Alberto Martínez:

El fútbol, el océano. El olor y el recuerdo

entrevista de Lucio Muniz

Su condición de futbolista lo llevó a vivir en Europa. Estuvo en 25 países. Es memorioso y aprendedor. Con 41 años, está de regreso en el pago desde hace 6 años.

L. M. ¿Alberto Martínez es rochense?

A. M. Sí, nací el 30 de julio de 1950.

-¿Cómo se manifestó el interés por el fútbol?

-Yo creo que se nace con eso. Desde que tengo uso de razón tuve interés por el fútbol. Otras cosas como la escuela o el liceo fueron obligación; esto, el placer. Además era otra época y la única diversión era el fútbol. No había TV, como ahora y el cine funcionaba sólo en matinée los fines de semana. En cambio el campito era de todos los días y lo más barato. La pelota la hacíamos con lo que fuera.

-Pelota, pero de trapo.

-De trapo o de plástico cuando empezó a venir. De fútbol era raro. El que tenia era porque estaba en mejores condiciones económicas, pero era también el que jugaba menos.

-Suele suceder... conozco gente que tiene muy buenas guitarras pero que no toca. Y acá ¿en qué cuadro empezó?

-Todavía no había baby fútbol, había campeonatos de escuela. A los trece años empecé a jugar en la cuarta de Irineo de Espada y con 15 me llevaron a Lavalleja que era "el semillero" de los jugadores. Estaba Ernesto Muniz, casualmente, que era el que ordenaba las cosas. Enseguida empecé a jugar en primera, porque Nelson González me llevó, y de ahí hasta que dejé el fútbol siempre estuve en primera, ¿no?. Después jugué en el combinado de Rocha y a los 17 años me vinieron a buscar de Rampla Juniors de Montevideo y jugué los años 68/69. En el 70 en que estaba Brandao de técnico, me llevaron a Peñarol. Ahí estuve hasta fines del 72 y en el 73 me fuí a Austria.

-¿Por qué?

-Porque quedé libre por una deuda que tenía conmigo Peñarol y la opción era agarrar unos conformes para ir cobrando a la larga o quedar libre y yo elegí esto.

-¿Y como salió el viaje?

-Vino un contratista y me dijo si quería ir a Austria, y "cascarilla" Morales de Nacional, y yo, de Peñarol, nos fuimos a jugar en el Austria de Viena. En ese equipo jugué 6 años y después pasé a otro. Estuve 12 años en Europa.

-¿Y en España?

-Un año, en el 82 y después me volvieron a contratar de Austria. En España jugué en Las Palmas, de Islas Canarias. Después de Austria me vine en el 85 a Rocha.

-¿Y dejó el fútbol?

-No, no. Estuve en Peñarol practicando pero no hubo interés; entonces me vine para Rocha y Sami Pienica que dirigía Palermo -lamentablemente ya fallecido en un accidente- me dijo que fuera con ellos y empecé de técnico junto con Nelson González a jugar; y bueno, salimos campeones departamentales -que esa fue la primera vez que salió campeón Palermo- fuimos Campeones del Este -primera vez, también, porque ningún equipo había salido campeón del este- y Campeón del Interior. Un año completo. Después jugué en la Selección de Rocha y también fuí Campeón del Este. Jugamos la final con Paysandú y perdimos. Luego fui técnico y más adelante tuve un infarto y dejé el fútbol.

-¿El cigarrillo?

-El cigarrillo y demás porque aunque hacia deporte fumaba como muchos futbolistas. Se me tapó una arteria y justo en un partido tuve el infarto. Infartado jugué unos 30 minutos. Me salvé raspando. Acá en Rocha me dieron un medicamento que me destapó la arteria y en Brasil me hicieron una angioplastia, que es como un cateterismo que se hace sin anestesia pero que no es doloroso.

-Los jugadores de fútbol tienen la suerte de poder viajar. ¿Qué cosas se pueden contar de Austria?

-Empezando por la mentalidad; no tiene nada que ver la de ellos con la nuestra. Son países totalmente distintos. La primera gran barrera es el idioma; después, las costumbres, las comidas, la disciplina.

-¿La limpieza?

