano, de modo de mostrar que existen filosofías latinoamericanas y en que consisten.

La realidad del contexto se impone. Todos los días por la calle y por los medios de comunicación nos golpea, la violencia, la exclusión, la corrupción en todas las clases sociales. Mientras tanto nos preguntamos: ¿los trabajadores intelectuales que estamos haciendo? Desde las filosofías deberíamos empezar a aplicar algunas de las múltiples ideas que nos regocijamos terapéuticamente en analizar o interpretar. Partimos entonces en este trabajo de una idea amplia de filosofía con enfoque social que implica un contextualismo radical, una historicidad concreta y una multidimensionalidad entendida como apertura a los saberes para su articulación. Las cuatro ideas aplicables a nuestro contexto, que tomaré son ejemplos de lo que podemos hacer. Podrían ser muchas más. 

Idea primera: Conócete a ti mismo.  

Sócrates nos dio una de las primeras lecciones filosóficas, cuando nos enseñó el “Conócete a ti mismo”. En la tradición filosófica repetimos lo que dijo Sócrates, interpretamos o analizamos lo que dijo y como lo dijo. Pero, ¿por qué en cambio no hacemos lo que nos enseñó?, ¿por qué no damos respuesta a su planteo? Porque, Sócrates fue olvidado por las filosofías académicas refundacionistas que se transformaron en el “esfuerzo del concepto” a lo cual muchos entendieron por esto “el esfuerzo de repetir el concepto de otro”, no de pensar por sí mismos. ¿Como se hace, el conocerse a sí mismo? Se logra en el diálogo con otros. En un contexto social como el nuestro donde la escritura y la lectura están en crisis, estamos volviendo a los planteos dialógicos socráticos en la educación. Esta idea de conocerse uno mismo, se articula con el problema de nuestra identidad latinoamericana uruguaya. Nos preguntamos ¿quiénes fuimos, quiénes somos y quienes queremos ser? Esto constituye lo latinoamericano uruguayo pues sólo nosotros podemos dar respuesta sobre nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro. Memoria, lucha y esperanza son consignas a desarrollar. De la respuesta que demos al desafío socrático podremos ver si queremos ser libres o si queremos ser una colonia europea o estadounidense. Estas respuestas requieren de un trabajo multidisciplinario. Requieren abrir el “marco” conceptual filosófico y leer otras disciplinas, esto también es característico de lo latinoamericano. Para poder responder la interrogante ¿quiénes fuimos? Debemos leer historia nacional y latinoamericana, así como la antropología de nuestros pueblos. Para poder responder ¿quiénes somos? debemos leer investigaciones de filósofos nacionales, sociología, ciencia política, por ejemplo, aplicadas al Uruguay y Latinoamérica de hoy. Para responder ¿quiénes queremos ser? Debemos desarrollar el pensamiento alternativo, utópico y multidisciplinario siguiendo la línea marcada por nuestros libertadores.   

Idea segunda: Yo soy yo y mi circunstancia. 

Ortega y Gasset. Nos dio una lección olvidada o desconocida, dijo: “Yo, soy yo y mi circunstancia. Si no la salvo a ella no me salvo yo.” Ortega responde el desafío socrático en su obra filosófica con esa afirmación, y él más que nadie escribe desde la filosofía sobre  “lo español” quizás por eso se lo ha olvidado.

El sentido de “circunstancia” Ortega lo expresó en sus ensayos “Meditaciones del Quijote” de 1914, con estas palabras, dice: “¡La circunstancia! ¡Las cosas mudas que están en nuestro próximo derredor..!” No todo es acto de habla, lenguaje explicito. Hay cosas mudas que necesitan actos de escucha. ¿Quién escucha a los oprimidos (las cosas mudas de hoy)? ¿Quién les permite hablar, quién habla con ellos? Sólo podemos hablar por ellos cuando nos damos cuenta de que compartimos la misma circunstancia. Es decir que tomamos conciencia de ser también oprimidos y luchamos contra ello. Añade Ortega: “Y marchamos entre ellas ciegos para ellas, fija la mirada en remotas empresas, proyectados hacia la conquista de lejanas ciudades esquemáticas.” Apliquemos esto a nuestro contexto. Algunos trabajadores intelectuales vienen a sus lugares de trabajo marchando entre niños comiendo de la basura, ciegos para ellos. Con la mirada en lenguajes de otros contextos, a la conquista de ciudades lejanas como Harvard u Oxford. Me pregunto: ¿No fue el pragmatismo que nos enseñó que la validez de una idea está en su utilidad práctica?

El sentido de “salvar” en Ortega tiene dos sentidos uno platónico y otro cristiano.

