Amigos protectores de Letras-Uruguay

Acerca de Visiones
Solvente espectáculo, con logros muy destacables
Alejandro Michelena

Algunas veces, también en Montevideo, el espectador habituado al teatro puede sorprenderse gratamente con un espectáculo inesperado. Descubrir nuevos actores talentosos, técnicos eficaces, y todo al servicio de muy buenos textos. Y por encima de todo: una mano directriz firme y creativa.

Esto justamente sucedió hace algunos meses con una producción del grupo cultural La Pluma Azul,  estructurada a partir del recurso de varias escenas autónomas, donde se alternaban el trabajo de actores y también los monólogos. Pero un rasgo interesante y singular de la propuesta fue que la unidad del conjunto iba mucho más allá del título unificador: estaba presente en el clima general –de intenso espesor dramático, y muy adecuado para la celebración de la poesía- que era el leit motiv en todas las secuencias, exceptuando la pequeña obra del final en franco tono de comedia.

Lástima que fueron nada más que dos o tres funciones, en un escenario alternativo y con poca difusión. Visiones merecía –merece- una reposición, el privilegio de una temporada más extensa, y la oportunidad de ser vista por un público selecto ávido de un nivel artístico que muchas veces los grupos y elencos más conocidos no aportan.

La excelente dirección de Alicia Preza se jugó en La misión –el primer cuadro escénico- a la apuesta por un tono de misterio sostenido. Logró hacer rendir muy bien en su actuación a Marizel Repetto, a Catherine González y a sí misma, y un poco menos a Gualberto Martínez. Y, por encima de todo, cumplió la proeza de atrapar al espectador, pese a faltarle al texto –de su autoría- un mayor espesor.

Posteriormente, el buen poema de Sandra Miguez, Ramales, permitió a la directora delinear un logrado contrapunto entre Marizel Repetto y Catherine González.

Pero el plato fuerte del espectáculo fue la interpretación de varios poemas de Marosa Di Giorgio. El poema 12 del libro Druida , escenificado con solvencia por Marizel Repetto, Catherine González y Gualberto Martínez. Y también, por los mismos actores, del libro Mesa de esmeralda el texto “El mar de Amelia”, y de La flor de lis, “Para cazar insectos y aderezarlos”.

Hubo en esta parte de Visiones un ritmo sin flaquezas, destacándose la muy adecuada dicción de Marizel Repetto, que realzó lo esencial, es decir la poesía.

Como culminación del tributo a Marosa –a las claras: objetivo primordial del espectáculo- la propia Preza se animó a interpretar en solitario el Poema XXV de uno de los libros fundamentales de la poeta salteña: Historial de las violetas. En la demanda, logró sortear los peligros siempre latentes en los monólogos en base a poemas: la retórica, el recitado, la grandilocuencia. Pero más aún: su actuación resultó intensa y brillante, mostrándola como una actriz en la antesala de grandes papeles.

Como culminación se eligió –con acierto- un texto diferente, en tono de comedia y parodial. El asunto siguió siendo la poesía, pero desde una mirada diferente: el anacronismo y lo patético propio de ciertos agrupamientos de versificadores mediocres, esos que tan certeramente bautizara alguna vez Marosa Di Giorgio llamándolos Golondrones. La pequeña obrita, de Alicia Preza, es una muy buena caricatura de tales cenáculos marginales de la literatura, que se pueden encontrar aquí o en cualquier parte. Misión poética es el título y la acción transcurre en el momento de la transmisión televisiva de uno de estos encuentros.

Las actuaciones muy buenas, empezando por la muy disfrutable composición realizada por  Marizel Repetto de su personaje de la conductora, Cony Flores. Estuvo muy bien secundada por Gualberto Martínez como el ridículo poeta Rómulo Reyes, Catherine González en el papel de una muy zafada adolescente autora de versos eróticos llamada  Cindy Vera, y la propia Alicia Preza como la impagable Justina Etna (una poetisa en general depresiva pero que arde –como el volcán a que alude su apellido- cuando está en trance lírico).

Es justo destacar, como apoyos fundamentales para el espectáculo: las luces de Gabriel Corina, la utilería a cargo de Valeria Nantes, y el diseño gráfico de Gualberto Martínez.

El resultado general: un muy solvente espectáculo que transcurre sin fisuras. Un buen ejemplo de que también en Montevideo la creatividad escénica puede tener más vitalidad en el Off  que en el a menudo demasiado previsible circuito de los grupos de prestigio y renombre.

Alejandro Michelena

Ir a índice de Ensayo

Ir a índice de Michelena, Alejandro

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio