Prólogo al libro de Horacio Mayer
“Hay una esfinge de humo en el fondo de las cosas”

Un poeta intenso, original

La atípica peripecia literaria de Horacio Mayer, y la propia característica de su producción poética, vienen a dar por tierra con los tan fatigosos y siempre esquemáticos planteos generacionales a los que sigue aferrada gran parte de nuestra crítica. Horacio, por edad sería ubicable en esa promoción para unos “del sesenta” y para otros “del 68”, que tiene como nombres más notorios a escritores como Hugo Achugar, Jorge Arbeleche, Roberto Echavarren y Cristina Peri Rossi. Sin embargo, este poeta da a conocer recién ahora su primer libro, en los tramos finales del siglo.

Calando un poco más hondo, su poesía está lejos de ser –para un lector atento- alineable con la de esos notorios coterráneos. Porque estamos más bien ante la obra de un hermano menor de Humberto Megget, aquel solitario vanguardista de los cuarenta. Pero esta referencia no agota la estética horaciana, capaz de alcanzar una entonación mística y metafísica totalmente inusual en la poesía uruguaya de los últimos treinta años.

Nos atreveríamos a considerarlo, en gran medida, como un verdadero adelantado del clima poético de estos noventa, para el que “ya fueron” tanto el coloquialismo delos primeros setenta como el excesivo formalismo del filo de los ochenta. Horacio Mayer cultiva un lirismo muy personal, decididamente original, donde el leve humor y un sentido alado del erotismo se amalgaman y confluyen en el enfático realce del misterio encerrado en los objetos y gestos cotidianos

Una síntesis casi epigramática es el rasgo más característico de este poeta. A través de ella y de su no temerle al ritmo (a veces muy marcado), es que su poética se nos muestra como atípica, poco o nada catalogable. Horacio es uno de esos raros que aparecen cada mucho tiempo en cualquier medio literario, que nos conmueven –en lo mejor que tienen- más allá de las modas, tendencias o estilos; que nos hacen sentir que hay realmente algo esencial y perenne en la poesía. Más acá de gustos y disgustos críticos, tenemos la convicción de estar presentando el excelente primer libro de un poeta indudable. Con la plena seguridad que no pasará desapercibido (por sus valores intrínsecos; no porque signifique el descubrimiento de un poeta que surge en plena madurez cronológica y artística, lo que no deja de ser culturalmente interesante).

Vale puntualizar de todos modos que no estamos ante un poeta estrictamente “desconocido”. Su condición es más bien la de autor “poco y mal leído”. Porque Horacio Mayer comenzó a asomarse ya en lejanas páginas literarias de fines de los sesenta, colaborando con varias de las revistas literarias más significativas de los años setenta. Entró luego en un extendido y empecinado silencio, no sin antes haber recibido un premio en importante concurso literario del año 80.

En los últimos tiempos el poeta ha escrito nueva y buena poesía, aparte de trabajar intensa y obsesivamente en sus textos más lejanos. Presentamos en esta selección magníficos ejemplos de ambas etapas; su lectura –estamos seguros- colocará a Mayer entre los mejores orfebres vivos de la poesía nacional.                                              

Alejandro Michelena

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