Urquiza 1905-1971 |
El
1º de diciembre de 1903, en el predio de la esquina noroeste de las
calles Mercedes y Andes comenzó la construcción de este teatro que
estaba destinado a ser, durante 67 años, la segunda sala montevideana no
sólo por sus valores edilicios, sino también en cuanto a categoría de
espectáculos y público. El
promotor y propietario del teatro que se construía lo era el Dr. Justo G.
de Urquiza, ciudadano oriental residente en Buenos Aires, quien, según un
escrito de época "no ha vacilado en dedicar a la construcción del
teatro una suma considerable, confiando los planos y dirección de la obra
a persona tan ilustrada como lo es el ingeniero militar don Guillermo
West, quien la ha realizado con tanta inteligencia como exquisito gusto.
El teatro Urquiza es, por lo tanto, una de las construcciones que más
honran a Montevideo, pues dentro de la sencillez de su exterior, se
encierra una obra elegantísima en la que el arte moderno (entiéndase
'art nouveau') está perfectamente interpretado sin exageraciones y
detalles excesivos." El informante de época, omite aclarar que la fachada del teatro fue proyectada por el arquitecto uruguayo don Horacio Acosta y Lara. |
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Urquiza (1905-1971) Ubicado en la misma esquina de Andes y Mercedes donde estuviera el Teatro de Verano (1890-1902), el Urquiza fue realizado con la plenitud de uso de la concepción arquitectónica "art nouveau". En 1931 fue remodelado para convertirse en el Estudio Auditorio del SOBRE que fuera destruido por un incendio en 1971. |
La
construcción del Urquiza llevó menos de dos años, inaugurándose la
sala el 5 de setiembre de 1905 con gran pompa y especial trascendencia
pues fue la célebre actriz francesa Sarah Bernhárdt -la "Divina
Sara" como se le llamaba entonces- quien inició las actividades del
nuevo teatro con "La Sorciére" de Victoriano Sardou. Sobre
este hecho, dice Curotto en su artículo sobre el Urquiza publicado en el
Almanaque del Banco de Seguros del Estado: "Su
inauguración debió efectuarse el 25 de agosto de 1905, con la ya
'entonces clásica temporada lírica de Agosto', que cada año contaba con
la presencia en la capital de las más grandes figuras de la lírica
mundial y que servía, además, para una de las más importantes notas
sociales con su desfile de elegancias". "Por
no estar finalizados los últimos detalles del nuevo edificio, la
temporada lírica con su gran función de gala del día 25, debió
cumplirse en el teatro Solís. Y fue una temporada en que el propio
Giacomo Puccini dirigió su ópera 'Manon', interpretada -nada más y nada
menos- que por la gran soprano María Barrientos." "Terminadas
las obras, se fijó el 2 de setiembre, para la 'solemne inauguración',
por la gran trágica francesa Sarah Bernhárdt que llegaba a nuestra
ciudad por tercera vez, pues anteriormente había actuado en el teatro Solís
en los años 1886 y 1893. Venía la gran actriz en la plenitud de sus
condiciones a pesar de sus sesenta y... años de edad que, en aquella época
se consideraba 'avanzada'... hospedándose en el 'Gran Hotel Pirámides'
que aún existe, y que entonces estaba considerado como 'de moda y de gran
lujo'"... "La
divina Sarah, como se le mencionaba en París, arribó en malas
condiciones de salud, aquejada de una dolencia en la rodilla que apenas le
permitía caminar." "Visitada
de inmediato, por varios facultativos mandados por el embajador de su país,
se resolvió realizar una junta de médicos, requiriéndose la presencia
del doctor D. Alfredo Navarro, una de las grandes figuras de la ciencia
nacional. Se decidió entonces someterla de inmediato a una intervención.
Testigos de la época, cuentan que la señora Bernhárdt resistió
estoicamente la prueba y cumplida la misma, el Dr. Navarro aconsejó a la
trágica, una semana de reposo. Al retirarse el ilustre cirujano, la
'divina Sarah', al contemplar el rostro preocupado de su empresario frente
a la suspensión de una temporada que tenía las localidades agotadas,
dicen que dijo: -En
medicina, resuelven los médicos... pero en el teatro lo hacemos nosotros.
