Amar es también soltar
Edith Martirena 

Hay adioses que se quedan en el aire

que te atrapan y persisten en la piel

Hay adioses..que contagian su tristeza

Y hay adioses que son dulces como miel”

                

                              Murga Colombina Che –2006

Era una mañana gris y Ema despertó temprano. En realidad no había dormido muy bien y eso sucedía desde hacía algún tiempo; desde que empezó a sospechar que un bicho extraño  estaba agazapado en su cuerpo, esperando el zarpazo final.. Por más que trataba de tranquilizarse diciéndose y especialmente diciéndole a Javier que eran exámenes de rutina, desde ayer ella sabía el diagnóstico. Y más allá del decir médico ella sentía en su interior una fuerza invasora que la iba colonizando y por momentos la alejaba de la cotidianeidad, como si se estuviera preparando para un viaje a un lugar extraño y desconocido.

 

El aún dormía plácidamente y ella disfrutaba mirando a ese ser tan querido junto a quien había encontrado esa paz que se parece al amor.

 

En noviembre,  o sea en seis meses cumplirían diez años de estar juntos , compartiendo un amor sereno, pero no alejado del placer, del encanto, de la fantasía...; porque Javier fue sin duda lo mejor que le pasó en su azarosa vida.

 

Lo observa con una emoción lagrimosa porque recuerda que hace unos días, él le propuso festejar la decena haciendo un pequeño viaje a Brasil, buscando calor, sol y esa exuberancia natural  que  brota por todos lados, que sin duda le haría volver la vitalidad a su rostro que se insinuaba cansino . Lo que él no sabía en ese momento, o  de alguna forma sospechaba pero no quería saber, era que seis meses fue lo que el médico le pronosticó de vida a Ema justo ayer . Los exámenes confirmaron el diagnóstico de una enfermedad degenerativa irreversible.

 

A pesar del impacto, pidió ser ella la encargada de decírselo a Javier

 

Ema siempre fue  inteligente, fuerte de carácter  y sensible, pero esta vez ninguna estrategia la convencía. Al final su abordaje por unos días fue:  callar, disfrutar, prepararse y prepararlo para lo inevitable .Se las arregló para inventar una licencia especial en su trabajo y mientras él iba a su estudio de arquitecto ,ella pasaba la mayor parte del día pensando qué y cómo hacer para gozar de tal forma la vida que cada minuto se midiera como años de felicidad-. También ella se preparaba. Iba todos los días a un lugar donde una sicóloga aportaba estrategias y conductas a las personas para vivir lo  mejor posible hasta morir.

 

Fuerte de temperamento, siempre podía conservar su entereza, salvo cuando él la abrazaba, ella respondía corporalmente  de tal forma que parecía una despedida. El la envolvía con sus enormes brazos  sin preguntar- ahora sin duda no queriendo saber- y ella quedaba acurrucada hablando del viaje y de cómo disfrutarían uno del otro, en una especie de luna de miel que nunca tuvieron. Porque sus brazos eran fuertes pero su temperamento sensible lo tornaban vulnerable.

 

Hace doce años se encontraron por primera vez en una marcha, en defensa de las mujeres golpeadas o abusadas. Cuando Javier la conoció tenía treinta y dos años y Ema lucía unos desafiantes diecinueve años y un atractivo extraño.... mezcla de intelectual   - que sus lentes parecían confirmar- con una  hippie de los años sesenta que la marihuana que fumaba también parecía etiquetarla.  No tenía una adicción fuerte, podía controlarla. Sólo fumaba en momentos de stress, para aliviar la tensión. 

 

Para él fue amor a primera vista. Para ella fue una sorpresa atractiva que  se transformó en un amor que nunca había esperado encontrar. . Es que Ema era sobreviviente de  una niñez muy difícil, con un padrastro abusivo en todos los aspectos, una madre sometida y un padre alcohólico que había desaparecido de su vida  .

 

Había formado entonces una dura coraza que la mostraban como una fortaleza..Y no solo  había logrado sobrevivir ,sino que había aprendido a soltar su voz en defensa de las que no podían hacerlo..era una resiliente  que se había fortalecido por las adversidades vividas.  A los dieciséis años ya había logrado irse de su casa,  a vivir en una modesta pensión, con un joven estudiante del interior, sin quererlo demasiado y con quien pasó muchas penurias económicas . Pero prefería eso  a ver como su madre se degradaba permitiendo que su padrastro la manoseara delante de sus propios ojos.

