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Infidelidad - sinceridad 
Edith Martirena

“Decir no
decir no
atarme al mástil
pero
deseando que el viento lo voltee
que la sirena suba y con los dientes
corte las cuerdas y me arrastre al fondo
diciendo no no no
pero siguiéndola”


Idea Vilariño

La mente humana es, además de una máquina perfecta-cuando funciona bien- un misterio incluso para la ciencia ya que todos los días se descubren nuevos aspectos de sus ya maravillosas posibilidades. ..percibe, comprende, selecciona lo útil para guardar, olvida, recuerda, ..y podría seguir una larga lista.

 

Hoy Juan está enganchado con la posibilidad de evocar, de recordar a una María que conoció hace unos veinte años, muy diferente a la actual. Si no fuera por esa virtud de la mente ya mismo armaría su valija y se marcharía. También, desde esa misma mente poblada de valores le habría sido fiel, pero no lo está siendo, y lo que es peor sin culpas o remordimientos hasta el momento. Tal vez porque responsabiliza demasiado a María del deterioro de la pareja. En todo   caso lo está trabajando en su terapia

 

Y todo porque continuamente, aún cuando está con Ada ( ¡qué nombrecito! .”la que da alegría”) no puede dejar de tener presente a María, a la que conoció hace veinte  años ,a aquella que aún ama... con su cabellera larga y morena, su piel suave, su voz armoniosa y sus brillantes ojos negros que atrapaban con su mirada profunda, y que él concientemente habilito a que lo atraparan

 

Pero esta María de hoy se aleja cada vez más de aquella que lo hechizó. Con el pasar inexorable del tiempo , gran ladrón de todo lo bello, se ha tornado gruñona,  su piel se ha marcado con algunos surcos ásperos , la decisión de la practicidad del cabello corto primó en su decisión de la larga cabellera que se enredaba en sus dedos cuando hacían el amor y lo que para Juan fue la pérdida más grande: sus ojos cada vez tienen menos brillo y magnetismo.

 

-“Realmente tengo que quererte mucho para no odiarte y odiarnos” se dice a sí mismo este  Juan que no toma en cuenta que también por él pasó el latigazo del tiempo y que sin duda él también había abandonado algunos detalles descuidó su mirada conquistadora, sus conversaciones seductoras, sus pequeños gestos de amor y se dejó devorar por la implacable y desvastadora cotidianeidad

 

Pero además había encontrado otro escape. Casi sin darse cuenta y  contrariando sus principios, se había involucrado con Ada, una compañera de trabajo nueva, bastante más joven, muy libre, alegre, siempre con recursos para mostrarle su disponibilidad de mantener una relación, con el solo compromiso de pasarla bien.. Ya hacía un año de encuentros clandestino que aumentaban en frecuencia y realmente cada vez lo pasaban mejor. Quizás por la suavidad de su voz, quizás por la suavidad de su piel sin marcas de enojo, quizás por la novedad de su larga cabellera rubia, quizás porque al acercarse él su rostro se iluminaba y  sabía que no recibiría reclamos ni sarcasmos, quizás...¡quién conoce todos los quizás que  impulsan a dos seres a vincularse afectivamente!  Porque había comenzado como un encuentro de cuerpos y se estaba transformando en un encuentro de afectos.

 

En realidad si no tomó hasta el momento una decisión drástica  de sinceramiento con ambas, es porque amaba a una ideal y necesitaba de otra real , por lo tanto negaba internamente su infidelidad .

 

Pero ese día fatídico su terapeuta se había puesto especialmente exigente con lo del sinceramiento y el esbozo de una ligera “culpilla”   por deshonestidad consigo mismo y con ellas .

 

“Claro que era mucho más cómodo  responsabilizar de todo el  desbarranque de la pareja a ella.. pero no es justo” se decía mientras a gran velocidad regresaba a su casa. Un sentimiento de angustia empieza a emerger y baja del auto a tomar una copa.