Puede usted anunciar mi debut para pasado mañana... Y
así fue. La inauguración del teatro Urquiza se cumplió, con todos los
honores, la noche del 5 de setiembre y la primera obra interpretada en su
escenario fue 'La Sorciére' ('La hechicera') drama en cinco actos de
Victorien Sardou, de la Academie Francaise, como anunciaba la prensa
capitalina; obra que había estrenado en su propio teatro el 14 de
diciembre de 1903 y que se había convertido en uno de sus grandes
triunfos personales." "Sarah
Bernhárdt cumplió su breve actuación a teatro lleno, continuando su
gira por distintos países del continente. Años después recrudecieron
sus males y en 1915, su pierna le fue amputada. Pero su presencia en la
escena siguió siempre, con su emoción y la de su público, en la
encarnación de personajes inmóviles, hasta pocos meses antes de su
muerte, ocurrida en 1923, en una gran lección de actriz y de mujer." "El
Teatro Urquiza, después de su temporada inaugural, siguió cumpliendo su
destino. Así fueron desfilando, año tras año, las más grandes figuras
de la lírica, de la música y de la dramática universal." |
De
los grandes sucesos acaecidos en el Urquiza, don Ángel Curotto cita dos
que sería imperdonable no transcribir. Dice así el historiador: "Del
collar de acontecimientos, recordemos que el 27 de julio de 1910, en su
escenario, se efectuó el estreno mundial del poema de Eduardo Marquina
'En Flandes se ha puesto el sol', por María Guerrero y Díaz de Mendoza,
y la presencia del autor, en una noche de emoción y de repercusión
universal." "En la temporada lírica oficial del clásico Agosto, -sigue diciendo Curotto- se produce en el escenario del Urquiza lo que se consideraba un 'milagro' en la historia del género, como lo fue la actuación conjunta de los más grandes divos de entonces, en la interpretación de 'I pagliacci' de Leoncavallo: el tenor Enrico Caruso y el barítono Titta Ruffo." |
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Teatro Urquiza (1905-1971) El que posteriormente fuera la base para el Auditorio del SODRE, tuvo uno de los más lujosos telones de boca de los teatros capitalinos, lamentablemente perdido tras la remodelación original. |
Los
de la inauguración del Urquiza eran los tiempos en que Montevideo vivía
su "belle epoque" y Acosta y Lara había incorporado por primera
vez el "art nouveau" a la arquitectura teatral capitalina,
circunstancia que más tarde se repetirá, aunque con estilo más impuro,
en la fachada del teatro 18 de Julio. El
Urquiza lucía su gran fachada a dos plantas, en "ochava", sobre
la esquina Mercedes-Andes. Esta estaba coronada por un doble frontón
descansando sobre dos pilastras laterales y dos columnas al medio,
formando una terraza interior que daba luz al "hall" de los
palcos por tres vanos hacia la calle. En la parte baja se abría la amplia
portada de hierro decorada por los clásicos "entrelazados" del
nuevo arte y cubierta por una marquesina del mismo metal y cristales
esmerilados, la que realzaba la suntuosidad del acceso al
"foyer" del teatro. En lo alto del frontón, dos esculturas de
mujeres -alegoría del arte escénico- reclinaban su dorso contra la
pendiente de la cornisa, dejando la cumbre del frontón para el nexo de
esas figuras mediante una corona de laureles. Esta primitiva arquitectura
hace ya cincuenta años que desapareció. Fue cuando se convirtió en
Estudio Auditorio del SODRE que arrasaron con la vieja "ochava art
nouveau" para construir en su lugar la nueva fachada,
parche arquitectónico que permaneció allí a los insultos con el resto
del edificio que conserva su viejo estilo, hasta su demolición. Fueron
innumerables las compañías y artistas extranjeros y nacionales que
actuaron en el Urquiza tanto a lo largo de su historia como tal, como en
su segundo período, en que, reformado, pasó a convertirse en el Estudio
Auditorio del SODRE. Pero fue durante sus primeros veinticinco años
cuando vivió sus momentos de mayor esplendor. En ese período, en que aún
se vivía la "belle epoque" montevideana, lo mejor del mundo artístico
teatral actuaba en nuestros principales escenarios, ofreciendo al público
amante del teatro la oportunidad de presenciar las más célebres obras
representadas por los elencos de las mejores compañías teatrales
europeas. Como
muestra, no resistimos transcribir la lista de las actuaciones habidas en
