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Monólogo de una mujer niña 
Edith Martirena

“Mamá” “Papá”... sé que están aquí. Les parecerá extraño que use esta forma de comunicarme sabiendo que ya habitan en el reino de las energías sutiles. Es que moran también en mi corazón y entonces será él quien traduzca mis sentimientos en palabras que Uds puedan comprender .

 

Debo reconocer que  era lindo cuando los llamaba así “mamá” “papá”; primeras palabras aprendidas, hoy custodiadas por el tiempo afectivo y que inmediatamente me trasladan al lejano mundo de la infancia. Ahora, que estoy más allá de la mitad de la vida, hablo de “mi madre”  y “mi padre”  haciendo presente una distancia real  y enorme que nos separa físicamente en el tiempo lineal . Eso me permite no sentir tanto sus ausencias.

 

También era lindo cuando los tenía a los dos. Claro que en esa lejana época yo no valoraba nada de eso. Más bien trataba , como  todo hijo/a de minimizarlos o más tarde de culpabilizarlos de mis debilidades, para sentirme autónoma y lograr fortalecer mi independencia.

 

Es raro eso de la independencia, porque hoy, que otros afectos se han alejado de mi vida , muchas veces quisiera estar apretada, casi prisionera en tu útero nutriente mamá o envuelta en unos brazos fuertes y protectores como los tuyos papá, o  escuchar el  “Lilita”, como me llamaban....no sé porqué extraña derivación diminutiva y cariñosa de mi nombre y con el cual pasé a la posteridad,  provocando mi primer crisis de identidad.

 

Bien sé que, cuando uno está a tal distancia de cuando sucedieron los hechos que supuestamente marcaron nuestro carácter, idealiza, cambia sucesos, transforma registros, pero en todo caso lo que aquí les diga es lo que ha quedado impreso como huella y lo que hoy quiero para nuestro vínculo.

 

Tal vez piensen que ya es tarde. Nunca es tarde para “darse cuenta” . Suele suceder que el “darse cuenta” no siempre coincide con la posibilidad de decir, hacer, estar, ser...porque ya estamos en planos o mundos diferentes. Pero hay que intentar siempre la “reparación” confiando que de alguna forma atravesará los distintos planos y llegará a cada uno lo que necesite para estar en paz.  Consideren entonces esta carta como “un gesto de amor” porque de verdad esa es la intención al acercarme nuevamente a ustedes.

 

Tengan en cuenta que escribiré en una especie de ensoñación pasando más  por la memoria del corazón, que intentando revivir hechos lejanos. Sin duda la relación que pueda haber entre lo que sentía en mi niñez y adolescencia  y lo que siento hoy,  estará plagada de “errores interpretativos” en la mirada de otros... porque soy la misma y otra al mismo tiempo. También porque como buena neurótica, muchas veces me será difícil determinar quién es responsable de cada cosa. De todos modos quiero cerrar este mandala a partir de los rastros o fragmentos , reales o imaginados, de una forma breve y contundente.

 

“Breve y contundente” así te recuerdo  papá y  aunque intento imitarte, las palabras se me amontonan y en su apuro saldrán combinadas de tal forma que a veces seré racionalmente clara y en otras emocionalmente confusa.

 

“Breve y contundente” como también fue tu vida . Te marchaste muy pronto del mundo y en muchos  aspectos fuiste un misterio  que aún hoy, que he pasado por la vida y la vida ha pasado por mi, con sus dolores y bendiciones, no he logrado desentrañar..Pasabas días en que habitabas en el reino del silencio, como si una pena grande se apoderara de ti. Yo no sabía que te ocurría y así fui aprendiendo sola a  hurgar en mi interior , por si yo era la causa de esas ausencias y conocí tempranamente lo  que es “la culpa”.

 

Pero también me gusta recordarte con el efecto de alguna copa. Provocaba tal alquimia en ti, que hasta cantabas y bailabas...tangos y milongas en mi niñez y  los Beatles en mi adolescencia. En realidad esa dualidad, que mi mente de niña no comprendía, me generaba desconcierto. Parecías otra persona. Salías de ese silencio impenetrable y te tornabas conversador, alegre, juguetón. Hoy creo que esa metamorfosis me fue enseñando algo fundamental muy positivo: que cada ser es un misterio inabarcable del cual nunca conoceremos todas sus posibilidades.

