Canción para mi nido abandonado
por Hamid Nazabay

Se derrumbó mi osamenta:
esta osamenta de barro…
Se derrumbó simple y lenta
por el camino trazado.
Que es de barro, por supuesto,
porque se va desgranando…
Porque estas cosas y el tiempo
nunca muy bien se llevaron.

Y la fueron construyendo
con su fe, pobres pájaros, 
pero vino el aguacero
y se marcharon volando.

Pero ahí estaba la estatua, 
la lluvia la vio llorando,
la escarcharon amarguras 
hasta llegar el verano.
Creía que estaba lista
pa’ recibir otros pájaros
que vinieron tras guarida 
y también se me han volado.

Sí hubieron de posarse 
pájaros interesados 
que por miedo a temporales 
sólo buscaron reparo.

Quise mis pájaros juntar
con esos desamparados, 
para ayudarlos a volar…
Y en otro rumbo volaron.
Al amanecer buen día, 
estando ya descansados, 
se fueron sin despedida, 
con el cielo del verano.

Pero el sol está muy fuerte 
y me va resquebrajando, 
la greda no se mantiene 
y yo m me voy en pedazos…
El tiempo trajo la lluvia
y ya soy parte del llano, 
inundado en la amargura 
de lo que vengo pensando.

Si el culpable ha sido el tiempo 
de que me haya derrumbado 
y el trajinar pajarero 
que no medio ningún canto: 
el tiempo ha de ser entonces 
el que seguirá avanzando 
y se despierte en los soles 
con pájaros por mi barro.

El tiempo ha de ser entonces 
el que seguirá cantando…

Por Hamid Nazabay
Publicado en: CONCURSO DE POESÍA UNIVERSITARIA, 2002, (págs. 49 y 50), UdelaR-Bienestar Universitario, Montevideo.

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