este teatro a partir del 30 de setiembre de 1919, fecha en que se hace
cargo de la administración y responsabilidad general del Urquiza el
empresario uruguayo Juan A. Caderosso, que fue también co-propietario del
Teatro Artigas, inserta en el capítulo teatral del "Libro del
Centenario del Uruguay" (1925). Dice así el articulista, refiriéndose
a las actividades de Caderosso al frente del teatro de la calle Mercedes: "Trajo
en seguida, para actuar allí, a la 'Compañía de Opereta Italiana del
Maestro Vitale'; luego a la 'Compañía Nacional de Vittone-Pomar', que
estaba en el apogeo de su gloria; a la 'Compañía de Lola Membrives'; a
la del 'Pequeño Narcisín'; al célebre pianista Risler, que por primera
vez oía nuestro público; y la 'Compañía de Margarita Xirgú', aparte
de otros diversos espectáculos." "Durante
ese mismo año (1919) realizó una 'entente' con el renombrado empresario Walter Mocchi para el año 1920
sobre la base de hacer actuar en el 'Teatro Urquiza' a todas las compañías
que vinieran a América por cuenta de aquel empresario y a todas las que,
aún sin ese carácter, trabajaran en el 'Coliseo' de Buenos Aires. "Como
resultado de esa 'entente' gozó Montevideo, durante el año 1921, la
presencia de la 'Gran Lírica Italiana' con Gigli; la Raiza y el Maestro
Marinuzzi; la de la 'Compañía de Esperanza Iris'; la 'Compañía Alemana
de Opereta Blun'; la del gran machietista Petrolini; y el gran conjunto de
bailes rusos en que actuaba la Pawlowa. Esto sin contar otros elencos,
como ser el encabezado por Angela Tesada, el de 'Rambal' de género
policial, que por primera vez se cultivaba en Montevideo, el del gran bufo
argentino Florencio Parravicini, el de Pagano-Ducasse y el de Ricardo
Calvo." "También
a la acción del Sr. Caderosso, entendedor como pocos, de negocios
teatrales, se debió el interesante espectáculo de 'La Cenicienta'
interpretado por las huestes del actor Salvat y que, en los anales
teatrales, se recuerda con el mote de 'La Cenicienta de Oro', pues se llegó
a marcar con ella el récord de entradas en una función matiné y otra
nocturna, arrojando los 'bordereaux' la bonita suma de $ 5.600." "Ese
año, el 'Teatro Urquiza' registró también en sus anales otro
acontecimiento de importancia, pues batió el récord de espectáculos públicos
de todos los teatros de nuestra ciudad, con un total de 494
funciones." "El
año 1922, luego de inaugurar la temporada oficial con la 'Compañía
Rioplatense', trajo la de revistas españolas de Lozada, la 'Gran Lírica
Italiana', la del aplaudido actor Ernesto Vilches, que nuestro público no
conocía; y diversas otras, alcanzando un total de 486 espectáculos
durante el año." A
las figuras y compañías apuntadas, nos tienta agregar las mencionadas
por Ángel Curotto en la monografía del Almanaque del Banco de Seguros ya
citado. Dice así el Maestro: "El
teatro Urquiza, después de su temporada inaugural, siguió cumpliendo su
destino. Así fueron desfilando, año tras año, las más grandes figuras
de la lírica, de la música y de la dramática universal. Larga sería la
lista... pero no olvidemos algunos nombres, como la Compañía de Opera de
Francia del Maestro A. Messager, el famoso actor Coquelin con su creación
del 'Cyrano de Bergerac' de Rostand, el transformista Leopoldo Frégoli,
las compañías españolas de comedias de Rosario Pino, Margarita Xirgú,
Catalina Barcena, Guerrero-Díaz de Mendoza, Josefina Díaz-Santiago
Artigas, las operetas de Sagi Barba y Luisa Vela, 'La Bella Otero' con el
prestigio de las joyas robadas en sus aventuras reales... Grandes intérpretes
de la escena italiana desde Eleonora Duse y Adelaida Ristori en la expresión
de sus genios, hasta las más modernas como Clara Della Guardia, Lydia
Borelli y Tina di Lorenzo y en la década del treinta, Marta Abba y Vera
Vergani... Italianas que alternaron con los grandes trágicos, como
Ermette Novelli, Garavaglia, Zacconi..." "El
teatro francés, desfiló con la presencia, además de la gran Sarah, de
figuras de la estirpe de Lugne Poe, Suzanne Després, Le Bargy, Lucian
Guitry, Jouvet, Feraudy, Vera Sergine, Gabrielle Dorziat..." "En
su escenario, obras de Jacinto Benavente, Luigi Pirandello, Eduardo
Marquina, Darío Nicodemi, Gregorio Martínez Sierra y tantos otros
dramaturgos extranjeros, muchas noches fueron ovacionados largamente por
los espectadores montevideanos." En
la música, Curotto cita a Ottorino Respighi, Pietro Mascagni, Xain Saint
Saens, Chialappine, Rubinstein, Stravinsky, Toscanini, Segovia, Backhauss,
Iturbi, Stokowsky, Yehudi Menuhim, De Sábata, Kleiber, Baldi, Busch, Lily
Pons, Villa Lobos..." En
la danza a Isadora Duncan, Sakharoff, Chalbeska, "y grandes conjuntos
europeos o aquellas inocentes cupletistas y bailadoras, como La Goya,
Pastora Imperio, La Argentina, Raquel Meller o la ingenua Teresita
Zaza..." En
el teatro nacional rioplatense, cita Curotto como representaciones en el
Urquiza los siguientes acontecimientos: "el estreno de 'Dios te
salve' de José Pedro Bellán por la compañía de Angela Tesada, en 1920;
'La cruz de los caminos' en 1933, de Justino Zavala Muniz, por la
Cooperativa 'Ion', dirigida por Rodolfo González Pacheco; aquella Compañía
Nacional de Comedias dirigida por Blixen Ramírez, Romeo Negro y Ángel
Curotto, en que se estrenaron, entre otras, las obras de Carlos Reyles 'El
burrito enterrado', 'La fuga en el espejo' de Francisco Espínola y 'Los
amores de Rivera' de Orlando Aldama." Cita
luego a elencos de la vecina Buenos Aires, como Roberto Casaux, Camila
Quiroga, Angelina Pagano, Eva Franco, Parravicini, Vittone y Pomar, y
uruguayos como Carlos Brussa, la compañía Rioplatense de los hermanos
Messutti y muchos más. En
el orden del canto popular, vale recordar que en 1917 actuó en el
escenario del Urquiza el dúo Gardel-Razzano. Respecto
a la generalidad de las actuaciones habidas en este teatro, hay quien
asegura que la importancia adquirida por el Urquiza en tal sentido superó,
en algunas oportunidades, a las habidas en nuestro primer coliseo, el
Teatro Solís. El
teatro "Urquiza" culminó su vida como tal, en 1931. Ya en 1929,
la ley 8.557 del 18 de diciembre de ese año, había creado el Servicio
Oficial de Difusión Radio Eléctrica (SODRE) y dispuesto la expropiación
del teatro. El SODRE tomó posesión del inmueble el 1º de junio de 1931,
eliminando la vieja denominación que recordaba a su propietario y
fundador, para rebautizarlo con el nombre de "Estudio Auditorio del
Sodre". Poco tiempo después vino la transformación del teatro en lo
interior y exterior convirtiéndosele en la sala que todos recordamos. El
Estudio Auditorio reeditó los antiguos esplendores del
"Urquiza" con los clásicos conciertos semanales de su Orquesta
Sinfónica que, en ocasiones fue dirigida por las más célebres batutas
del mundo, especialmente en la década del 50 en que el estado de las
finanzas públicas permitía la venida al país de aquellos grandes
directores. En
esas épocas de esplendor, sábado a sábado se volcaba en su sala lo más
selecto de los "dilletantes" del medio, circunstancia que
llegaba a estentóreas manifestaciones de entusiasmo cuando se cumplían
las "temporadas de óperas" que, aun a cargo de voces uruguayas,
entusiasmaba a los amantes de la lírica, ávidos de escuchar en vivo las
arias predilectas de "I Pagliacci", "Rigoletto",
"Carmen", "II Trovatore", "Lucia de
Lamermoor", etc., en los timbres de sus favoritos connacionales. Otro
rubro artístico que llevó un público entusiasta al Estudio Auditorio
fueron los ciclos de "Cine-Arte", dentro de los que se pudieron
reeditar las más famosas películas conservadas en los archivos
cinematográficos del SODRE, considerados un repositorio de alto valor
documental. Una
dolorosa tragedia marcó el fin de este teatro. En el atardecer del 18 de
setiembre de 1971 Montevideo fue conmovido por la noticia del gigantesco
incendio. Era la cuarta vez que el fuego consumía un teatro montevideano.
Y frente a aquella hoguera había gente que lloraba. El
fuego concluyó con la sala, con el escenario, con la tramoya y demás
dependencias, y con parte de los archivos. También la cinemateca sufrió
grandes pérdidas. A la fecha, la ruina del viejo "Urquiza" fue demolida. Y en estos momentos (1987) el Ministerio de Educación y Cultura realiza los trámites para el inicio de obras, de acuerdo al proyecto triunfador que servirá para la construcción del moderno complejo teatral que se levantará sobre el hoy baldío de Mercedes y Andes. |
Montevideo y sus teatros
Pablo Montero Zorrilla
Co-edición de Librería Linardi & Risso y Editorial Monte Sexto
Montevideo, febrero de 1988
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