Salvar en sentido platónico quiere decir “salvar los fenómenos” es decir, buscar el sentido de lo que nos rodea. Ortega se define como “...un hombre agitado por el vivo afán de comprender” Agrega: “Se trata pues, lector, de unos ensayos de amor intelectual.” Pero aclara: “El amor combate también, no vegeta en la paz turbia de los compromisos...” Comprender entonces es articular el yo comprometido con la propia circunstancia. La afirmación de Ortega se reformula entonces en: Yo soy yo y mi circunstancia, si no la cambio a ella no me cambio yo. ¿Nosotros desde las filosofías conocemos y escribimos realmente sobre nuestra circunstancia latinoamericana uruguaya? ¿Cuál es nuestra circunstancia en la región y en el mundo? ¿Queremos salvarla (léase cambiarla)? ¿O queremos sacar la visa y huir de acá? 

Idea tercera: Detrás de todo conocimiento hay un interés.  

Habermas nos dice que detrás de todo conocimiento hay un interés. La conexión de conocimiento e interés se muestra en que las proposiciones teóricas fundadas, sólo pueden pasar del discurso a determinados contextos específicos de aplicación. Toda ciencia supone una relación con el interés, puesto que los intereses forman parte constitutiva del conocimiento y de la razón. Habermas distingue tres formas de interés y, con ello, tres clases de ciencias: 1) el interés técnico dominador de la razón instrumental (manipuladora de la naturaleza y del hombre) relativo a las ciencias de la naturaleza; 2) el interés práctico de la razón comunicativa (comprensiva que orienta la acción), relativo a las ciencias histórico-hermenéuticas, y 3) el interés liberador de la razón crítica (articuladora de saber teórico y práctica vivida) referente a las ciencias emancipativas. La liberación-emancipación progresiva del hombre se lleva a cabo con la crítica a la ciencia y a la técnica como ideología; así la teoría coincide con la praxis, pues en ambos casos coinciden el conocimiento (teórico) con el interés (práctico) La crítica a la sociedad no consiste en un mero comprender, sino en liberarse de las diversas formas injustas de dominación. No se puede separar la racionalidad del interés; la prueba de ello está en el mismo lenguaje. Éste supone esencialmente comunicación y el diálogo constituye la forma ideal de comunicación. En el diálogo ideal no hay pretensión de dominio, el mejor argumento es aquél que nadie impone, pero que se impone intersubjetivamente. Habermas también sigue el mandato socrático, pues en el diálogo de los seres libres y autónomos surge la idea. Y no hay diálogo si las personas no se reconocen mutuamente en plena igualdad como seres libres y responsables. Sin embargo, el diálogo en la sociedad actual manifiesta una pretensión de dominio. Hay un lenguaje dominante que es de base económica su concepto principal es “la globalización”. Pero después de la crisis del 2002 y su secuela de robo y exclusión social, nadie puede seguir hablando de “mundo globalizado” sino de países enriquecidos dominantes y países empobrecidos dominados, en conflicto permanente por los recursos naturales del planeta. Aquellas filosofías que no muestran este conflicto ¿de que nos están hablando?, ¿de un mundo feliz? Lamentablemente este no es un mundo feliz y hay que luchar por ello. ¿Cuál es la principal amenaza a la vida humana y natural hoy? ¿Los pensamientos religiosos “fundamentalistas” como nos dice el lenguaje imperial, o el capitalismo depredador y su sistema de consumo? Estos son los verdaderos problemas de lenguaje que tenemos hoy.

En nuestra Latinoamérica uruguaya de hoy debemos especificar, que conocimientos se presentan desde nuestros contextos culturales y qué intereses dominantes o liberadores se pretenden. Los lenguajes que se dicen desinteresados (léase analíticos, teóricos universalistas) terminan legitimando por pasividad, las situaciones de dominación. 

Idea cuarta: La filosofía refleja la situación del mundo que la origina.  

Zea dijo: “La Filosofía, de una manera o de otra, ha reflejado siempre la situación del mundo que la origina y su importancia ha estribado, precisamente, en su capacidad, no sólo para plantear los problemas que la han originado, sino para anticipar soluciones adecuadas a estos problemas.” Nos preguntamos: ¿Nuestras filosofías latinoamericanas uruguayas reflejan nuestra situación  en el mundo, en la región y en el país? Esto nos introduce en el debate necesario de ¿qué entendemos por filosofías? ¿Son especulaciones académicas desinteresadas o son filosofares comprometidos con la vida en su más amplia expresión? Algunos dicen que el mundo es uno, esto es compartible, pero no es lo mismo vivir en el sur que en el norte. Algunos dicen que la filosofía es universal, que la diversidad se explica por que hay diversos modos de filosofar complementarios. Esto no es fácil de entender ¿cómo se complementan la lógica bivalente con la dialéctica, o con la llamada lógica “borrosa”? Siendo que estas lógicas son la base de diversas filosofías. Se dice que “la filosofía” tiene su “marco conceptual”, si esto fuera así hace tiempo que estaría muerta pues un lenguaje de conceptos cerrados se paraliza y muere. En cambio observamos que hay diversos “marcos conceptuales”, diversos lenguajes filosóficos en movimiento. Para algunos parece que los únicos autorizados a crear nuevos lenguajes son los europeos o los anglosajones. El reconocimiento de la diversidad filosófica nos deja en la historia de las filosofías que necesita ser reformulada, rescrita  mostrando sus conflictos. También nos remite a la distinción entre filosofías dominantes (académicas) y filosofías dominadas (vitales). Esto requiere de un planteo hermenéutico abierto a incorporar otras disciplinas para poder explicar los conflictos. Por todo lo expresado no hablo entonces de filosofías “en” Latinoamérica. Digo “Filosofías Latinoamericanas uruguayas” porque los atributos de Latinoamérica y Uruguay están inseparablemente unidos, pues sería un error epistemológico y político pensar al Uruguay fuera de su contexto natural y social latinoamericano. Con esa expresión toma sentido el federalismo artiguista olvidado. Nuestro héroe nacional deja de ser una estatua decorativa en la plaza Independencia donde sólo se ponen flores, símbolo de entierro permanente.

