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Evocaciones del Cerrito
Alejandro Michelena

Ubiquémonos por un momento en aquel Cerrito de la Victoria de la segunda década del siglo pasado, cuando pocos sabían que esa cima pelada llegaría a estar coronada por un templo religioso. Cuando eran más los baldíos y descampados que las contadas casitas de vecinos laboriosos que, sin embargo, a ritmo creciente iban apareciendo aquí y allá. Las calles por entonces eran de tierra, el camino Propios una trocha angosta, pero ya General Flores y San Martín oficiaban como avenidas de comunicación del barrio con el resto de la ciudad.

En tal escenario, desde el año diez por lo menos, la zona tenía la ventaja de contar con la novedad de los tranvías eléctricos. Estos eran: el 28 que iba de Las Acacias a playa Ramírez, el 13 y el 51 que se alternaban realizando una vuelta redonda (uno por General Flores hasta Maroñas, y el otro por 8 de Octubre y Cuchilla Grande), el 17 que iba a Piedras Blancas y que tenía su punto final en el almacén La Lata, y el 29 que transitaba por General Flores hasta José María Guerra.  El “tranway”, como se le llamaba por aquellos años, constituyó un gran adelanto, permitiendo traslados en forma rápida y limpia hacia puntos distantes de la geografía urbana. 

El cruce del arroyo Quitacalzones  

Este curso de agua que, luego de bordear el Cerrito enfilaba hacia el barrio Atahualpa para desembocar al fin en el más caudaloso Miguelete, no estaba entubado en esos tiempos. Sus aguas se sorteaban, a la altura de General Flores, mediante un puente que estaba ubicado a un lado del cine Plus Ultra.

Por él pasaba habitualmente José Batlle y Ordóñez. Ese era el trayecto más corto entre su quinta de Piedras Blancas y el Centro de la ciudad. En tiempos de su primera presidencia lo hacía en un negro, cómodo pero frugal carruaje. Una mañana se vio enfrentado en una esquina de la avenida a la bomba puesta por un anarquista con la intención de hacerlo volar junto a su comitiva. Felizmente el artefacto explotó antes que pasara el Presidente, que iba acompañado  por su esposa Matilde Pacheco y su hija Ana María. Luego del episodio don Pepe realizó una visita a su agresor en la cárcel, y hasta llegó a dialogar con él sobre la actualidad política. Luego de cumplir su pena, ese ácrata furibundo se transformó en un convencido batllista.

Sobre el puente del Quitacalzones trepidaban los tranvías. El 13 con destino al Hipódromo de Maroñas transportaba los domingos y feriados decenas de amantes del “deporte de los reyes”, con sus binoculares de rigor y el rancho de paja en la cabeza. Uno de los pasajeros habituales de esos días era el poeta y dandy Roberto de las Carreras.

Algunos años después, cuando se estaba terminando el caño colector por el que iba a derivar el Quitacalzones de manera subterránea hacia el mar a la altura del Buceo, algunos chiquilines de la zona utilizaban ese cauce todavía seco para ir hasta la playa deslizándose en monopatín.  

Los tangos de Mastra  

Un personaje típico fue el loco Menecucho, el “máscara suelta” más famoso de los carnavales del barrio. Recitaba en los tablados versos que pretendían ser románticos, y no se perdía ni un “asalto” de los tantos que por las tardes realizaban las mascaritas invadiendo alegremente los patios de las familias cerritenses; al entrar les tiraban serpentinas, baldes de agua, y  chorros de perfume con los clásicos pomos.

Un conocido zapatero remendón del barrio Porvenir era hermano del entrañable compositor, guitarrista y cantor  Alberto Mastra. Este “pequeño gran hombre”, que encantara a varias generaciones con sus tangos, solía llegar de visita desde Buenos Aires, donde residía. Cambiaba por unos días las luces y el bullicio interminable de la calle Corrientes por la semipenumbra melancólica de esas barriadas suburbanas.

El zurdo Mastra —que toda su vida realizó la proeza de tocar “la viola” con el encordado para la mano derecha— retornó a Montevideo en sus últimos años. Y se vio deambular su esmirriada figura entre las mesas bohemias del café Sorocabana de la plaza Cagancha.

Alejandro Michelena
Crónica inédita en esta versión - Febrero 2007

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