La última actuación de Osiris Rodríguez Castillos 

De “Osiris Rodríguez Castillos - pionero del canto popular uruguayo”

De Hamid Nazabay

Como decíamos más arriba, el sábado 6 de abril de 1996 Osiris realizó su última presentación artística en público. Me enteré de su actuación unos días antes en una emisora radial. Ese día llegué al Prado bastante antes para tomar un asiento, puesto que tremendo acontecimiento –supuestamente- iba a ser un lleno total, en principio no me equivoqué, el lugar donde se presentaría estaba repleto de público.

Previo a esta esperada actuación se presentó un dúo de Treinta y Tres (que no recuerdo su nombre), el cual en determinado momento hizo referencia a la presencia de Osiris en la platea y pidió un aplauso en su homenaje. El público estaba muy entusiasmado con el canto de estos muchachos, que finalizaron a todo candombe con “A mi gente”… la gente los ovacionó.

Dicho público quedó eufórico y llegaba el turno de Osiris. Primero subieron al escenario asistentes del espectáculo colocando una silla para el guitarrista, el banquillo para posar el pie, el respectivo atril, una silla para Osiris, una mesa donde se apoyó una carpeta... el tiempo pasaba. La gente comenzaba a inquietarse por la demora, comentaban sobre todos esos “aprontes”, los que consideraban irrelevantes. A todo esto subió al escenario Walter Díaz a presentar al maestro, se tomó su tiempo, se deslizó por la obra y la vida del poeta, sobre la importancia de su reaparición en el país, y demás.  La gente se incomodaba aún más. Comentaban que Osiris escribía bien pero que cantaba horrible, que era inescuchable, etc. Algunas personas comenzaron a retirarse, por ahora, respetuosamente.

Finalmente la guitarra se hizo oír por milonga y la voz de Osiris cantando Yo no canto por la fama. Un nuevo contingente de público se retiró. Termina dicho tema y continúa con el estilo De tiempo adentro, aquí la gente comenzó a salir (ruidosamente) en masa, parecía que se registraba un foco ígneo en el lugar. Sin embargo él seguía cantando, como no dándose cuenta del hecho. Pasado bastante rato de esto comentó: “quedamos pocos...”. Y es que quedamos realmente muy pocos.

El concierto prosiguió con el maestro cantando, diciendo poemas y contando historias; se lo veía firme y fuerte. Habló sobre sus proyectos como si fuera a vivir siempre. Se lo notaba feliz ante este público presencial. Al finalizar charló con la gente que se acercó a saludarlo. También firmó autógrafos en los libros que le hacían llegar.

Extraído de: 

Nazabay, Hamid. “Osiris Rodríguez Castillos - pionero del canto popular uruguayo”, págs. 17 – 20, FONAM, Rosario, 2009.

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