 

Como aprendemos de lo que vemos y oimos; de lo que mamamos  actitudinalmente, sin palabras, hay otros aprendizajes que debo agradecerte: el ejemplo que fuiste en cuanto a cimentarte en algunos valores básicamente positivos, que hoy reconozco en mi:; tu condición de luchador  infatigable ante las adversidades; tu “ser” de muy buena persona, querido y apreciado por tu actitud de vida, el esfuerzo de superación  permanente...  Recuerdo muy bien cuando volvías de trabajar en la fábrica y limpiábamos ladrillos de demolición para construir la casa. Una vez terminada la actividad te ponías a hacer tareas de índole intelectual y  terminaste tu formación  primaria, de forma libre. Luego siempre gustaste de leer y estimulabas y fomentabas el estudio en tus hijos.

 

También está vívidamente grabada en mí, aquella tarde fatal en que la muerte prematura e inesperadamente  te llevó a su reino silencioso o tal vez te dejaste seducir ante el encanto de un descanso al que de otra forma no te hubieses entregado. Recuerdo voces de vecinos y compañeros de trabajo diciendo: “era de la planta”  “que inmerecido , habiendo tanto yuyo malo”....fue la primera vez que vi hombres llorando...

 

Claro que no todo lo que creo haber aprendido o heredado de tu ser me ha conducido a la felicidad. Te veo en mi, en esos comportamientos opuestos, ambivalentes, que suelo tener desde que tengo uso de razón: por momentos soy un ser muy sociable que gusta de estar con otros, que ríe y goza de las fiestas, la danza, el canto y en otros me invade una tristeza profunda y misteriosa que viene de lejos y busco estar sola; en otros soy fuerte como un roble y en la mayoría la duda y la fragilidad me carcomen el alma. Pero todo tiene su lado positivo ya que esa  ambivalencia me ha permitido  conocer toda la gama de sentimientos y emociones que podemos sentir los humanos.

 

También me ha molestado un poco el excesivo respeto por el otro que cultivabas. Tú lo manejabas con altura, yo con una creencia de que  “no debo molestar” o que definitivamente “molesto”. Tanto es así que muchas veces realmente molesto , porque en esa extraña autodesvalorización, no queriendo molestar; molesto más. Además algunos - los que están distraídos -lo viven como sometimiento o debilidad de mi parte.

 

Tu forma de partir del mundo tan brusca y tempranamente me dejó un sentimiento de horfandad  que me condujo a buscar más un padre que un amante en mi pareja  y a conocer el poder de la muerte que nos puede arrebatar el don de la vida en cualquier instante

 

No me malentiendas, no te culpo de nada  Cada una de esas aparentes demandas, pueden ser rebatidas con un simple argumento: cada circunstancia de la vida puede ser vivida como una tragedia que nos debilita o como un aprendizaje que nos fortalece. Ha sido mi opción en cada una de ellas como pararme.

 

Si habilito a que mi corazón se abra es para permitir que lo que fue se vaya y deje lugar a nuevos sentimientos. También para  desmalezar..Así cuando se produzca también mi partida,  me vaya con las valijas livianas y la espalda más erguida por la expiación de algunas “culpillas” que aún me rondan y que ninguna terapia ha logrado ahuyentar. Pero si consciente de que hice en cada momento lo que hacemos todos: elegir lo mejor que podemos de acuerdo a las herramientas de que se dispone y que el medio ha brindado. Así que “papá” nada de transferirte culpas, recibí estas reflexiones como una descripción que hago de mi propio ser.

 

Porque ¿dónde empieza y termina la historia de cada persona? ¿Cómo siguen funcionando en cada uno los seres que te engendraron y de los cuales recibiste los primeros cuidados y aprendizajes?¿Dónde están los muertos y los vivos que he tenido que matar internamente? A veces creo que todos están entre los vivos, con sus voces  fortalecidas o debilitadas a través del tiempo

 

Si será así que empecé a revolotear en mi corazón “casualmente” hoy, a pocas horas del aniversario de tu muerte mamá, y me dí cuenta de ello después de arrebatarme del presente el fuerte impulso de tu presencia.  Si, mañana se cumplirán  cinco años de tu fallecimiento.