-¡Ni hablar! pero eso se aprende enseguida porque entra por contagio. Cuando usted ve que nadie tira nada, entra a buscar dónde tirar. Lástima que no nos contagiamos de eso, acá. ¿no? (risas).

-¿Y cómo se supera el problema del idioma?

-Se va aprendiendo; "se hace camino al andar", como dice Machado.

-¿Usted habla alemán?

-Hablo.

-¿Sin dificultad?

-Lo hablo y lo entiendo pero no lo escribo.

-¿Y como es Viena? Es cuna de la música.

-Viena es una ciudad antigua pero muy linda, limpia y agradable; la música allí está muy arraigada.

-¿Usted fue a conciertos?

-Fui a La Opera y me impacto porque vi Boris...

-¿Gudonov?

-Si. Boris Gudonov. Y es impresionante. El escenario es enorme y hay un despliegue de cosa grande, es grandioso. Ahí si se tiene que hacer un vestido, se utiliza seda natural. Mantener aquello sale millones. Va muchísima gente.

-¿Y por qué a La Opera?

-Porque quería conocer, y estar allí sin haber asistido me parecía un sacrilegio. Lo que pasa es que uno no entiende y por eso no va.

-Pero si no va no entiende.

-Claro, eso uno después lo comprende.

-El que piensa así nunca va a entender nada porque todos los días se dice lo mismo.

-Claro, y me di cuenta de que era de lo más agradable y no daba lugar a aburrir, al contrario, aunque el idioma era otro; pero todo lo visual y el sonido atraía, los cantantes y la orquesta. En Viena hay una calle que es toda peatonal donde van cantidad de músicos a eso que nosotros le decimos "tirar la manga" ¿no? Tocan en la calle violinistas, bajistas, en fin, de todo y qué nivel. Muchachitos Jóvenes que son talentos; es una forma de expresarse. Hay muchos Sudamericanos, bolivianos, chilenos.

-Eso yo lo vi en Buenos Aires, en la peatonal Florida... y a museos, ¿fue?

-Fui a algunos de pintura, escultura y a museos de guerra. También fui a una cueva donde Hitler armaba los aviones adentro. Hay una montaña y los sacaba por un cráter. Los sacaba en piezas y los armaba afuera. Pero la producción la hacían en la cueva. Cuando fue descubierta, dinamitaron adentro y se formó un lago que tiene permanentemente 9 grados de temperatura. Aunque haya menos 20 o sobre 20, ahí siempre hay 9. Después está la residencia de veraneo de la Emperatriz, que eso es sensacional por los jardines. En invierno se saca todo y en primavera se planta y es hermosísimo. Después... Las Palmas, es una isla en las Islas Canarias. España es hermosa.

-¿Cómo es la vida ahí?

-Las Palmas vive del turismo siempre hay 25 o 30 grados porque está más cerca de África que de la península. Los isleños prácticamente viven del turismo. Hay plantíos de banana, pero viven grandes dificultades con el agua porque la sacan del mar y la purifican pero siempre le queda algo de sal. Además, es privada el agua, ahí. El buen negocio es ser fontanero, como le llaman ellos. En tres horas se da vuelta a la isla. Se sube a la montaña y todo lo que se ve es mar.

-¿Dónde era más linda la vida?

-A mí me encantó la isla, será porque soy criado acá.

-¿Por la proximidad del mar?

-Claro, si Viena hubiera tenido mar, yo quién sabe si hubiera vuelto; porque yo me crié en la playa y para mi ver el mar es una necesidad.

-¿Y en qué club se sentía mejor?

-En el Austria, porque allí son más cumplidores en lo económico. En cambio en España es igual que acá, hay problemas con el cobro y esa preocupación yo ya la había perdido en Austria porque allí la gente que trabaja y rinde cobra lo que se le promete. No es como acá que se sale conque el mes que viene. En España eso no sucede solamente en los clubes grandes como el Real de Madrid o el Barcelona.

-¿Y usted tuvo oportunidad de jugar en otros países?

-Fui a Suiza; Suecia; Yugoeslavia; Checoeslovaquia; Hungría; Unión Soviética en Giorgia, Tiflis; Holanda; Alemania; Bélgica; Francia; Grecia; Italia. Eso en Europa. En Israel, en Asia; y Egipto en África.

