Restaurando ruinas

 
Aquellas cosas blancas, eran deformes; estaban torcidas para los costados, para atrás o para delante. Algunas de ellas presentaban agujeros en el medio, negros como pozos de petróleo, o como el espacio exterior.
Estos agujeros eran anchos y hondos, parecían pozos sin fondo, de tan profundos que eran.
Alrededor de los anchos agujeros se erigían unos pequeños y aislados picos blancos y punzantes.
En algunas de estas cosas, había una especie de laberintos que rodeaban lo blanco, como caminos microscópicos. Algunas de las cosas blancas, tenían unos puntitos verdes, como plantas, que estaban trepando por una pared blanca.
Entre cada una de estas cosas, había mucha separación.
La mayoría de las veces, aunque algunas seguían pegadas, muy pegadas...
Todo estaba rodeado arriba y abajo, atrás y adelante, por un rojo intenso. Y de lo profundo, asomaba algo rojo con forma de víbora.
Me tocaba y me dolía.
¡Mi dentadura estaba en ruinas, y ni el mejor odontólogo podía restaurarla!

Santiago Massino
Taller de Escritura y Estilo de la Biblioteca "Carlos Roxlo", barrio La Teja (Montevideo)
Juan Ramón Cabrera - Coordinador

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