Todo americano

 
"Viejo... ¿otra milanesa?"
-No..., están muy ricas..., pero no puedo.
- ¡Qué mala suerte tuviste!
-Sí..., además hace tiempo que tenía que haber ido por la Facultad.
-Y allí... ¿Te la harán bien?
-Sí.
-No sé..., muchachos tan jóvenes.
-Pero hay muy buenos profesores... ¿qué querés?..., que vaya a la feria.
-Aunque parezca mentira..., el marido de la del fondo se compró unos preciosos en la Feria de Tristán Narvaja.
-No puede ser.
-Un puente lindísimo, me dijo el nombre del vendedor y todo.
-El domingo podemos ir... ¿qué te parece?
-Como no, viejo.
Ese domingo bajaron de un 146 en Fernández Crespo y Cerro Largo. Ella en una mano llevaba apretado el papel con todas las anotaciones.
-Vení, viejo..., vamos por acá... el hombre -me dijo Julieta- que se pone por aquí.
-¿Tenes el nombre?
-Sí, le dicen Pocho.
-¡Pero vieja! Pochos habrá un millón aquí.
-Sí, pero que venda eso no-, a ver, le voy a preguntar a ese que está ahí.
-Señora, qué le vendo..., mire que zapatito casi sin uso...
-Dígame...
-Alguna canilla..., mire qué zapatos para abuelo..., tengo uno y uno casi iguales para el patrón. 
-¿Usted no conoce a Pocho?
- ¡Pero señora!..., ¡yo qué sé!..., fíjese la gente que hay...
-Uno que vende dientes... que se pone por acá.
-Aquí hay muchos que venden... yo vendo, ahora no me queda nada porque son las diez..., hay que venir temprano para eso, hoy vendí un puente bárbaro y una completa... ¿usted qué precisa?
-Yo no, es para él.
-Patrón... ¿qué anda buscando?
-Arriba..., la de arriba.
-Esa es la más difícil de encontrar..., no sé por qué..., en oro a veces tengo algo precioso.
-¿Así que usted al Pocho no lo conoce?
-Lo debo conocer... yo que sé..., veterano... ¿no precisa unos tarros?
-No.
-Alguna arandelita, mire qué olla..., para usted abuela tengo un sombrero de novela.
-No, no, gracias.
Cuando Don Agustín vio que Tristán Narvaja se le venía arriba, quiso irse.
-Vení, ya que estamos.
Caminaron entre tomates, longanizas, porcelanas de Sévres, quesos y jarrones de Cantón, para poder tomar Galicia.
Las veredas y las calles habían tomado el color a herrumbre de caños, tuercas, canillas y tornillos, entre ellos la sonrisa de Gardel, alguna zapatilla sin esperanzas y un vapuleado Texto Único de 4to. Año.
-Dígame señor... ¿al Pocho lo conoce?
-¿Qué le vendo abuela?..., mire qué cucharón me quedan éstos tres tenedores brasileños...
-No, ando buscando a un señor que vende dentaduras.
-Todos vendemos..., el que tiene, vende.
-¿Usted no tiene?
-Tenía, pero hay que madrugar para eso.
-Vieja, vamos.
-Pregúntele a aquél morocho..., hoy tenía
-Vení, vení.
-Vamos, quién sabe cómo son.
-Buen día.
-¿Qué precisa, mi señora?
-Dígame, es para mi marido... usted..., así, dientes... ¿no tiene?
-¡Pero patrona!, mi especialidad... ¡mire ahí!
..., ¡qué locura!.
Arriba de un diario sobre la calle, dos dentaduras se reían.
-Y las tengo regaladas... ¿usted qué precisa amigo?
-La de arriba.
-Llévese el juego.
-No, no preciso.
- ¡Qué lástima viejo!... yo no vendo por pieza.
-Está bien, gracias.
-No, no..., no se me vaya patrón... usted y yo nos vamos a arreglar.
-Pruébese ésta.
-Pero...
-Pruébesela abuelo.
-Pero... ¿dónde?
-Aquí... o vaya atrás de aquél árbol.
-Anda viejo..., parece fuerte, linda.
Don Agustín con la prótesis en la mano se dirigió al probador.
-Va a ver doña qué bien le va a quedar..., y la tengo regalada.
-Y de quién era?
-De una persona muy bien..., cliente mío.
-Así que usted siempre tiene.
-Sí, además yo tengo amigos enfermeros..., vienen todas desinfectadas.
-¿Y viejo?
-No me entra.
-¿Cómo no le va a entrar?..., venga conmigo.
-No, no me sirve.
-Pero no puede ser..., si el hombre era grande como usted.
-No, no..;, vamos vieja..., vamos.
-A ver, pruébese ésta... esto es un lujo... la tengo un poquito más cara.
-¿Te parece?
-Anda ya que estamos.
-Usted no sabe doña el material que tiene esa dentadura.
-¿Es bueno?
-¿Bueno?... por favor..., todo material americano.
-¿Sí?
-Se lo digo a usted..., era de un marinero yanqui.
-Ah... ¿se la vendió?
-No..., murió en el Maciel.

Los globos
Carlos Mendive
Acali Editorial - Montevideo 1979

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