Poetas de Occidente cristiano:

es muy difícil escribir poesía

rodeados de incontables objetos innecesarios

como tarifas, supermercados, computadoras,

         dólares, empleos, competencias

se vuelve extremadamente difícil escribir poesía

con seguros, automóviles, violaciones,

        tickets, humillaciones, mentiras

“deberías vivir en una isla – sentencia una voz

allí estarías en contacto solo con la naturaleza

en todo su poder maligno y benigno”.

“alejarse de la sociedad capitalista – dice otro

evitar las contaminaciones,

mientras ella los rodee en su femenino abrazo de asfixia

no podrán escribir ni una línea”.

Pero en la naturaleza tampoco. El poeta es muy frágil,

no puede someterse a temporales y terremotos

él solo quiere escribir sus poemas

con el corte preciso, sincopático, del cuchillo

sobre la tabla.

Y no el ruido de los motores, los pregoneros ansiosos,

los insensibles y tontos,

la hueca hojarasca.

Acostumbrados a pedir imposibles

los poetas piden un estado de poesía

para escribir los poemas que, quizás, otra alma lea.

Como niños abandonados solicitan el acto piadoso

que justifique la existencia de su estirpe sobre la tierra,

engañe a la soledad.

Mas, un mundo decidido a exterminar a los poetas

como a las ballenas, les niega el aire,

los transforma en parias, en payasos, en locos,

en seres inútiles, porque la utilidad es la razón del sistema

y los poetas, fieles y tercos,

siguen escribiendo, a pesar de todo,

desenvolviendo la inteligencia

enriqueciendo la imaginación

protegiendo la sensibilidad

para mostrar el conocimiento de la naturaleza humana

que el hombre prefiere ocultar, desconocer

harto de la imagen en el espejo que ha construido

a través de los siglos.