 

Nunca imaginé que te iba a extrañar tanto cuando partieses. Aunque ya habían partido otros- pareja, hijos- tu ausencia hoy es diferente. Compartimos la mayor parte de la vida bajo el mismo techo y yo deseaba experimentar la independencia. Muchas veces me sentí mala hija por ese deseo cuando había tanta entrega  desinteresada de tu parte.

 

Me ha llevado muchas horas de  sillón comprender que no existe el amor absolutamente incondicional, siempre recibimos algún rédito a cambio. Y tú lo recibiste en mi dependencia y en el amor de mis hijos.  ¡Cómo luché por separarme de ti, por tener voz propia! ¡ay mujer, sigues siendo poderosa! 

 

En realidad estaba asfixiada en mi propio deseo y cuando te fuiste de esa forma tan sufriente como fue tu vida, hasta sentí culpa de que mi necesidad de  autonomía hubiese llamado a la muerte.

 

Como ves, aunque ya no estás me cuesta discriminarme. Saber que es tuyo y que es mío. Estábamos tan pegoteadas que cuando enfermaste quedó también a mi cargo mi abuela. Al mismo tiempo que tuve que transitar tu agonía, desbordada por todo, incluso por mi enfermedad, fue terrible tener que decidir la estadía de la abuela, en una residencial de ancianos en la cual murió. Me dejó un agujero negro profundo... mezcla de culpa, rabia, comprensión e impotencia.... que ni con la alegría de los nietos, he logrado superar.

 

Bueno, por fortuna siempre se puede y debe rescatar algo positivo de toda situación. En este caso considero que lo más valioso fue haber roto el karma de pegoteo de las mujeres de la familia ; porque creo haber logrado  habilitar a mi hija para que sienta que somos dos...separadas... similares y diferentes a la vez. Como sin duda lo he hecho torpemente, porque fue un aprendizaje “a solas y sin modelos” a veces creo que he puesto una distancia excesiva, pero en el fondo creo que mi hija lo comprende y hasta agradece.

 

Mamá, si te soy sincera y creo que el momento lo merece, en mi recuerdo tengo un cierto rechazo por mi infancia.... llena de fobias, miedos, sensación de inferioridad, mucho trabajo, jugando sola ...“porque el mundo era peligroso”..

 

Sintiéndome impotente con tantos secretos y situaciones a resolver, crecí como un “adulto en miniatura”, juzgándome mala y atacándome a mi misma.  Todo ello colaboró en esa dualidad de mi carácter que me condujo a vivir y sentir siempre los opuestos: poderosa y débil, sacrílega y santa, dependiente y solitaria, querida y descuidada, arriesgada y dubitativa..todo al mismo tiempo

 

Pero ¿por qué te digo todo esto a ti y no a papá? Tal vez porque como mujer en vez de mimetizarme con tus mejores cualidades luché infructuosamente por no tenerlas. Y fue la peor elección que pude hacer. Porque a medida que yo me desvalorizaba , tu fuerza y tus virtudes me parecían más gloriosas.

 

Y ¿por qué me sale todo en tono de enojo y de reproche? Creo que en estos tiempos que estoy sola, y en este preciso instante en que una lágrima se me desliza por el rostro marcando la huella de la nostalgia, lo sé. Veo dos grandes razones . Porque te responsabilicé de mis debilidades. y por elegir la misma estrategia de vida: sentirme víctima siendo poderosa. 

 

Porque estaba en mí haber tenido la fuerza de haber sabido pedir lo que necesitaba. Bien sabía yo de tu trágica historia  de abandonos y violencia, pero mi niña interna lo único que quería era sentirse amada, abrazada, cuidada. No me culpabilizo, porque era también  tu tarea de madre el “darte cuenta” y porque en noches como esta sigo sintiendo la misma necesidad, solo que ya no espero y además he dado algunos pasos aprendiendo a pedir, aunque lo haga torpemente.