 

Estuvo un año junto a Miguel .Las circunstancias difíciles que vivieron lo habían tornado agresivo, incluso sexualmente, ofendiéndola en lo que más detestaba: la hacía sentir culpable de provocar a su padrastro, que algunas veces intentó acercarse para ofrecerles ayuda.

 

Ahí fue que decidió marcharse a un pueblo pequeño del Interior del país. Encontró un trabajo como empleada en una estancia. Sus escasos estudios no le permitían acceder a mucho más.  Había cursado sólo el Ciclo Básico , pero era muy lectora  y se interesaba por las cuestiones sociales. Permaneció en la estancia dos años , soportando las insinuaciones y la mano atrevida del patrón. Aunque logró mantenerlo a distancia  prudencial bajo amenaza de hablar con la patrona

 

Así fue juntando bronca con los hombres.  Empezó  relacionarse  con un grupo de  mujeres golpeadas y abusadas, coordinadas por una asistente social que viajaba una vez por semana. Pronto hicieron una buena amistad y Celina le consiguió un trabajo en Montevideo, que además le permitía seguir con sus estudios y pasó a vivir en un hogar estudiantil- Logró reconectarse institucionalmente y a la vez que trabajaba militaba en defensa de los derechos de las mujeres sin voz. Cuando Javier la conoció estaba cursando el bachillerato con la intención de  hacer ciencias sociales

 

Ambos hicieron un acercamiento lento, cuidadoso ..fueron  bajando los escudos protectores a medida que ganaban en confianza . No hubo una irresistible pasión, como suele suceder al comienzo de una relación , especialmente porque Javier en seguida percibió que ella estaba muy herida por los hombres y a su vez él se estaba recuperando de un fracaso matrimonial desde hacía tres años.

 

Ese proceso de amistad, de cuidados mutuos, de descubrimiento de valores y  gustos similares, de necesidad de verse a diario y compartir alegrías y dificultades, los fue envolviendo en un manto protector formado entre los dos, bajo  el cual y casi sin darse cuenta surgió  un permiso – deseo,  de amarse.

 

Ema descubre por primera vez lo que es amar con ternura y también con pasión. Javier fue el hombre indicado para reivindicar la masculinidad . . Especialmente le mostró lo necesario que era la confianza y la ternura y ella fue entregando su pasado al importante área de los aprendizajes, lo que le permitió desarrollar una comprensión compasiva hacia quienes la habían herido y disfrutar de lo que ahora tenía.

 

El la amaba de todas las formas posibles. La animó a seguir estudiando y ahora ya terminaba Ciencias sociales. La ayudó a revalorizar a sus padres, pues con sus debilidades hicieron de ella una mujer fuerte e independiente. A no padecer la sexualidad sino a gozarla.  A sentirse apoyada para organizar mujeres que se defendieran dignamente ante hombres abusadores.. No tuvieron hijos, aunque en un momento lo desearon. Pero tampoco hubo reproches ni tratamientos especiales. Consideraron que la naturaleza era sabia y por algo no les hacía ese regalo ¿cómo hacer entonces para que este hombre tan especial y que la hacía tan feliz sufriera lo menos posible? ¿cómo hacer ella para poder soltarlo?..esas y otras preguntas se hacía Ema a si misma y a  la terapeuta que la guiaba. Muy pronto se dio cuenta que si encaraba con valor la situación con Javier y cómo quería ella afrontar su finitud, surgiría una creatividad compartida entre los dos, que le indicaría el camino.

   

Entonces el primer gran coraje fue hablar con Javier . Empezó por pedirle de adelantar el viaje. El ya no tuvo escapatoria  a su negación de lo que estaba ocurriendo y le preguntó directamente ¿cuánto  tiempo nos queda?  Ella en seguida aclaró :”juntos unos cinco meses, después estaremos en mundos diferentes cada uno con las experiencias que le toque “vivir”.

 

En pocas palabras le explicó el proceso que iba a darse y le hizo cuatro pedidos : que mientras viviera con cierta normalidad disfrutaran la maravilla de estar juntos y amarse; .que de inmediato buscarían una buena clínica y que luego la olvidarían hasta que llegara el momento indicado; que en ese lugar se despedirían cuando empezara el deterioro.... se comunicarían solamente por cartas, si era muy necesario ... que cuando muriera reuniera a todos los amigos y seres queridos .pusiera sus mejores fotos y las músicas que más le gustaban  y que las cenizas de su cuerpo fueran esparcidas en sus lugares preferidos....

