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Múltiple Buenos Aires
retrato poético


Sugestiva toma nocturna del Obelisco porteño,

en expresiva fotopintura de Nilda Torija.

de Alejandro Michelena
alemichelena@gmail.com

 
 

Esbozado en viaje hacia Colonia del Sacramento, en medio del Río de la Plata 

 

Avenida de Mayo, y al fondo el Congreso, en una lograda síntesis de Buenos Aires en la mirada de Nilda Torija.

Te dejo Buenos Aires

agónica de nieblas.

En tus calles pobladas

la cerrazón avanza,

la pálida garúa

persiste

interminable.

 

El Palacio Barolo

con su faro impreciso

–¿qué tachero poeta

en plena madrugada

se detendrá a mirarlo?–,

y en el Café Tortoni

fantasmales tertulias

mantienen un eterno

coloquio sin palabras.

 

Bajo tierra,

en las sombras

el subte que va a Primera Junta

se desliza vital y trepidante,

y sale

y entra gente

por esas escaleras que se asoman

al revés de la trama

de lo urbano

(como en aquel poema

de Baldomero,

o en el del viejo Ezra

referido a otro metro

el de París).

 

Húmeda Buenos Aires,

de incesantes sonidos

de conflictos sin tregua

de basura creciente.

Soledades te pueblan,

tus fachadas esconden

tragedias, alegrías,

blasfemias, santidades,

anonimatos entre la multitud

(irremediables).

 

En medio de tu caos

de tu hostil apariencia,

albergas sin embargo

remansos de belleza:

el Pasaje Bollini

su empedrado de sueños

(los malevos que fueron,

los de Borges que siguen);

el perfecto erotismo de esa fuente

allá en la costanera

nacida de las manos prodigiosas

de Lola Mora;

la elegante cortada Rivarola

un rincón de Paris

(también porteño);

el Parque Lezama melancólico

con fantasmas de Sábato;

cafés intemporales

nimbados de armonía

estéticos y cálidos,

solemnes confiterías

elegantes

decadentes

que laten en la dimensión

de lo eterno.

Vigías imperturbables

de la trama más secreta

de esa multiplicidad que llamamos

Buenos Aires.

 

Ciudad lunar

oscura

misteriosa

insondable.

Seguir tu laberinto

iniciarse en tu aleph,

incluye también

—inevitablemente—

atreverse

al descenso a los infiernos.

El emblemático Cine Gaumont sobre Rivadavia, al fondo el Palacio del Congreso
fotopintura de Nilda Torija

El salón principal del Café Tortoni visto por el lente y la paleta original de Nilda Torija.

Yatch Club Argentino, en la entrada de la Dársena Norte - fotopintura de Nilda Torija

   

 

Alejandro Michelena
alemichelena@gmail.com

 

 

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