Fornicar
Marta de Arévalo

Yo gozo
Tú disfrutas
Él fornica.

Todos caemos en la tentación 
sin ser librados.
                             Amén.

Nadie se salva del Tentador.
Solapado ángel de delicias
de nuestro miedo
de nuestra temporalidad frágil.
Su risa seráfica y satánica
nos sella el oído y el ojo.

Y salimos.
Nos saltamos el muro
de la conciencia 
y entramos 
en el círculo despiadado
de la serpiente azul
del sexo.

Para siempre 
purificados
humanizados 
desolados.

Deliciosamente
condenados.

Marta de Arévalo

De “Con- jugar el verbo” - 1983

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