-¿Y jugando en Peñarol?

-Hice dos giras. Fui a España, Yugoslavia y Grecia.

-¿Y países de Sudamérica?

-Perú; Bolivia; Venezuela; Paraguay, Chile; Ecuador Brasil; Argentina y Colombia. Sólo me faltan los países de Centroamérica y del Norte.

-¿Y qué recuerdos de todo eso; por ejemplo de Grecia?

-A Grecia fuimos con Peñarol y recuerdo que en ese tiempo se estaba dando acá "Zorba el Griego". Cuando llegamos allá fuimos a lugares típicos. En algunos hay la costumbre de romper vasos y la vajilla. Bueno, y estábamos en un lugar donde se cantaba y nosotros empezamos a pedir Zorba y de repente viene alguien y poniéndose el índice en la boca nos hace señal de silencio, ¿eh? ssshhh... resulta que la canción estaba prohibida por el gobierno multar igual que acá cuando prohibieron "Cambalache".

-¿Y qué más?

-Y ...el Partenón... el lugar donde se hacían las olimpiadas.

-Andar ahí es como tocar la Historia con la mano.

-Claro, una cosa grandiosa, como en Roma ver El Coliseo.

-¿La Plaza de San Pedro?

-Si, estuve y vi la Catedral pero desde afuera. Lo que pasa es que en Roma hay que pasarse un mes porque es riquísima en historia; donde fui, fue a un teatro tipo "de verano" y me iba hasta abajo y alrededor habla unas tribunas de piedra y uno golpeaba las manos y había una acústica impresionante y se estaba al aire libre. Insólito aquel eco.

-¿Y en Egipto, las Pirámides?

-Una cosa bárbara. No entré a las pirámides porque había poco tiempo para andar por las galerías. Pero no se puede contar. Hay que verlas de cerca. Las piedras pegadas unas con otras de modo que no entra ni una hoja de afeitar. Todavía no se sabe cómo fue hecho aquello ni de dónde sacaron las piedras porque allí empieza el desierto. Porque por ejemplo es como si El Cairo estuviera en Montevideo en el centro, y las pirámides en Carrasco y de ahí para afuera todo es desierto, todo arena, todo Sahara... y qué pobreza que hay. El Cairo era una ciudad de tres millones y ahora tiene ocho. La gente vive en cementerios.

-¿En cementerios?

-Digo eso porque yo lo vi. Lo que pasa es que hay unos panteones que son como casas y la gente se mete ahí. A ellos la muerte no les causa pánico; son mentalidades totalmente distintas a las nuestras.

-¿Y qué fue de esos viajes lo que más le impresionó?

-A mí, las Pirámides. No hay fotos ni películas que se acerquen.

-Hay una cuestión de volumen, allí...

-Claro, porque tú ves las piedras pero cuando te acercas, las piedras son así (abre los brazos al máximo) y cuadradas... uno con las fotos, y eso, tiene una aproximación, apenas; otra cosa es la realidad. "o

-¿Qué otra cosa te sorprendió?

-El Coliseo, en Roma. Son cosas gigantescas y que ubicadas en su tiempo, sin grúas, sin nada automático... porque es más que la arquitectura, que ya es... 

-Lo que representaba, las luchas, los cristianos, el poder...

-Claro, y eso ahí está todo junto en ese testigo. Aparte que el piso se hundió. Porque abajo era donde estaban las galerías; ahí estaban los gladiadores, los tigres y los leones, los esclavos. Arriba estaba la arena y eso se hundió y quedaron unos laberintos, ya no hay arena. También me impresionó la Torre Eiffel. Esa estructura enorme de hierro. Se siente una sensación de grandeza en esas cosas. Claro que después uno se acostumbra; para los franceses ver la Torre Eiffel debe ser como para nosotros ver el Obelisco. Después, lo que hay, es sólo el negocio turístico (risas), porque hay que mantener todas esas cosas... Hay gente que anda dos o tres semanas y cree que vio cosas y viene contenta y no vio absolutamente nada. Hay que estar, para saber la idiosincracla de un pueblo. Hay que convivir, para conocer... y bastante tiempo.

