Amigos protectores de Letras-Uruguay

 

Si quiere apoyar a Letras- Uruguay, done por PayPal, gracias!!

 
 
Tangos. El exilio de Gardel - película de Fernando Solanas
 
 

Buenos Aires en otoño y exilios de Gardel
Crítica de Alejandro Michelena

alemichelena@gmail.com

 
 

A propósito del estreno montevideano de la comentada película de Fernando Solanas, puede ser interesante esta crónica sobre una tarde otoñal en Buenos Aires y el encuentro con "Tangos. El exilio de Gardel", realizada con calidez por Alejandro Michelena.

Recorrer sin apuro las calles porteñas en este otoño tan agradable, es uno de esos placeres que los que mantenemos con Buenos Aires una relación estrecha -cargada de afectos y también de tristezas- llevaremos luego en nuestra memoria por mucho tiempo. Es así como el sábado, después del mediodía, comenzamos tomando un moroso café en el Tortoni, esa especie de Sorocabana suntuoso y novecentista de la Avenida de Mayo, con sus cuadros de Quinquela Martín y sus enormes espejos, la negra madera de sus paredes y sus mesas de mármol viejo, con los recuerdos de César Tiempo y de un tiempo que nos habla de aquel Buenos Aires que festejaba el Centenario, cuando Gardel vivía e Irigoyen era presidente. Después nos internamos por el laberinto de las pequeñas librerías "de viejo", ubicadas hacia la Plaza de Mayo, donde un buscador paciente y con buena suerte puede hallar como tesoro bibliográfico alguna primera edición de Castelnuovo, o una revista de hace sesenta años con poemas de un joven llamado Borges. Caminamos junto a los plátanos mustios de la avenida (Buenos Aires tiene plazas con hermosos árboles pero casi todas sus calles céntricas sin ellos), descendemos al Subte que va a Primera Junta -el más añejo, instalado en la década del treinta- y partimos en el para luego hacer combinación con el que va a Estación Retiro. Como siempre nos ha sucedido al viajar en el tren Subterráneo, recordamos a Sábato y sus túneles con ciegos. Al ascender en Corrientes y Pellegrini, tropezamos con un ciego; esta ciudad tiene muchos, y evidentemente el autor de "Sobre héroes y tumbas" fue muy realista al incluir ese dato en su ficción acerca de esta ciudad que es misteriosa y previsible a la vez.


La calle Corrientes es ya, a temprana hora de la tarde, un nervioso latir de multitudes que van y vienen, y no podemos menos que evocar a Cortázar y aquella historia de aquel Cronopio que caminaba por aquí a contramano y en medio de los miles de Famas. Y Cortázar se asocia, de alguna manera, con la película que nos disponemos a ver: "Tangos. El exilio de Gardel".

Desde su estreno se ha transformado en el motivo de comentarios de todo Buenos Aires. Nadie quiere quedar sin verla, sin hablar sobre ella, sin cuestionarla o elogiarla, tanto se trate de los bohemios habitúes del Café La Paz, como de los sofisticados frecuentadores de "La Biela", como también de los jóvenes laburantes de Avellaneda o Lanús. Y evidentemente, la última obra de Fernando Solanas (el mismo de "La hora de los hornos" y "Los hijos de Fierro") no puede no interesar a los argentinos en general, pues se trata por sobre todas las cosas de una honda reflexión en clave poética sobre el ser nacional, elaborada a partir de un exilio parisién que tiene puntos de contacto con aquel otro que planteaba Cortázar en "El libro de Manuel" hace más de quince años, siendo clara la inspiración -cuando no la influencia en el tono y el clima- de aquella memorable novela fallida sobre este logrado filme. Porque no en vano han transcurrido terribles largos años, y todos en el Río de la Plata hemos tenido la posibilidad de madurar nuestras propuestas, nuestra visión, nuestro situarnos frente a la realidad. Solanas lo ha hecho, a través de "Tangos. El exilio de Gardel", logrando penetrar en temas como el exilio, la dictadura militar, los desaparecidos, y haciéndolo con altura ética, elocuencia artística, profundidad conceptual. Además, lo realiza a través de una escritura cinematográfica no lineal -que se alimenta de la literatura de las últimas décadas en sus aspectos formales, sin por ello negar su potente condición visual- donde la coreografía y la música (de Piazzola) son elementos fundamentales. Es toda la película una intensa metáfora, en definitiva, acerca de la nostalgia y la creación, donde el tango como parte de la mitología del rioplatense es una presencia cotidiana y melancólica.

 

Alejandro Michelena
alemichelena@gmail.com

 

Texto publicado, originalmente, en "La Hora" (Montevideo), abril de 1986

 

Cedido por el autor en formato papel de diario. Escaneado e incorporado a Letras Uruguay, por su editor, el día 15 de mayo de 2013.
 

Ir a índice de cine

Ir a índice de Michelena, Alejandro

Ir a página inicio

Ir a índice de autores