Fragmento del libro Fondo Total, de Rogelio Navarro (Editorial Alfa - 1963)

La tendencia a considerar las ciencias de los conjuntos como ciencias de los integrantes de los conjuntos, esta tendencia a no ver que el "conjunto" es una individualidad concreta y distinta (no general, sino real), tiene consecuencias graves. Nos ayuda a debilitar el valor del conocimiento de sí mismo, a desvalorizar todas las cosas "en general".

La botánica puede constituir un impedimento para la visión de una flor. La química puede ocultarnos el sentido de la tierra, del cielo o del mar. Nuestro pasado personal puede convertirse en una mediocre ilustración de las suposiciones de las psicologías vigentes en el año en curso. Nuestra vida, la familia, los amigos, pueden llegar, sin que los advirtamos, a ocultarse detrás del velo que tienden grosera pero convincentemente las sociologías que, casualmente, son aceptadas como verdaderas en la época que nos ha tocado, casualmente, vivir.

En cambio, ¿por qué no consideramos "científica" una novela, un cuadro, un poema? Es una cuestión de gustos. Hoy estamos absorbidos por un sector determinado y muy pequeño de "saber" y del "querer saber", y tratamos las formas que nos parecen extrañas con un inevitable sentimiento de diversión, elegancia o ironía. No creemos que el arte pueda ser tan "exacto " como las ciencias naturales ya que confundimos la exactitud con la facilidad. En estas ciencias pueden colaborar muchos, ya que los que en ellas colaboran deben reducirse a muy poco, a una capa del intelecto estrictamente delimitada por el método y por el objeto de la ciencia correspondiente. El arte, en cambio, es el privilegio de una vocación rara que exige el encuentro con todo lo que se es, y cuyo "saber" excluye desde el principio toda complacencia con la "sabido". Y sin esta exclusión tampoco hay "ciencias", ni siquiera en el sentido corriente. Cuando decimos que una gran novela es menos "exacta" que un tratado de antropología, lo que en realidad queremos decir es esto: la persona individual es difícil, dolorosa, y por eso me aburre y no quiero que me importe. 

Rogelio Navarro

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