-Bueno, eso a nivel nacional, porque estar de visita en un pueblo es distinto que convivir. Para conocer hay que estar. ¿Y de qué jugador podemos hablar, de qué figura?

-Para mí el holandés.. .

-¿Cruiff?

-Si, Cruiff. Un fenómeno. Vi muchos buenos jugadores, pero ese... vi a Pelé que para mí es el número uno; pero después de él, Cruiff.

-¿Más que Maradona?

-Distintos; Cruiff jugaba bien, dirigiendo. Las manos en continuo movimiento, como un director de orquesta. Maradona es un jugador de chispazo, que de repente no se ve, y de repente hace una genialidad. Pelé era un jugador de toda la cancha, que aparte tenia grandes jugadores al lado. también...

-¿Como Garrincha?

-Coutinho, Zagallo, Didí... y eso ayudaba, ¿no? Pelé tenia un gran talento y los otros eran unos fenómenos también.

-¿Entonces Cruiff?

-Un fenómeno dirigiendo, aparte de lo que hacía él.

-¿Y los demás lo seguían? ¿Lo reconocían?

-¡Ah! si, si. Y Holanda causó sensación en esa época porque era una máquina pero que tenía un gran director en el equipo. Después yo lo vi en vivo pero en el Barcelona donde también fue un fenómeno. Ahora dirige.

-¿Y Eusebio, el portugués?

-No a ese no lo vi. En Portugal sólo estuve en el aeropuerto. Por lo que vi de arriba y lo que me han contado sé que Lisboa y Oporto son hermosos. 

-Le llaman "El museo de Europa", por algo ha de ser. Cuando chico tenias seguramente algún líder.

-Rocha, Spencer, para mi eran ídolos. Después tuve la suerte de jugar al lado de ellos. Yo tenia 19 años. Primero jugué en contra, cuando estaba en Rampla y después de compañero. A uno de los que más admiré fue a Roberto Matosas.

-Era un caballero.

-Tenía pedagogía. Como yo era muy jovencito me agarraba y me decía: "Bueno, vamos a pegarle con la derecha porque tú sos zurdo. Hay que entrenar la derecha porque al entrenar la pierna inhábil, se mejora la hábil". Por cuestión de perfil. Era una gran verdad. Matosas enseñaba. También estaban Joya, Abadie, el Tito" Goncalvez. En las filas contrarias, o sea en Nacional, estaba Maneiro, Ancheta, Emilio Alvarez que era un crack. Manga, Morales, Artime, gran jugador; Cubilla al que yo marqué; Prieto.

-Lindo haber jugado con aquellos que de chico se admiró.

-Pero es claro; yo, de algunos, cuando chico, alcancé a juntar figuritas como del "Tito" Goncalvez que empezó y terminó su carrera en Peñarol. Porque antes no era como ahora que juegan tres meses y ya los venden. Antes era al revés, se traían las mejores figuras del extranjero, como Onega, Sanfilipo; hasta Labruna jugó acá. Ahora en vez de comprar se vende. Sí a uno le preguntan cómo formó Nacional o Peñarol hace unos meses, no se sabe. En la selección, igual. Los apremios económicos hacen que cada vez se vayan más jóvenes.

-¿Tuvo alguna incidencia en el desarrollo del deporte la época de la dictadura?

-Yo tuve la suerte de no estar porque cuando me fui era enero del 73; 6 de enero. Luego en Austria vi los tanques en la TV y no entendía nada. Yo hablaba por teléfono, pero muy cortito, porqué se sabía que había oídos, y sobre todo tratándosele llamadas internacionales.

-¿La experiencia anterior de un país en dictadura había sido Grecia?

-No se notaba nada, igual que acá. Llega un extranjero, lo llevan a pasear por Carrasco o por Pocitos y después se va. El asunto es aguantar "la dura" cuando se vive ahí y se tiene un sindicato atrás, donde hay prohibiciones. Ahí está la cosa. A Chile se iba en el tiempo de este "fenómeno" de Pinochet y también parecía que no pasaba nada, a no ser que uno se encontrara con una manifestación y salieran los milicos a dar "manga" en la calle, ¿no? Porque "la daban" de noche y sabían a quién.