 

“¿Y el cuarto? – dice él . Ella hace una pausa como buscando palabras . El cuarto pedido era el más difícil porque implicaba mucha generosidad y desapego o también podría interpretarlo como un control de su vida sin ella. Pero al final lo expresó: que viviera el duelo permitiéndose sentir todo, pero que evocara no tanto lo que perdió ,sino toda la abundancia de amor que era capaz de dar y recibir. Que buscara bien pronto a quien amar y ser amado...”sin duda ya había alguien preparándose” le dice esbozando una sonrisa.....

 

Aunque no profesaba ninguna religión en especial había desarrollado una espiritualidad que le permitió en ese momento y con los ojos llenos de lágrimas, abrazarlo con una ternura especial mientras le decía “te quiero y mi mayor deseo hubiese sido vivir toda la vida juntos, compartir mi vejez contigo. Pudo haber sido así. Pero la inteligencia Superior no lo quiere de esa forma y debemos respetar el misterio eligiendo lo que creamos mejor, y como soy yo la que me marcho , déjame elegir la forma.” Fue  la última vez que lloraron juntos., sintiéndose extrañamente dichosos

 

El aceptó sus pedidos, salvo el último , al cual no se comprometió-“ a la mierda con eso.. sé que quieres protegerme, pero no podrás evitarme el dolor de tu ausencia, extrañar el calor de tu cuerpo, la angustia de saber que lentamente se irá desvaneciendo el sonido de tu voz en mi recuerdo. Déjame resolver eso a mi  ,confiemos en que el amor nos ha fortalecido de tal forma que podré afrontar lo que pase después

 

Pasaron tres meses de una felicidad adulta, disfrutando de las pequeñas cosas y valorando cada momento. Fueron a Brasil e hicieron el amor varias veces en sus cálidas aguas, pasearon por sus morros en largas y apacibles caminatas, vieron hermosos atardeceres y unos cuantos amaneceres . El le regaló una preciosa cadena de oro con la imagen de la Virgen de Iemanjá que ella no quitó más de su cuello.

 

Regresaron ansiosos por arreglar el jardín de la casa, invitar   algún amigo o familia a cenar, ordenar los álbumes de fotos, organizar  nuevos liderazgos de mujeres y dormir cada noche acurrucados, como cuando recién se conocieron bajo ese mantón imaginario formado entre los dos. Despertarse temprano y hacer largas caminatas, todos los días por el mismo camino, como dejando huellas;  escuchando el rumor del viento entre las hojas y el canto de los pájaros que también recibían el sol primero de la mañana

 

Ese día, al amanecer, Ema despertó  a Javier y abrazándolo le dijo“es el momento vamos a la Clínica”. Todo esfuerzo que  intentó hacer por retenerla, por convencerla de otro final fue vano. Hasta que ella dijo .”Se comprensivo como yo intento ser valiente....no insistas... respetemos el acuerdo. Yo quiero quedar en tí así, entera,  feliz por la vida que conocí contigo. Y tú quedarás en mi así como te vi siempre :valiente, generoso,  respetuoso. Déjame partir”  . 

 

Y partieron hacia el lugar que ya habían elegido. Ella iba con su vestido blanco que él tanto adoraba y él con su camisa negra y un pantalón crema que ella le había regalado. Llevaba un bolso con pocas cosas : algunas prendas apropiadas a la situación, un block de hojas, una lapicera, dos libros-El libro Tibetano de los muertos y El amor en los tiempos de cólera; una foto reciente de los dos en Brasil, unos discos de Piazzola y unos cigarros de marihuana.

 

En la puerta de la clínica fue recibida por Maritza, una joven enfermera   que irradiaba una paz especial y  que sería la encargada de atenderla. El abrazo de la despedida  fue largo, pero una vez que lograron separarse , ella entró y no volvió la mirada hacia atrás. El la observó hasta que se perdió en los corredores y se marchó.

 

Hubo pocas cartas entre ellos,  pero si hubo un encuentro entre Javier y Maritza donde le explicó el proceso de sanación del alma que estaba haciendo con Ema y que le alcanzaría unas notas para que él acompañara. El cumplió con todos sus pedidos  cada vez que era convocado. Así le llegó...

