La creación artística

por Marta de Arévalo

Todo artista (y todo hombre) está impulsado por motivos conscientes y por motivos inconscientes. Es afectado por necesidades físicas y por pasiones del ánimo, nobles e innobles: influencias de su ámbito cultural, de sus ideales, de su religiosidad o su ateísmo; razones de odio, de amor o de afinidad; búsqueda de aventura, gloria o emoción… En el hombre común estas influencias se manifiestan de mil maneras en su profesión o en su vida cotidiana, dando testimonio de una forma de ser, de una actitud para vivir. Como no destacan de la forma común de las demás gentes, pasan inadvertidas.

En el artista ( y aquí  nos referimos al artista literario) estas  motivaciones, con rotunda fuerza de expresión  que las hace notorias, se manifiestan abiertamente por medio del lenguaje, por la palabra  escrita  combinada en una urdimbre sutil donde vibraciones comunes  inherentes a todos los seres humanos, se transforman en vibración mágica de belleza. Aquí la belleza, como cualidad intangible, como representación de la Idea platónica, se realiza por medio de esa forma de ser de un individuo, dotado de capacidades  creadoras. Es su forma de vivir las sensaciones vitales más trascendentes, y se realiza  en la palabra viva forjando un estilo peculiar. El estilo personal de un artista. Su razón psíquica, su manera cabal, su pensamiento más hondo y escondido. La armonía de su espíritu ( el Yo profundo)  con el cosmos, representado en su entorno general y su circunstancia particular.

Un hombre, una mujer, realizando en el lenguaje una transmutación esencial que consiste en: partir de una conmoción estética, frente al descubrimiento instantáneo de valores de belleza en ciertas emociones o en ciertas cosas materiales, para comprometer su inteligencia y su psiquismo en la conquista, posesión   y manifestación  de esos Valores Superiores encontrados por una mente intuitiva, clara y generosa.

Porque toda manifestación de Lo Superior (que es la Perfección entrevista)  significa una generosidad de quien la manifiesta. Una dación, una entrega gozosa ya que Belleza O Bondad manifestada, son  Belleza o Bondad  compartida. Aquel que como lector, oyente o contemplador, recibe el Valor, comparte el bien implícito  en él. Que es  ley fundamental que los Valores Superiores  a nadie pertenezcan y de todos sean poseídos, no bien el individuo logre percibirlos. 

El artista posee dones para todos y organiza sus facultades con la tendencia expansiva, hacia la demostración pública de sus descubrimientos estéticos (que conllevan implícito lo ético), desarrollados en soledad fecunda, para compartir desde ellos la admiración colectiva. No, hacia su persona humana común, sino hacia la obra creada – original- y hacia la personalidad creadora, que hasta el momento de la entrega artística permanecía secreta.

El creador busca la armonía, la unidad mística en un todo concretado en el texto, desde la pluralidad de sus sentires intelectuales y sensibles. Una infinita gama de la emoción y del entendimiento (el razonado y el intuido) lo pone en contacto con otra dimensión que desde su interioridad lo transporta a mundos  nuevos descubiertos en el acto mismo de la creación. Es una suerte  de magia donde actúan la imaginación, la fantasía, y toda un abanico de emociones  (angustia,  alegría, frustraciones, entusiasmo…) para converger en una  necesidad ineludible de mostrarse, en determinada y exigida personalidad. Y sólo cuando esa personalidad es totalmente respetada, rescatada y transferida auténticamente a la creación, podemos decir que estamos frente a un estilo concreto, definido y propio. 

La creación artística es un gozo. Y cada creador siente ese gozo, magia o deslumbramiento en forma diferente. Muchos artistas lo han expresado a través de la escritura. Así han nacido poemas, ars poéticas y textos como el presente, que sólo pretende mostrar una faz de este misterio.

Pero nadie ha podido, y seguramente nadie ha de poder con palabra humana, explicar lo inexplicable- Ese ardor  del entusiasmo; esa admirable facultad de hacer real  lo no existente. Esa posesión del ser, por un yo mismo, superior y hondo que late en mí, como demiurgo potente y soberano.

Esencia real pero intangible, que sobre algunos seres vierte su luz a manos llenas, mientras niega a los más el secreto de su esplendor.