-¿Y venías a Rocha?

-Yo tenía veintipico de días de vacaciones y justamente en enero. Pasé tres años sin venir. Al venir lo hacia directamente a la playa porque apenas pisaba el aeropuerto en Montevideo. 

-¿Y se notaba algún cambio?

-Bueno, yo me había ido previendo lo que se iba a venir, ¿no? Desde el 68 yo vivía en la sede de Rampla y los ómnibus iban hasta la Plaza Lafane; y ahí el tránsito se cortaba porque estaban los del Sindicato de la Carne, la gente de los frigoríficos. Había solidaridad en la gente. Los del Cerro son gente muy unida y ahí recuerdo que llegaba la policía y se armaban unos enfrentamientos bárbaros. Se incendiaban ómnibus... había problemas en la Universidad, también, que fue cuando mataron a Líber Arce, a Susana Pintos.

-A De los Santos.

-A De los Santos, que era de Rocha. Ya el ambiente que había en ese tiempo era de terror. Se salía a la calle pero no se sabía si se volvía. Lo paraban a uno en cualquier lado, lo revisaban... se vivía en estado permanente de inseguridad. Hacían una "pinza" de esas y podíamos "marchar" perfectamente; más aún los que éramos jóvenes, como pasa siempre; joven y con el pelo largo, ya es sospechoso. En Rocha parecía que no pasaba nada. Lo que noté además del silencio fue lo de la "tablita"; a mí me llamaba poderosamente la atención que el dólar que traía yo, no valía nada. Allá 10 dólares era dinero ¡pero es claro! era el dólar real. Acá no valía nada. Un café podía costar dos dólares, a la par de cualquier ciudad. Ahí fue la hecatombe y todavía hay gente que está pagando.

-Algunos no terminarán nunca de hacerlo por los intereses.

-Y hubo gente que se mató... acá además de silencio lo que había era desconfianza hasta en la familia. Si habrá calado hondo la delación que hubo quienes denunciaron hasta a familiares. Y cómo no iba a haber silencio si estaban todos "adentro" y el que no, andaba buscado. Yo en esos tiempos tenia acercamiento con exilados políticos y me enteraba allá de más cosas que ustedes acá; por ejemplo, de que habían llevado preso o matado a alguien. Afuera no se cómo hacían pero sabían todo.

-¿Y en el ambiente del fútbol, hay conciencia política? 

-Hay si, pero no se exterioriza mucho porque se es público y como en este país está todo politizado, si tú eres buen cantor y votas al Partido Colorado ya dejas de ser bueno para los blancos y el Frente; y también al revés; y se olvida lo esencial, que es el canto. Se especula y se deja la honestidad aparte utilizando figuras para hacer política. El ideal seria exteriorizar quienquiera que sea, lo que piensa, pero... hay jugadores que han tenido problema con las instituciones por manifestarse. Eso daba lugar a que si el club se atrasaba tres o cuatro meses y se protestaba se les tratara de revoltosos aunque reclamaran lo que les debían. Las camarillas...

-Hoy me decías que observaste mucha pobreza en África.

-Si, sí. En Europa no tanto, aunque hay. Por ejemplo en España después de 40 años de dictadura las cosas no se arreglaban fácilmente. Porque una cosa es la costa, el turismo; y otra es el centro donde hay enormes atrasos que no se pueden entender.

-¿En qué pueblos?

-Pueblos chicos que no recuerdo el nombre, que son más pequeños que Velázquez, acá. Pero en cualquiera de los pueblos nuestros se puede hablar de lo que sea que la gente está enterada. Allá hay un aislamiento brutal, unas costumbres... la mujer vestida toda de negro del pelo hasta los pies. Lo mismo pasa en Italia que está dividida en sur y norte. Los del norte dicen que trabajan para los del sur y es cierto. La mafia está casi toda en el sur. Claro que arriba también hay mafia, que es la que no se ve, la que no anda con ametralladoras pero igual te "limpia" o mejor dicho te hace "limpiar". 

-¿Observaste muchas cosas?

