Amarga esta mi rama
Marta de Arévalo

 Desgajo trastornada

a gritos en centellas

este árbol de ser

cuya  savia me quema.

 

ˇAmarga está mi rama!

Los ojos poseídos

de sal y de marea

me miro en lo bruńido.

 

Me busco entre mil rostros

-pavorida y alerta-

aquel mi antiguo rostro

de nácar y de almendra.

 

Me palpo con un tacto

de  daga o de tijera.

Recortada gaviota

en álamos y niebla.

 

Con memoria de manos

que tocaron estrellas

tanteo los dinteles

de carcomidas puertas.

 

Aúllo como loca

con una voz de piedra

al pronunciar tu nombre

con mi lengua seca.

Marta de Arévalo

De “Abran todas las puertas” - 1988

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