Oigamos  algunas de la voces que expresaron una parte de este todo universal y magnífico que es el sentimiento creador; 

“Sacudimiento extraño/ que agita las ideas/ como huracán que empuja/ las olas en tropel./ Murmullo que en el alma / se eleva y va creciendo,/ como volcán que sordo/anu8ncia que va a arder./ Gigante voz que el caos / ordena en el cerebro( y entre las sombra hace / las luz aparecer…

Gustavo A. Bécquer (España)

Bien sé que soy mortal / y mi existencia es breve, / pero al ver la turbulenta región de los astros / ya no piso la tierra/ y al festín me elevo / para gustar con Dios/ el pan de los inmortales.”

Claudio Tolomeo (Alejandría, siglo II)

“¿Qué ráfaga llegó de la región / desconocida de los astros/ a empujar en mi frente/ sus relámpagos? /

(…) una lámina azul borró de pronto / la memoria./ Era el sueño, era el sueño. / Pero a través del sueño yo vivía/ toda la eternidad / que me rozaba con su ala.”

Gloria Vega de Alba (Uruguay)

“… y yo, mínimo ser,/ ebrio del gran vacío/ constelado / a semejanza, a imagen / del misterio,/ me sentí parte pura/ del abismo,/ rodé  con las estrellas, / mi corazón se desató en el viento.”

Pablo Neruda (Chile)

“…¡Ah, la alegría que se siente creando fue lo que más apreciaron los sabios de otros tiempos!. El autor escruta el vacío y la nada y encuentra la existencia, examina el silencio y le arranca sonidos. Hace caber la inmensidad en una hoja y brotar la perfección universal  de un corazón que sólo mide un puño. Amplía la palabra que se torna colmada y vasta, la ordena y la vuelve aún más profunda. Es como un viento que sopla en torbellino…”

Lu Ki (China, siglo III )

“Vagan, en el dominio onírico, respirando su mundo. / Son palabras de un secreto extrahumano / que se pierden, en la frontera de una sabana inútil./ Palabras con piel de sombras (…) / Palabras  con sus fiebres nocturnas y difusas imágenes/ que se sueñan a sí mismas, en el aire monacal del alba…/ Distraídas del aire más allá de sí mismas.”

Juan Ilaria (Uruguay)

“ Que el verso sea como una llave/ que abra mil puertas / (…) y el alma del oyente quede temblando./ ¿Por qué cantáis la rosa, Poetas!./ Hacedla florecer en el poema. / Sólo para nosotros / viven todas las cosas. El poeta es un pequeño Dios.”

Vicente Huidobro (Chile)

“Tú , poesía, / sombra más misteriosa / que la raíz oscura de añosos árboles/ más del aire escondida/ que  las venas secretas de los profundos minerales…/ tú, música engendrada/ al tam-tam de los pulsos y  al cantar de la sangre- / Tú poesía, / nacida para el hombre y su lenguaje. “

Miguel Otero Silva (Venezuela)

“Ver en la muerte el sueño, en el ocaso/ un triste oro, tal es la poesía/ que es inmortal y pobre./ (…) A veces en las tardes una cara/ nos mira desde el fondo de un espejo. /El arte debe ser como ese espejo/ que nos revela nuestra propia cara.”

Jorge Luis Borges (Argentina)

“Espejos no; marea luminosa, / marea blanca. /Conforme en todo el movimiento / con que respira el agua./ (…) cómo se vuelve hondura, hondura /marea baja,. / y más cristal que la luz, más ojos, /intenta una mirada…”

José Gorostiza (México)

“Si es real la luz blanca / de esta lámpara, real / la mano que escribe, ¿son reales / los ojos que miran lo escrito? / De una palabra a la otra, lo que digo se desvanece. / Yo sé que estoy vivo/ entre dos paréntesis.”

Octavio Paz (México)

“Habrás de oír el canto que te nombra / frente al Bien o el MAL DE ROSTRO CIEGO./ Habrás de oír la nota dolorida / o alegre que el misterio alza en nosotros. / El canto que te escucha cuando vienes / a situarte en mi alma antigua y sola. / ¿Quién lo escribe en el limo de mis sienes? / ¿Quién lo azuza en el ala o en la ola? / No sé. / Pero en la noche en que existimos / rumor eterno y vago se levanta. / ¿La vida? Es sólo un cántico que oímos / como en sueños./ ¿Tú sabes quién lo canta?

Emilio Oribe (Uruguay)

Marta de Arévalo

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