-Para aprovechar, porque estuve en muchos lugares que pagando no hubiera podido, fue una oportunidad. Siempre pregunté mucho porque me interesaba saber cosas y modos de vivir de la gente.

-¿Y eso te hizo tomar posición? 

-Si. sí. Yo estuve en los países socialistas y vi carencias, también; entonces uno toma distancia y ve que no es ni tan, tan.. .ni muy, muy.. .No es cierto que fuera lo mejor pero tampoco que estaban muertos de hambre. Faltaban cosas, sí. Pero el consumo pudre a la gente.

-¿En qué país socialista se estaba mejor?

-En Hungría. Claro que se trata de la mentalidad de los pueblos. En Checoslovaquia las cosas no andaban bien porque el checoslovaco es vago. A los polacos les gusta mucho "chupar".

-¿Y en los no socialistas?

-En Suiza se estaba muy bien; también en Alemania Federal.

-¿Qué pueblo te gustó por lo luchador, por lo alegre?

-Los pueblos luchan a su manera y según su idiosincrasia.

-Por ejemplo en España, la gente es alegre.

-Sí, pero no es lo mismo el catalán o el madrileño que el andaluz que es un tipo alegre pero no trabaja. El andaluz es un tipo con el que tú te pones a conversar y puedes estar el día entero escuchándolo. Es un tipo ocurrente y alegre. Sin embargo vas a los países vascos y son más del tipo francés; Bilbao, San Sebastián.

-Son muy trabajadores y muy fuertes.

-Ni qué hablar y hay que ver cómo tienen todo.

-Hoy me dijiste algo que sos el tercero, creo, en manifestarlo. Parece que el rochense está marcado por el mar.

-El mar para mi es fundamental. Aunque no lo esté viendo, pero yo sé que está ahí. El océano no es o mismo que el río o el arroyo. Tiene otro movimiento, nunca está igual. Yo estuve en el Mar Mediterráneo y es quietito, mansito. El océano cambia muchas veces en el mismo día; nunca está igual. Uno lo mira y está de un modo y al rato lo mira y está distinto. Yo lo extrañaba mucho. Además que Austria es un país montañoso y yo necesito ver el horizonte. La montaña es como que encierra, ¿no? Además, los olores.

-¿A ver eso?

-El olor a Montevideo por ejemplo es característico, eso no hay en ningún lado. El olor de Viena, el de París.

-¿Y esos olores quedan en la memoria?

-Yo los tengo. Acá, el océano tiene que ver. Yo cuando volvía la casa de mis viejos, el olor era el mismo.

-En las casas es más fácil, pero en las ciudades...

-En las ciudades también. Aparte que al estar lejos a uno se le despiertan más los sentidos. Cuando uno está acá hay cosas que no siente. Claro que está el genio del poeta que ve todo como "el Gallineta".

-¿Y descubriste cosas de acá estando en Viena?

-Claro, cuando uno empieza a extrañar. Todos me preguntan: "¿por qué te viniste?" Primero, porque ésta es mi tierra y yo me consideré allá siempre un extranjero. Yo me he ido pero siempre con la mente acá. Yo me acordaba mucho de los amigos. Allá tomaba whisky importado, pero solo. Ganaba bien, pero, "la plata no hace la felicidad". Acá tomo un litro de vino "berreta" que pagamos entre todos y todos lo disfrutamos. Claro que de esas cosas antes de irme no me había dado cuenta. Lo más importante es el aspecto humano; lo económico es secundario. Yo allá estaba bien, pero la amistad es otra cosa. Si tú tienes un problema, allá, bueno... el problema es tuyo. Uno aprende a valorar a los amigos. A aprender de la gente.

-¿Y con qué gente te juntas y aprendes?

-Yo he estado desde el rancho más humilde hasta en mansiones de embajadores. Me junto con toda la gente y escucho al inteligente y también al tonto; porque también del tonto se aprende.


Rocha. 11/9/91

 

entrevista de Lucio Muniz

15 perfiles rochenses
Intendencia Municipal de Rocha -1992

Ver, además:

                    Lucio Muniz en Letras Uruguay

Editado por el editor de Letras Uruguay

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