 

Pero como sentencié al comienzo, la mente humana tiene cualidades maravillosas y tiene otras escabrosas y detestables. Por ejemplo resulta indetenible. Cuando un sentimiento se transforma en pensamiento se vuelve obsesivo. . Así el parloteo interno entre las argumentaciones de la infidelidad y las de la sinceridad, teniendo como moderador a “la culpa” que se tornaba en un juez implacable, hizo que bebiera tres wiskis casi sin darse cuenta

 

Subió al auto con un torbellino de pensamientos y sentimientos recurrentes. ¡Qué feliz cuando no reconocía culpas ni responsabilidades, o lo que es mejor aún ,cuando las descargaba en otra persona ¡. ¡Qué pesada carga cuando reconocía que él  también estuvo todo el tiempo ahí ...¿haciendo qué? O dejando de hacer ¡qué!”¡A la mierda con los sicólogos, sólo complican las cosas y lo hacen sentir a uno culpable!

 

Mascullando idioteces sobre la mala tarea de su sicólogo y buscando respuestas, se enfrenta con el pequeño espejo de su auto. Se mira y se ve  mirándose. Es ese instante misterioso en que toda la vida de una persona toma un giro inesperado , en el cual uno nunca sabe si es la conciencia o el inconsciente quien comanda, porque surge lo más obvio, por  lo tanto lo  más difícil de responder ¿Cuáles eran las cosas que lo mantenían unido a María, que no habían perdido su encanto?

 

La inconsciencia de la alta velocidad,  el intento de una rápida lista mirando su rostro en el espejo y los efectos del alcohol le hacen  perder el control del volante . El auto da cuatro giros y cae en una zanja quedando con las ruedas hacia arriba. Como al final de los giros de  una danza derviche, en ese instante  logró frenar los pensamientos. Solo que el costo fue alto.

 

Hace un mes que está en el hospital, semi colgado con huesos rotos y contusiones varias , sin poder hablar porque sus costillas rotas lo callan, tal vez defendiéndolo de los peligros de la palabra  y recién su conciencia se anima silenciosamente a reconstruir imágenes de lo sucedido. Como en flashes, se ve mirándose en el espejo pensando en María…Luego la pérdida de control,  una semi inconciencia, el ruido de sirenas, camillas, luces cegadoras, voces ...Escenas vagas que no sabe si se han construido en el mundo de los sueños o en la misteriosa realidad  …oir el llanto de una mujer, el de María y una vaga fotografía donde ve a María y Ada juntas,, sin hablarse, sólo observándolo.

 

Hoy amaneció soleado y los rayos de sol que entran por los intersticios de su persiana semi cerrada lo despiertan con una conciencia clara de dónde está y porqué. Está ya en su casa, en un cuarto especialmente acomodado en la planta baja hasta tanto no pueda mover sus piernas.

 

Antes de que surgiera otro tipo de pensamiento, se abre la puerta y entra María , que brilla iluminada por ese sol mañanero. Abre la ventana para que el aire fresco entre y  se renueve todo, verdaderamente todo.

 

Ha pasado un año ya de ese “accidente”. María está dejando crecer su cabello, sus ojos fijan con más frecuencia su mirada en él y su voz se ha tornado más dulce.

 

Todavía no han podido hablar de lo sucedido, ni de Ada, ni de la infidelidad...todo eso permanece en el reino del silencio donde no habitan palabras y por lo tanto no se piden explicaciones , ni hay reproches , cuestionamientos, ni argumentaciones

 

Juan  comprende la prudente falta de sinceridad de María al decidir no aclarar la situación. Hacerlo podría ser un gesto de valor que los alejaría , un sueño de honestidad riesgosa que no valía la pena intentar.

 

El tampoco quiso abrir la puerta del sinceramiento y  la cerró con una llave que colocó en un cofre donde guardaba recuerdos de momentos o personas queridas  que ya no estaban en su vida. Allí quedó habitando Ada  agradeciéndole  la alquimia que había aportado a su pareja.

 

Tal vez la resolución parezca innoble, pero cuántas veces el absurdo , el miedo o la inteligente experiencia colectiva que dice que el tiempo cierra heridas los volvió a unir amorosamente.

 

Quizás algún día María y él se animen a abrir juntos ese cofre y se produzca el sinceramiento. Todavía no ha llegado ese momento y sólo están atentos a construir cada día el disfrute de haberse rescatado .

 

Después de todo quién dijo que los absolutos conducen a la felicidad. El amor entre dos seres es un enigma de difícil construcción ya que toda comunicación se produce en el reino de las ilusiones y en definitiva cada quien  está solo en su propio misterio, construyendo su vida lo mejor que puede.

 

Edith Martirena

De "Tras las huellas del amor"

 

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