 

“Cada vez que enfermamos debemos buscar en nuestro corazón a quién debemos perdonar .La persona a quien se nos hace más difícil perdonar es aquella de quien necesitamos liberarnos.   Perdonar significa renunciar, dejar en libertad”

 

“La muerte no es deprimente ni emocionante, es sencillamente un hecho de la vida”

 

“Quizás los únicos que de veras comprenden cuan preciosa es la vida, son aquellos que conocen su fragilidad”

 

“Aprender a vivir es aprender a desprenderse”

 

“Las enfermedades nos detienen, nos duelen, pero si logramos entender el  mensaje que nos traen, ellas facilitan un verdadero salto quántico hacia una realidad insospechada, que nos conecta de un modo diferente con nosotros mismos y con el mundo”

 

“Aunque parezca absurdo, todas las enfermedades son un medio de curación de otras cosas”

“Permíteme orar

no para obtener protección

contra los peligros

sino para afrontarlos sin temor

 

Permíteme pedir

no alivio a mi dolor

sino el valor para superarlo”

Javier esperaba ansioso esos mensajes que estaban produciendo cambios importantes en su forma de estar en el mundo. Se dedicó a meditar, a trabajar , cuidar del jardin, caminar sobre sus huellas cada mañana antes de ir a trabajar .

 

Pasaron seis meses y un domingo fue convocado desde el hospital. Fue preparado y tranquilo, pensando que el momento había llegado. Lo recibe Maritza con su plácida presencia y le pide que tome asiento que en seguida será atendido.

 

Era un domingo especial, era fecha del cumpleaños de Ema. Se abrió la puerta y vio a una bella y muy delgada mujer vestida de blanco que le sonreía.  Era Ema.”te dije que alguien se estaba preparando para tí ...Siempre hay alguien preparándose para otra persona...Soy otra gracias todo el trabajo de perdón y comprensión de mi enfermedad que hizo Maritza conmigo. No tenía ni idea de cuánto rencor guardaba .¿Nos vamos a casa?”

 

Ema logró vivir un año más   sintiéndose amada por Javier que admiraba su coraje y atendida espiritualmente por Maritza que los visitaba regularmente. Nada de lo que Ema pretendió planificar y controlar se confirmó, porque la vida y la muerte resultan incontrolables a nuestras decisiones  y a nuestro poder, es como querer asir  agua con las manos...fluye por cualquier grieta inesperada.  Murió cuando la muerte vino a buscarla  en el tiempo y lugar que se le antojó.

 

Bueno, tal vez lo único que se cumplió al fin, fue lo que Javier había negado aceptar como propuesta. Javier le pidió a Maritza de quedarse un tiempo para acompañarlo y guiarlo , pero ella se marchó .

 

Pasaron dos años, tiempo necesario para un duelo. Javier supo enfrentar con fortaleza la ausencia de su amada, y  todos los días pasaba por el pequeño bosque cercano donde Ema había pedido que se esparcieran sus cenizas , junto a un pequeño curso de agua . y le agradecía todo lo bueno que había despertado en él...aún en estos tiempos en que ya no estaba físicamente.

 

Un día especial, el día del cumpleaños de Ema al llegar   al bosque con unas flores silvestres, encuentra a Maritza con el vestido blanco que Ema le había regalado antes de morir, la cadenita de Eimanjá y un paquetito en sus manos .recibiéndolo con una sonrisa serena y habilitadora .

 

Javier se detuvo frente a ella y emocionado la abrazó . “he venido a traerte este regalo que Ema me pidió te diera el día de su cumple que ibas a comprender todo”

 

El abrió el paquetito y encontró el libro de García Marquez “El amor en los tiempos de cólera”. Una ráfaga de viento le trajo el perfume de Ema y la vió  partiendo en paz ..

 

Se toman de las manos y  Maritza invita a Javier a susurrar como un mantra , como un rezo, un canto mapuche

 

En especial dedicado a Ema  para que partiese en paz

“Agua vital...purificame

Fuego del amor...quema mi temor

Viento del alma...llévame a tu altar

Madre tierra..vuelvo a tu hogar”

Dicen los budistas tibetanos que aprender a vivir es aprender a desprenderse. Cada vez que las pérdidas nos dan una lección sobre la impermanencia, nos llevan más cerca de la verdad. Fluir con la vida. Lo único que verdaderamente tenemos es el “ahora” .

Edith Martirena

De "Tras las huellas del amor". (inédito) 

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