La madre de los siglos
Poemario escrito en 1981

La viviente de arpegios

por Marta de Arévalo

Lleva música mía LA VIVIENTE DE ARPEGIOS,
me sostiene el latido con presencia de flor.
Yo la sé vigilante con su ser intangible
e inmortal la conozco en su acento de dios.

Hace siglos y en tierra que no tengo memoria
me donó las dos alas, el aliento y la voz.
Y fundidas sus mieles se me hicieron sustancia
y dormida en su entraña me aprendí su canción.

En el lar de su cuerpo me nacieron los ojos
- estos ojos rendidos de mirar lo interior -
Nada tengo en mi suma que no aliente su trigo:
el clavel de los llantos y el soñar tornasol.

He aprendido despacio su volver sigiloso
que en el tiempo infinito me encendió el corazón. 
Era pluma en el viento sin saber de su paso
y hoy me tengo por suya en su mística unión.

Muchas veces la supe y olvidé su cadencia,
me cantó muchas veces en rimada ascensión.
Y yo torpe, crecía, sin crecer en la muerte,
y a la muerte volvía a aprenderla mejor.

Hoy me asiste y tutela bajo un astro intangible.
Mi pupila extasiada reconoce el fulgor
y cautiva en la luz del sagrado lenguaje
me inclino ante su imperio y le acepto prisión.

Marta de Arévalo
De "
La madre de los siglos"
Poemario escrito en 1981
Editado en junio 2009

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