 

Ya no me asombra que personas inteligentes y sensibles como nosotras tengan esa incapacidad que tuvimos casi hasta el final, para expresarnos el amor. Cuánto miedo, orgullo e incomunicación. Ambas con miedo a no ser la hija o la madre perfecta, a no colmar expectativas, a fracasar, al juicio paralizante..Ambas con un amor inmenso pero no pudiéndolo expresar o reclamándolo por caminos equivocados

 

¡Cuánto tiempo perdido! ¡Cuánta energía desperdiciada! Siempre el amor. Cómo darlo y cómo recibirlo, cómo sentirlo y cómo comunicarlo, como sembrarlo y cosecharlo...Mamá, mañana no sé si iré  al cementerio ,sé que ya no estás allí.  He sentido tu presencia aquí, en mi corazón que no para de hablar , sin duda en un gesto amoroso de reparación

 

¡ Por fortuna existe el lenguaje escrito! Otro impulso me lleva hasta una caja de zapatos guardada en lo más profundo de un placard donde hay notas y cartas que nos enviamos en los últimos tiempos olvidando que vivíamos en la misma casa. Comprendo porqué   es necesario que la gente escriba.. Releer esas notas y cartas guardadas permiten que unas lágrimas me den la paz de que algunas cosas fueron dichas y  en vida

 

Sé que cuento con tu comprensión para incluir, las dos notas que elegí, para que tal vez otros se animen a hacer de su historia un camino de aprendizaje hacia el amor:

 

“Querida mamá: Cuando vi esta tarjeta me acordé de mi niñez. La imagen tiene dos lecturas, como creo haber vivido yo en esa etapa: la de una niña muy seria, algo tristona...la de una niña recogida en sus sueños y fantasías. Sin duda esa niña de ayer formó a la mujer de hoy, que no perdió del todo esas dos imágenes de sí misma, pero también se enriqueció con otras .¿ Porqué te cuento esto? Porque siempre cuando uno evoca su niñez, piensa y siente a su madre; se vuelve un poco niña y no puede dejar de recordar .Claro que todo es visto desde otra perspectiva porque el tiempo transforma la realidad que creíamos conocer. Hoy te doy las gracias por todo lo aprendido por y junto a ti y te invito a unirte a mi futuro como dos mujeres grandes que somos; juntas pero cada una con sus propios sueños, con su propia fuerza de vida , con un amor liberador y con alguna locura que nos merecemos vivir

 

Gracias por aceptarme como soy, por quererme con mis logros y mis fracasos, con mis fortalezas y mis debilidades. Tu maravilla y talento como madre se manifiesta en mi, cuando logro ser y aceptar que soy parecida y a la vez diferente a ti.

 

Gracias por enriquecer esta casa y esta familia con tu entrega y cuidado constante de todos nosotros..que es tu forma de mostrarnos cuánto nos amas. Con amor y agradecimiento tu hija que también te quiere y expresa su amor como puede”

                                                                     Amanda (aunque nos suene raro) 

 

Hija: En este día quisiera decirte muchas cosas que están guardadas en mi corazón. Pero lo único que te diré es que la vida te ilumine en cada momento para que puedas superar las sorpresas dolorosas  y alcanzar lo que tú  más desees . Ese es el mayor anhelo de tu madre que te ama mucho y a veces no encuentra las palabras o la forma de expresarlo. Un gran beso. Te quiero.

                                                                          Mamá

 

Me voy a dormir diciéndote con un abrazo frontal y calentito: Que te quiero, te extraño  y te necesito. Que hoy a través de mis hijos  y  mis nietos conozco un amor que acerca a la incondicionalidad, pero nunca absoluto, para que no se sientan con obligaciones o culpas, sino que me amen en libertad. Que solo mi debilidad en mi forma de elegir fue causa de mis males. Que te libero  y me libero de todo sentimiento enfermizo de culpa. Que desde donde estés te pido ayuda para crecer en el amor en un intento de también sanar o mitigar mis males y disfrutar solo el presente

 

Ves papá, aunque me lo proponga no puedo ser breve y contundente..Tantas vueltas para decir que : los quiero y les agradezco lo que soy y también  lo que no soy, ni seré.

 

No estoy sola. Hoy estoy con Uds. en mi pequeña casa. No espero a nadie y dedicaré el tiempo que queda hasta dormirme en escuchar música y en llorar y reír junto a Uds. llenando de ternura nuestros mejores momentos  y de compasión los otros.

                                          Con amor Amanda y Lilita

 

Edith Martirena

De "Tras las huellas del amor"

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