Amigos protectores de Letras-Uruguay

Para hacer una pradera, de Jorge Arbeleche, Ediciones de la Plaza, Montevideo, 2000, 49 pp. 

El velo de los dioses, de Jorge Arbeleche, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2001, 189 pp. 

Dos libros de Jorge Arbeleche
Alejandro Michelena

Que haya en librerías simultáneamente dos libros de un escritor es siempre un acontecimiento. Más tratándose de un poeta como Jorge Arbeleche, que ha venido burilando a través de los años una obra caracterizada por la calidad y el rigor. Para hacer una pradera, editado en Montevideo, es un volumen que muestra su poesía más reciente, y El velo de los dioses –que incluye al anterior y una antología de toda su labor en el género– se publicó en Buenos Aires.

Si nos centramos en éste último, es posible recorrer en forma retrospectiva –porque así lo propone el libro– momentos significativos de toda la obra de Arbeleche. La experiencia de esta lectura nos permite descubrir varios ángulos interesantes: una madurez estilística que ya estaba presente en el poeta inicial; la constante y sostenida evolución en su decir; la fidelidad a tópicos universales como el amor, el tiempo, la vida y muerte; un gusto peculiar por las alusiones y recreaciones vinculadas a temas de la literatura clásica (el personaje de Ulises, por ejemplo, que se reitera); la armonía entre el aliento de trascendencia y las vivencias más cotidianas.

A esta altura de su trayectoria, no cabe duda que Jorge Arbeleche es un nombre fundamental en la poesía uruguaya de las últimas décadas. A medida que seguimos –antología mediante– el proceso de su obra, comprobamos como ésta fue ganando en hondura y precisión.

Si tomamos uno de los asuntos más constantes en su poética, la experiencia amorosa, y lo seguimos en proyección,  podemos acompañar el camino que va desde aquella celebración –casi panteísta– del eros juvenil, pasando por la meseta serena que traen los años, hasta desembocar más adelante en cierta melancolía por lo pasado, por lo ido, que emparenta a Arbeleche con una poeta que ha frecuentado y estudiado como es  Juana de Ibarbourou (para el caso, la de los años otoñales), y también –si bien en clave más serena– con el gran poeta alejandrino Cavafis.

Vale destacar que El velo de los dioses tiene un prólogo de la crítica Martha Canfield, y transcribe además las palabras de Arbeleche al ser recibido como “miembro de número” en la Academia Nacional de Letras en 1997. Incluye una “bio-bibliografía” y una completa “bibliografía” del poeta, así como la detallada guía de las mejores críticas que a través del tiempo ha merecido su obra. 

Alejandro Michelena

Reseña aparecida en la revista Latitud, Montevideo, 2001.
aledanmichelena@gmail.com

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