octubre 10
Marta de Arévalo

viernes es el día de las brujas
por la tarde salí a tramitar angustias
y volví temprano comprando comestibles
una vela de nostalgia
para encender sobre mi mesa de luz
cuando me acueste
y un incienso de amor quemado ya
que al paso de los días
deja un aroma de silencio triste
como un arco de esperanza
en lo infinito del sueño
o del suspiro

¿estarás devuelta ya en Montevideo?
este teléfono no sueña y sin embargo
da señal de libre 
es de noche y hay brujas por la casa
yo las veo enracimadas
dentro y fuera de mi alma
posadas en la lámpara que alumbra mi desvelo
esperando a la puerta de la entrada
sobre el jardín en sombras
oscureciendo más el pino
el rosal y el membrillero

por el caminito blanco de luna
cruzan sus cruces nefastas
sigilosas para que no las vea
                                     las veo
invadir todas mi cosas
con maldición satánica
se meten en la letra que te escribo
en las letras de tu nombre florecido
en un libro hace tres meses
debajo de mis uñas en los dedos
que golpean las teclas asustadas

adentro del cajón de mi escritorio
había una pequeñita afilada en la gillette 
cuando fui a sacar un lápiz
( un lápiz azul para escribir "diosmío
por qué me lo negaste"
)


cuánta bruja mi amor y cuánta muerte
se me entra por la sangre
como un filoso tajo
este viernes sin tus besos.

Marta de Arévalo

De “Gracias por la ternura”
(Carta para él)
Publicado en Montevideo, 1989

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