Confesión
Marta de Arévalo

...y si alguno dice que exprimo angustia
con lengua en pergamino
que con boca amarga
empaño los espejos ilustrísimos
donde la moral se recata entre los libros
y los devocionarios testimonian
una fe
negada en últimas instancias, 
si gritan
que atormento las palabras más cabales del idioma
con el lastre del rencor más sucio, 
                           confieso
                                  sí
que me duele el alma que entregué confiada
y el beso que me hirió en olvido
y la palabra de lealtad que dije
junto a un oído
que nunca supo escuchar espíritus.

Yo vivo en este mundo
donde la trampa es ley.
Por este mundo paso
con paso ya en sigilo.


Paso y piso
la sombra de la hierba
el pétalo caído
la memoria de los muertos
y la cruz del que está vivo.

Y la dura espina
que me clava el filo.


Ha puesto trampa yo no sé que Arcángel
allá en Edén
desde el principio.




Ha puesto trampa cruel
en la boca de los hombres todos
desde el primer vagido.

Nos ha dado un licor de celos
y una garganta ávida
de ambición sin tino.
En el origen nos nubló la frente
con un relámpago de egoísmo.
Nos ensartó diez garras
en lugar de uñas
y en mandíbula torva 
nos clavó colmillos.

Y así vamos ... lobos!
todos a mordiscos.

Marta de Arévalo
De "Juego terrible"
Escrito en 1986 - Editado en 2002

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