Pero esa expresión “Latinoamérica uruguaya” no sólo refiere a un tema de lenguaje pues también refiere a nuestra ontología que comprende a nuestros pueblos y sus recursos naturales y espirituales.  

Conclusiones:

Necesitamos un lenguaje filosófico alternativo.

Un lenguaje filosófico alternativo no busca el reconocimiento del lenguaje dominante se opone a él, mostrando como su uso economicista persigue la rentabilidad anti-igualitaria, la competitividad contra-solidaria y la productividad explotadora.

Un lenguaje filosófico alternativo habla en plural en reconocimiento de los oprimidos y sus diversidades culturales, esto no es fácil máxime que estamos condicionados por el paradigma dominante. Por tanto, es necesario mostrar los conflictos sociales, denunciando los discursos dominantes y cambiarlos por lenguajes  liberadores apropiados a nuestros contextos. Podríamos usar la expresión “Filosofías latinoamericanas uruguayas” como sugiere el título de la ponencia. Lo “latinoamericano uruguayo” consiste en crear ideas entendidas como palabras-conceptos y tomar ideas de otros contextos aplicándolas a la solución de nuestros problemas. Lo “latinoamericano uruguayo” está en las respuestas que demos y reflejará nuestra situación en la región y en el mundo. Muchos intelectuales del mundo podrán decirnos quienes fuimos y quienes somos pero nunca podrán decirnos quienes queremos ser, esto lo tenemos que resolver nosotros. No debemos aceptar nunca, que prácticas discursivas filosóficas, económicas, políticas o las que sean de otras tierras, nos impongan ideas o prácticas de lo que debemos pensar y hacer. Y aquí esta lo específico de las filosofías latinoamericanas uruguayas, nuestro ejercicio de pensamiento libre, alternativo, utópico y multidisciplinario.  Sólo nosotros podemos dar respuesta sobre nuestro futuro.

Pero la expresión “Latinoamérica” se muestra insuficiente por que oculta las vertientes afro u orientales de nuestros pueblos. Mejor sería usar la expresión Abya-Yala para referirse a América Latina. Este término es de los indígenas Kunas de Panamá que significa Tierra Madura. Esa expresión la podríamos articular con la expresión de Martí “Nuestra América” y muchas otras. Además esa expresión es un símbolo que nos remite a nuestra tierra, y no elegimos a Calibán porque nos remite en definitiva a Europa.

Construyamos alternativas vitales al capitalismo depredador (léase globalización)

Al construir un lenguaje alternativo vamos a reflejar la sociedad que queremos.

Zea decía que toda filosofía refleja el mundo. Contextualizando su expresión podemos decir nuestras filosofías deben reflejar la región en la cual vivimos, por tanto la construcción de un lenguaje filosófico alternativo necesita de una o más sociedades nuevas, alternativas utópicas adonde ir. La unidad latinoamericana es un paso estratégico de resistencia a la mayor explotación capitalista de todos los tiempos. Es la hora de las ideas nuevas, de las creatividades y de las participaciones, aprovechémosla.

Por tanto, las filosofías latinoamericanas existen, entre ellas las latinoamericanas uruguayas, pero no están sólo en los libros de la tradición filosófica europea o estadounidense, también están en el pensamiento de nuestros libertadores, de nuestros trabajadores latinoamericanos intelectuales en particular, y en general en todos los trabajadores, en sus movilizaciones y en sus reivindicaciones, que son parte de la lucha de nuestros pueblos oprimidos contra el capitalismo salvaje de hoy. Una democracia profunda, popular, participativa y solidaria en un contexto de integración liberador es posible luchemos por ello. 

BIBLIOGRAFÍA:

Alemian, Carlos. Nuestra Situación Latinoamericana. Editorial Precursora, 2003. Bs As.

Habermas, Jürgen. Conocimiento e interés. Taurus, 1989. España.

Ortega y Gasset, José. Meditaciones del Quijote. En Obras completas, tomo I. Ed. Alianza-Revista de Occidente, 1993. España.

Platón. Alcibíades. Ed. Aguilar, 1959. Argentina.

Zea, Leopoldo. “El pensamiento latinoamericano”. Ariel. 1976. España.

Ricardo Nicolon
Ponencia presentada en Facultad de Humanidades (UDELAR)
y en Chile en el Corredor de las ideas del Cono Sur

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